¿Por qué no quieren que
Artur Mas sea Presidente de la Generalitat? Dos días de intensas sesiones
parlamentarias y un día más, el miércoles, para seguir con negociaciones e
intentar la investidura de Artur Mas para continuar en el cargo de President
de la Generalitat, han dado mucho de sí. Tras las reuniones de hoy, la CUP no
quiere que el presidente sea un “presidencialista”, y valga la redundancia,
estilo Artur Mas. Pero Artur Mas dice que el presidente de la Generalitat tiene
mucho poder, porque se lo ha dado la historia, además del Estatut, sin embargi está dispuesto a ceder si
“ambas partes” ceden. De momento ha propuesto tres vicepresidencias, y algunas concesiones más, pero la CUP las considera "insuficientes".
¿Por qué no quieren a
Artur Mas? De los debates y negociaciones se pueden sacar “siete pecados
capitales” por los que Artur Mas i Gavarró no puede seguir, por el momento, en
la Presidencia de la Generalitat. Son estos:
1.- Artur Mas es el
pasado. Un político que lo ha sido todo: conseller de Política territorial i
Obres Públiques, conseller de Economia i Finances (Hacienda), Conseller en Cap
(Jefe de Gobierno), todo ello con Jordi Pujol. Después, Presidente de la
Generalitat desde el 2010, con un programa de recortes y con pactos con el PP,
el PSC y Esquerra Republicana. Lo ha sido todo y pactando con todos, al son
de las mayorías. Eso es lo que no gusta a la CUP, ni a los demás. Lo consideran
un político amortizado.
2.- Artur Mas simboliza
la corrupción. No porque esté él implicado personalmente, sino por ser el
responsable político de la corrupción que se ha visto en su partido --siendo él
el máximo responsable- y en sus gobiernos. Hasta ahora Artur Mas solo ha echado balones fuera y no se ha
hecho responsable de nada. ¿Ni tampoco cuando era conseller que controlaba
todas las contratas y los dineros de la Generalitat? La CUP y todos los demás
no se lo creen.
3.- Artur Mas ha aprobado
una resolución rupturista con España, de desobediencia al Estado democrático de
derecho, internacionalmente reconocido, el pasado día 9, lo que ha puesto a todas las fuerzas
del Estado en pie y dispuestas a terminar con la “sedición” de la mayoría del
Parlament. En eso solo su grupo y la CUP están de acuerdo. Y a pesar de eso la
izquierda dice que le falta ”pedigrí” independentista, que le falta credibilidad.
4.- Artur Mas va al
Parlament con la engañosa premisa que, dado que tiene mayoría absoluta (con la
CUP) de diputados (no de votos), puede incluso sacar adelante una República Catalana.
Excede en su mandato, porque no tiene la mayoría suficiente para remover las
instituciones catalanas, que afectan a las españolas. No tiene la mayoría parlamentaria “suficiente” ni para modificar el
Estatut (este fue su error de cálculo al anticipar las elecciones), pero
tampoco tiene la “mayoría social”, la mayoría de los votos (sólo tiene el 47,8
por ciento, que son muchos pero no suficientes). Solo hace referencia a la
mayoría parlamentaria actual (contando la CUP), pero no le elige President.
5.- Artur Mas se ha
creído imprescindible para llevar a término el “proceso” de “desenganchar”
Catalunya de España, utilizando y abusando de un personalismo que ha sido
criticado por todos, incluso los antisistema de la CUP, con la que quiere a
toda costa formar mayoría. Ha venido a decir que si él se va, el proceso se
para. Se le ve aferrado al poder.
6.- Artur Mas,
contrariamente a lo que dice y repite, no ha agotado las vías del diálogo con Madrid, y
cuando ha querido “dialogar” en los últimos años realmente ha ido a que se
acepten sus postulados, ya sea en el Pacto Fiscal o ahora la secesión. Solo
quiere negociar "`para llegar a la independencia" de Catalunya. La legalidad anterior ya es historia.
7.- Finalmente, Artur Mas
ha llevado a su formación CiU de 62 diputados en 2010, a 50 en 2012 y la los 29
de hoy.
Para seguir “vivo” en la política se ha coaligado con Esquerra Republicana, presentándose como número 4 en Junts pel Sí, y se presenta a las elecciones del 20-D con otras siglas que no son las de su partido (CDC). Ha roto CiU, ha abrazado la independencia cuando hace cinco años era contrario a ella, ha conseguido que el principal partido de la oposición sea Ciudadanos que nada tiene de catalanismo y, lo que es más importante, la sociedad catalana está sumida en un estado de inquietud e intranquilidad por este motivo, sin que los contrarios a la independencia tengan voz en medios públicos catalanes. Ahora intenta aliarse con un grupo antisistema, en contra del parecer incluso de no pocos de sus partidarios, entre ellos varios miembros de su gobierno.
Para seguir “vivo” en la política se ha coaligado con Esquerra Republicana, presentándose como número 4 en Junts pel Sí, y se presenta a las elecciones del 20-D con otras siglas que no son las de su partido (CDC). Ha roto CiU, ha abrazado la independencia cuando hace cinco años era contrario a ella, ha conseguido que el principal partido de la oposición sea Ciudadanos que nada tiene de catalanismo y, lo que es más importante, la sociedad catalana está sumida en un estado de inquietud e intranquilidad por este motivo, sin que los contrarios a la independencia tengan voz en medios públicos catalanes. Ahora intenta aliarse con un grupo antisistema, en contra del parecer incluso de no pocos de sus partidarios, entre ellos varios miembros de su gobierno.
¿Qué pasará ahora? ¿Va
ser inhabilitada la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, por haber dado
curso a la resolución calificada de “sedición”? ¿Va a ser inhabilitado Artur
Mas? Forcadell ya ha escrito a la ONU y a la UE pidiendo “amparo” frente al
Estado Español que quiere “sofocar” a una presidenta democráticamente elegida.
Ella ha dicho que no se moverá del Parlament llegado el caso, por lo que serán
los Mossos d’Esquadra quienes deberán proceder a retirarla del edificio y tal
vez detenerla por sedición e insubordinación a las leyes del Estado de Derecho.
¿Habrá un movimiento catalán que pida el premio Nobel de la Paz para Forcadell,
como ya se hizo, cayendo en el ridículo con el religioso Padre Xirinachs? Forcadell todavía no es la Premio Nobel
birmana, Aung San Suu Kyi, le faltan una pila de años y oficio.
¿El Rey va a tomar cartas
en el asunto? El Rey “debe” tomar cartas en el asunto, porque su poder es el de
moderador entre las instituciones del Estado. También debería vigilar que en el Ejército no se le escaparan más tenientes generales, jefes de Estado
Mayor, hacia movimientos antisistema y pro-Chaves.
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