Por Salvador Aragonés Doctor en Periodismo y profesor emérito de la UIC El papa Francisco ha cambiado muchas de las formas hasta ahora al uso en Roma, por su lenguaje, por sus mensajes siempre atrevidos y siempre positivos, a la ofensiva, sus amonestaciones a los sacerdotes-funcionarios, a los propios obispos, a las religiosas, a la Curia Romana. Hay que ir a la periferia, ha dicho a los sacerdotes y laicos, hay que ir no solo con piel de oveja, sino “oler a oveja”: hay que vivir la pobreza, los sacerdotes deben ir a evangelizar en la periferia y no esperar que les vengan a casa, la parroquia no debe ser un centro de servicios religiosos, los obispos tristes no atraen a nadie, y algunas religiosas parecen “solteronas”. Su gran afecto por la juventud a la que pidió que armen “lío”, la apuesta por una liturgia donde se mezcla el gregoriano con el Góspel, música salida de las comunidades negras metodistas de los Esta...
Reflexiones sobre la actualidad (Artículos del autor publicados en la prensa)