Los líos de banderas siempre han estado en el candelero en España y en bastantes regiones o comunidades autónomas (algunas llamadas naciones). Cuando se iza la bandera española, los hay que no tienen suficiente, y necesitan más banderas, que simbolizan esto o lo otro, siempre mezclando soberanías reales o artificiales.
El Congreso de los Diputados, símbolo y centro donde descansa la soberanía nacional española, acaba de colgar una macro bandera irisada, símbolo del mundo gay, lésbico, transexual y bisexual (LGTB), con motivo del décimo aniversario de haberse aprobado el matrimonio gay en España. No sé si el Capitolio hará lo mismo.
Las banderas siempre han traído líos políticos o de otro tipo. Ahí está el “banderazo” de Pedro Sánchez, quien con la macro bandera española que presidió su presentación como candidato del PSOE a presidir el gobierno de Madrid, quiso desmentir que el PSOE era poco nacional, a los pocos días y semanas de pactar con todos los que creen en “otras” banderas, como Compromís, Esquerra Republicana, Bildu en Vitoria, BNG en Galicia, CDC en Catalunya, en Baleares, o en Aragón.
A causa de estos pactos, la opinión española puso en solfa el pedigrí patriótico de Pedro Sánchez: su españolidad estaba en cuestión. Apareció con un banderazo. El PP lo criticó y Cifuentes (presidenta de Madrid) dijo que la bandera no la enseña tanto como Sánchez en los actos públicos porque “la llevo muy dentro de mi corazón”. El PSOE tiene varias banderas, entre ellas la republicana, que no ha sido desterrada, a pesar del “banderazo” y la roja símbolo del marxismo, y la española. En las manifestaciones callejeras socialistas o de la UGT, sindicato socialista, están siempre las banderas republicanas y rojas. ¿Cuál es la bandera del PSOE en realidad?
La bandera republicana se paseó por muchas calles españolas en los últimos meses del reinado del rey Juan Carlos, el cual hizo méritos para que muchos se pasaran al republicanismo, pues se decía: si la actuación del Rey, del Jefe del Estado, está mezclado con escándalos falderos, con cacerías mayores en la selva africana y con vivir del lujo, pues nos basta un presidente republicano, Jefe de Estado también, elegido por el pueblo.
Vino Felipe VI y cambió de registro completamente, enarbolando la bandera monárquica predicando la austeridad, la transparencia, la ayuda a los que están más necesitados, y un cambio radical en los comportamientos públicos. Todo un Rey social, aunque no socialista.
La guerra de banderas, los partidarios de símbolos distintos y hasta contrapuestos, ha sido constante en el pueblo español. No se da en ningún otro país. En los balcones de los ayuntamientos y en lugares no oficiales aparecen varias banderas: la local, la autonómica, la española (o la o las independentistas y la republicana), la europea y alguna otra, como la bandera del arco iris símbolo del mundo gay.
Tenemos un montón de banderas para todos los gustos y sentimientos. En otros países solo aparece una bandera: la nacional. A veces dos banderas, como la confederada en los Estados Unidos ahora ya quitada, o la bandera de Orange en Irlanda del Norte. Pero España no es una nación, dicen, sino una nación de naciones, o un estado de muchas naciones. A los españoles nos encantan los símbolos, para tenerlos en el corazón, enarbolar-los en la calle y también para despreciarlos.
En Catalunya, ya no se sabe bien cuál es, a día de hoy, la bandera del futuro Estat de la República Catalana, pues la catalana tradicional –la cuatribarrada-- se ha quedado anticuada y se conserva en algunos lugares con olor a naftalina, pues ahora manda la “estelada”, o las esteladas, con fondo azul y con fondo amarillo, que tienen orígenes distintos. Al entrar en muchos pueblos aparece la bandera estelada ¿Cuál será la bandera de la futura República Catalana? Es una incógnita. Lo dirá la futura constitución catalana.
En la época franquista, como es natural, las guerras de banderas no existían en la calle, y la hazaña de muchos patriotas vascos y catalanes, consistía en colocar una ikurriña o una cautribarrada en un pico o lugar visible de difícil acceso. Aquello era todo un éxito. Incluso era “provocadora” la bandera del Barça, del F.C. Barcelona. Hoy como esa bandera no provoca nada, se ha sustituido, como en los finales de Copa de Europa, con las “esteladas”, que inundan las graderías, a pesar de estar prohibidos los símbolos políticos por la UEFA, la Federación Europea de Fútbol. Ahora, en los partidos del Barça hay toda clase de banderas, incluso la argentina, la brasileña y la griega la cual está tomando fuerza a causa de la crisis en el país heleno, cuyo gobierno es apoyado por las alcaldesas de Madrid y Barcelona. Lo de las banderas sigue siendo un lío.
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