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Mostrando entradas de enero 24, 2016

El esperpento político español

La política española también es esperpéntica y el 2016 ha comenzado como un año de decadenci a, a no ser que se enderecen los caminos y se ande sobre la vía de los pactos estables y la reforma constitucional. Las elecciones del 20-D se celebraron bajo el signo del final del bipartidismo y el principio de gobernar en el pacto y la concordia entre distintas fuerzas políticas . El primer esperpento vino de la campaña de Pedro Sánchez, cuyo lema principal era “echar a Rajoy de la Moncloa”. Mal principio si vamos con minorías. Sánchez no quería pactar con el PP y lo demostró en la fría reunión que tuvo con Rajoy después de las elecciones: “decimos no, no y no” al PP. Otro esperpento. El mayor de los esperpentos lo protagonizaron Mariano Rajoy y Pablo Iglesias, quienes después de su audiencia con el Rey, en consultas para la formación de Gobierno, tomaron esperpénticas medidas. El primero, Rajoy, en no aceptar el encargo del Rey de formar gobierno, pero sin renunciar a nada. El se

El esperpento político catalán

La política catalana y española se parece cada vez más a un esperpento, como diría Ramón María del Valle-Inclán. Parece una sucesión de hechos desatinados y a veces grotescos. En este artículo señalaremos algunos de estos hechos esperpénticos, sin querer agotarlos todos, en la política catalana. Comenzó el año 2016 con el esperpéntico pacto entre JxS y la CUP con la retirada de Artur Mas y el ascenso del número 3 de JxS por Girona, Carles Puigdemont , que no estaba en la lista de presidenciables ni se lo esperaba. Fue producto de las intrigas en los despachos de la CUP y de JxS. Después, en Girona, aparece un alcalde esperpéntico. No es que no lo eligiera nadie, sino que CDC se fijó para descubrirlo (Puigdemont dejó el cargo al salir presidente de la Generalitat) tuvo que buscar al final del saco de la lista municipal, al número 19, y nombrar a Albert Ballesta . Esperpéntico fue cuando al tomar posesión del  cargo se acordó de las letanías independentistas, pero se olvid

El meu homenatge al catedràtic de Literatura, Ramon Oteo

Avui s'ha celebrat al Centre de Lectura de Reus un acte d'homenatge al catedràtic de Literatura Ramon Oteo Sans, que va morir l'any passat. La meva amistat amb ell, companys de l'Institut Gaudí de Reus, m'ha fet escriure aquest record d'adolescència: A Ramon Oteo Sans, Catedràtic de Literatura Quan curtes i pansides són les paraules! Reus, 28 de Gener de 2016 Avui tinc un record dins de l’ànima tant clar com el d’ahir, com el de fa quasi 60 anys. Anàvem pel claustre de l’Institut que es deia Gaudí. Tu hi vivies amb el teu pare don Marcelo i la teva mare. Anaves amb el cap baix, sempre pensatiu, sempre rumiant, sempre escrivint alguna cosa a la memòria. Tu i jo ens explicàvem la vida, els èxits i els fracassos, els amors i els desamors. Somiaves –somiàvem—amb dies de glòria, amb dies d’il·lusions vives i mortes, amb dies de soledat i de companyia. A tu, Ramon, t’agradava més la soledat i la malenconia, i a mi la vida amb la gent i la gre

Podemos ha fracasado en su golpe de mano inicial

El partido político Podemos y sus líderes, encabezados por Pablo Iglesias, han jugado mal sus cartas en los inicios de la legislatura española. Pensaron que con cinco millones de votos y 69 diputados sobre 350 podían iniciar en España la Revolución Bolivariana. Se han equivocado. Se equivocaron cuando al inicio de la legislatura fueron a “ocupar” escaños en las primeras filas del Congreso de los Diputados. Se equivocaron cuando una rica diputada dio de mamar a su bebé en pleno hemiciclo y cuando prometieron de modo burlesco hacia las instituciones sus cargos. Se equivocaron cuando creyeron que el PSOE era un partido de paja y le hicieron el gobierno a Pedro Sánchez, nombrándole al vicepresidente y a varios ministros clave. Se equivocaron en la negociación de la Mesa del Congreso, quedando relegados de la mayoría. Se equivocaron negociando (o mejor no negociando) la ubicación de los diputados en el Congreso. Y finalmente se han equivocado haciendo gala de este aire chu

un gobierno de líneas rojas

En el lenguaje político español –y en el catalán también—no se habla más que de líneas rojas. Todo el mundo traza líneas rojas: líneas rojas sobre estos temas o sobre estos otros; línea rojas por aquí y por allá. Líneas rojas de Podemos, del PSOE, de Compromís de Mónica Oltra, de Ciudadanos, del PP, etc. Parecía que el 20-D había creado una especie de felicidad política, al decretar el fin del bipartidismo. Muchos creían que habría llegado --¡finalmente!—la política del pacto. Pues no, en lugar del pacto hay líneas rojas, en lugar de puentes, zanjas. Claro que cuando un partido se presenta con el lema “echar a Rajoy de la Moncloa”, ya se autolimita y traza la primera línea roja, como el caso del PSOE. Pero lo grave es que con el resultado electoral, con la voluntad soberana de los españoles, no es posible ninguna reforma constitucional – como quieren PSOE y Podemos—sin contar con el Partido Popular, que sacó los suficientes escaños como para bloquear cualquier reforma sin con