Con la llegada del papa Francisco se ha puesto mucho más el acento pastoral en la opción por los pobres y la visión de un Dios lleno de Misericordia, que va en busca del hombre, como el pastor que busca la oveja descarriada en las periferias de los rebaños. Hoy se ha puesto mucho más el centro en la acción social de las organizaciones de la Iglesia católica. La acción caritativa de la Iglesia está ya en su mismo origen, en que Jesucristo da pan, cura a los más necesitados y les perdona los pecados, y el mismo san Pablo organiza una colecta para los hermanos de Jerusalén más necesitados. Y en estos dos milenios, numerosísimas organizaciones, religiosas y laicas, de la Iglesia han contribuido de modo muy eficaz a la distribución de bienes, a socorrer a los pobres y enfermos (desde la lepra al sida) , a dar cultura y alfabetización a las poblaciones que carecían de ella, a atender a los presos, a los esclavos (como san Pedro Claver) y redimir a los cautivos (como los Trinitari...
Reflexiones sobre la actualidad (Artículos del autor publicados en la prensa)