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Mostrando entradas de enero 4, 2015

Yo tampoco soy Charlie. Exitazo de la manifestación de París

               La manifestación de París, por la libertad y los valores de convivencia occidentales y contra el terrorismo ha sido un exitazo, como lo han sido todas las manifestaciones que se han celebrado hoy en toda Francia.   Celebro el éxito de París ya que por fin occidente ha tomado nota del terrorismo, y ahora hay que pasar de los gestos y de las palabras a los hechos.  Y el éxito de París lo celebro mucho, pues que 40 estados de la ONU condenen el terrorismo islamista es un hito. Pero  “yo no soy Charlie Hebdo” --o dicho en francés “Je ne suis pas Charlie Hebdo”. Puede ser provocativo, y no lo es. Desde esta columna condenamos el vil asesinato múltiple de la bandas de Al Qaeda y el Estado Islámico en Francia esta semana. Más que una condena es una afirmación inquebrantable de la libertad y la tolerancia, y por eso también de la libertad de expresión.                                    Pero no soy Charlie Hebdo, y tengo la libertad y la obligación de decirlo,  porque n

¿Qué esperamos para el 2015? Las cinco noticias más previsibles

Al comenzar el año todos deseamos lo mejor para nuestros familiares y seres queridos, y sin embargo nadie puede decir o predecir que el 2015 será mejor que el 2014. Los datos sobre las previsiones informativas del 2015 se basan en los que ya tenemos del año 2014, pero no podemos –nadie puede hacerlo a menos que sea profeta—decir qué es lo que exactamente ocurrirá. Ni siquiera lo sabemos en el ámbito climatológico donde parece que científicamente se podrían hacer unas previsiones. La profecía no es científica.                Con esta premisa nos atrevemos a decir qué noticias serán las que lideren el año que acaba de empezar . Será lo relacionado con el precio del petróleo, y también el cambio climático, el declive de Putin, un posible ataque masivo en el ciberespacio y el cambio que el papa Francisco imprime a la Iglesia católica y su preocupación por la situación de la familia en el mundo. 1.- El cambio climático , cuya Conferencia Mundial del Perú de 2014 no tom

Los abuelos han de transmitir la fe a sus nietos (y 2) Que enseñen a vivir la ternura de la Navidad

En estos tiempos modernos el trabajo no parece hecho para el hombre y sí en cambio el hombre para el trabajo. Lo mismo podría decirse de la empresa. Es fácil oír en nuestros días expresiones como “donde trabajo ¡están todos locos!”. O bien “vivimos rodeados de locos, y cada vez más locos”, porque el trabajo tal como se entiende hoy tiene una visión oblicua del hombre, imperfecta, con una visión antropológica no pocas veces destructora. El hombre y la mujer a veces han de adaptarse a un ritmo de trabajo que no les favorece ni a su persona, ni a su salud, y tampoco a su bienestar material pues los salarios son bajos o muy bajos y las condiciones laborales dejan mucho que desear al hombre o a la mujer como mujer. En estas circunstancias la evangelización dentro de la familia se hace complicada. Si el fin de semana se  pasa fuera de casa, hay niños que no asisten a misa porque no van sus padres, aunque a veces se lo piden. De este modo lentamente se va perdiendo el contacto con lo sobr

Los abuelos deben ser los transmisores de la fe a los nietos(1) Lo dice el Sínodo

(Aleteia)    El pasado Sínodo Extraordinario de los Obispos dedicado a la Familia, y el próximo Sínodo Ordinario (octubre de 2015) también dedicado a la Familia, analizan un punto crucial en las sociedades del mundo occidental desarrollado que necesita una recristianización: la transmisión de la fe de generación en generación, como hicieron nuestros abuelos. Hoy el papel de los abuelos en la transmisión de la fe a sus nietos, hecha en coordinación con sus padre, es muy importante. El documento final del pasado Sínodo (octubre de 2014) afirma que en las familias “ está el empeño cotidiano de la educación en la fe y en la vida buena y bella del Evangelio, en la santidad. Esta misión es frecuentemente compartida y ejercitada por los abuelos y las abuelas con gran afecto y dedicación . Así la familia se presenta como una auténtica Iglesia doméstica”.                          La Iglesia siempre ha enseñado que los padres deben ser –y no ha cambiado esta obligación— los primeros t