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Mostrando entradas de noviembre 28, 2010

Controladores: Bien el Gobierno, y que siga así

El Gobierno ha estado bien. Ha tomado una decisión que parece "definitiva". Los pasajeros que ssalen y llegana España por vía aérea ya no tendrán que sufrir los problemas de los controladores cada vez que hay un puente largo, en agosto, en vacaciones de Navidad y Semana Santa. Es una decisión que debía de haberse tomado en septiembre u octubre, pero bueno es lo que bien acaba, y bienvenida la firmeza cuando se ejerce de acuerdo con la ley. Estábamos acostumbrados a un gobierno que no gobernaba nuestra economía y sólo se atrevía con los valores del cristianismo arraigados en España. Vivía --y vive-- todo el día pendiente del miedo del qué dirán los electores de izquierdas, los sindicatos, etc. Las elecciones catalanas han sido una pre-monición. Pero los hombres --sean o no misnitros o presidentes-- no cambian de lanoche a la mañana. Esperemos que la energía que ha utilizado con los controladores la emplee también con los maquinistas de tren, con los conductores de metr

controladores: ir a la solución final

¡Ya era hora que el Gobierno tomara una decisión drástica! La militarización es un parche, no la solución, pero debe llevar a la solución definitiva de este conflicto permanente. Hay que ir a la solución final, si no por Navidad tenemos otra "huelga", real o encubierta, y después Semana Santa y después el verano (Agosto). La privatización de los aeropuertos y sus servicios ya va en esta línea. Pero no sólo hay que resolver el problema de los controladores, sinoel de los pilotos, los maquinistas de tren, los conductores de autobuses y metro, etc. Ya está bien que los transportes --hoy servicios indispensables paralos ciudadanos-- estèn en manos de unos pocos trabajadores que aprovechan las fechas que más moltestan a los usuarios para conseguir mejoras laborales. En las huelgas generales --que nunca son generales-- el éxito está asegurado controlando los transportes y así conseguir "adhesiones" falsas, pues la gente no puede desplazarse.

Las derrota del tripartito y sus consecuencias (2)

La crisis del socialismo catalán. La crisis del socialismo catalán hace tiempo que se viene fraguando, especialmente cuando José Montilla y el PSC decidió se hizo con la Presidencia de la Generalitat sobre la base del tripartito, cuyo desastre culminó con la reedición del mismo tres años después (2006), tras destronar a Maragall y colocarse Montilla en su lugar. Un hombre de Córdoba, inmigrante, que saca pecho defendiendo las esencias identitarias de Catalunya, suena raro. Y que haya echado a Maragall, también suena a raro. Que se haya enfrentado a Zapatero y a la plana mayor del PSOE, cada vez más raro. Al final, como se ha visto, la sinfonía electoral fue la desafección de sus propios seguidores, salvándose sólo su feudo de Cornellà. La crisis del tripartito tiene su origen en las políticas tacticistas y cortoplacistas del equipo de Montilla. En el año 2001 había que derrotar a Aznar y a Pujol, al PP y a CiU. Dado que estos partidos pactaron para la gobernabilidad de España

La derrota del tripartito y sus consecuencias (1)

La derrota del Tripartito y sus consecuencias En Catalunya el Tripartito ha caído. Un tripartito un “inmenso error”, igual que Antoni Puigverd. Se ha tragado políticamente a todos los líderes, y ahora hay que comenzar de nuevo. Pero no sólo la sociedad (aquí sí se puede decir el pueblo catalán) rechaza el tripartito (en realidad las encuestas decían hace más de un años que el 80 por ciento de los catalanes lo rechazaba), sino que veo en el mundo de la superestructura (término marxista) cultural y periodística se han equivocado, han defendido tesis, en su mayoría, contrarias al interés de su público, aferrados a sus ideas “incuestionables”. En la vida política no valen los dogmas, y se castiga duro a quien se aferra al cargo (Montilla debía de haber convocado elecciones un año antes y no esperar hasta el último minuto del final de la legislatura) y a quien se aferra a ideas trasnochadas y “casposas”, en palabras de Montilla el último día de campaña. ¿Ha cambiado la sociedad? No, l