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Mostrando entradas de julio 17, 2016

El voto de Convergència alarma al independentismo

Por mucho que Francesc Homs lo niegue, el voto de Convergència y del PNV en el Congreso facilitaron la composición de una Mesa controlada por PP y Ciudadanos , la cual además está compuesta por seis mujeres y a tres hombres (tres mujeres son del PP). O sea, no es una Mesa paritaria. La polémica levantada en Catalunya por el voto de cuatro o cinco diputados de CDC (hoy PDC), junto con el PP y C,s, ha sido alta, en el momento en que este partido está negociando la “desconexión” de Catalunya del Estado español. Se han dicho y escrito muchas y estúpidas cosas acerca de este voto, como se han dicho muchas y estúpidas cosas acerca del resultado electoral y de los pactos, fruto de gente, incluso políticos de primera fila, demasiado novatos en el arte de la política. Un dicho afirma que “la política hace extraños compañeros de cama”. Y es verdad. Ya lo veremos con el Bréxit en la UE. Los pactos para ser eficaces deben hacerse en un cuarto sin luz y sin taquígrafos. En los

Los cinco remedios para combatir la tristeza, según Santo Tomás

La tristeza, las penas, las melancolías, los desencantos y las tribulaciones no son estados de ánimo que afectan solo a los hombres y mujeres de nuestro siglo. Ciertamente hoy están mucho más difundidos junto a las enfermedades mentales y psicológicas. El hombre cada vez está más solo y le resulta difícil desahogarse con otro cuando sufre penas y tristezas. La globalización de la economía no ha llegado a las personas, y más bien se ha fortalecido el individualismo y el egocentrismo. Entonces, a  veces, uno se encierra sobre sí mismo (sobre sí misma ) para ahogar las penas , pero en lugar de aliviarlas las hace más grandes desgranando el presente y el pasado, que se ve gris y oscuro, de su vida.  Esta no es la solución. Las penas deben ser compartidas y aliviadas por el consejo de personas amigas o que te quieren desinteresadamente. La tristeza no es un estado de ánimo de hoy, sino del hombre de todos los tiempos, después del pecado original. Los desamores, las contrariedad