Finalmente llegó la declaración de independencia de Catalunya tan deseada por la CUP, votada por 70 diputados de 135. Ha durado solo unas horas. Rajoy ha disuelto el Parlament y convocado elecciones autonómicas el 21 de diciembre. Ha destituido a Puigdemont y los consellers. Un bombazo. La independencia no se declaró con alegría (caras serias). Nunca vi una independencia tan poco alegre en el Parlament. ¿Cuál era el problema? Nadie reconoce a Catalunya independiente, la economía va mal, se descubren las mentiras, Europa no nos quiere, ni EE.UU., los catalanes están divididos y angustiados y con un parlamento donde casi la mitad no quiso participar en tal desatino. Tanto Europa como EE.UU. han reaccionado rápido: no reonocen ni reconocerán a Catalunya. Nadie reconocerá una declaración unilateral y fuera de la ley. El president Puigdemont ha rechazado los debates, todos, y ni siquiera ayer, al declarar la independencia, intervino. Es muy dubitativo. Solo quiere el fervor...
Reflexiones sobre la actualidad (Artículos del autor publicados en la prensa)