El régimen democrático español iniciado en 1979 con la aprobación de la Constitución, después de la Transición política impulsada por el rey Juan Carlos, se encuentra en una crisis de la que todo el mundo habla. No solo es una crisis económica, sino una crisis política, una crisis institucional y una crisis en el modo de hacer política que es lo que ha distinguido este régimen. La mayor responsabilidad de la crisis del régimen –no del régimen democrático—descansa en el modo de hacer política y de dirigir los destinos del Estado, así como de la estructura del propio Estado basado en la Constitución. Hay un desgaste evidente de las instituciones claves de España, como son la Monarquía, los partidos políticos, el mismo poder judicial, que está muy politizado en la cúspide, y las principales instituciones económicas, en especial las financieras. ...
Reflexiones sobre la actualidad (Artículos del autor publicados en la prensa)