Era una mujer sencilla y alegre que vivió su vocación de amor y de entrega a los demás en Méjico, España y Roma. Guadalupe era una mujer normal, sencilla, alegre, optimista, preocupada por los demás, que vivía entregada a Dios, en su trabajo y en su vida diaria. Era una de esas mujeres, como dice el papa Francisco, que puede ser tu vecino “de la puerta de al lado”, o que lo encuentras en el ascensor (cfr. Francisco, Gaudete et exsultate , n. 7). Esa mujer, madrileña de nacimiento, que “hablaba con desparpajo, con humildad y con sencillez” (como cuenta su biógrafa Cristina Abad, en “ Libertad de amar ”) será beatificada el 18 de mayo próximo en Madrid. Será el primer laico de la Prelatura del Opus Dei a subir a los altares, y precisamente una mujer. Guadalupe era –es—“una mujer muy cercana, muy actual, con gran sentido del humor y una persona muy atractiva”. Guadalupe Ortiz de Landázuri y Fernández de Heredia nació en 1916, hija de un militar español. Fue a la unive...
Reflexiones sobre la actualidad (Artículos del autor publicados en la prensa)