La política española también es esperpéntica y el 2016 ha comenzado como un año de decadenci a, a no ser que se enderecen los caminos y se ande sobre la vía de los pactos estables y la reforma constitucional. Las elecciones del 20-D se celebraron bajo el signo del final del bipartidismo y el principio de gobernar en el pacto y la concordia entre distintas fuerzas políticas . El primer esperpento vino de la campaña de Pedro Sánchez, cuyo lema principal era “echar a Rajoy de la Moncloa”. Mal principio si vamos con minorías. Sánchez no quería pactar con el PP y lo demostró en la fría reunión que tuvo con Rajoy después de las elecciones: “decimos no, no y no” al PP. Otro esperpento. El mayor de los esperpentos lo protagonizaron Mariano Rajoy y Pablo Iglesias, quienes después de su audiencia con el Rey, en consultas para la formación de Gobierno, tomaron esperpénticas medidas. El primero, Rajoy, en no aceptar el encargo del Rey de formar gobierno, pero sin renunciar a nada. El se...
Reflexiones sobre la actualidad (Artículos del autor publicados en la prensa)