Soledad y maltrato a ancianos Me encontraba en un box de urgencias en un hospital de una gran ciudad para curarme de una piedra en la uretra. Los boxes estaban separados por ligeras cortinas y en la habitación había seis camas, por cierto ocupadas. Era un junio caluroso. La temperatura en Urgencias era bastante agradable por el aire acondicionado del hospital. Dentro de los boxes solo podía entrar una persona ajena al servicio sanitario y normalmente era un familiar. Entrada la noche una mujer –ya muy mayor según pude ver después– gritaba: “¡Que venga mi hija!”, “¡Enfermera, por qué no llaman a mi hija!”, “¡Enfermera, por favor, llame a mi hija!”. Los gritos se oían no solo dentro del box, sino por todo el pasillo de Urgencias. Las enfermeras –que son la columna vertebral del sistema sanitario y sobre todo hospitalario— respondían con voz tranquila a aquella abuela : “Ya la hemos llamado al teléfono que nos dio, pero no responde nadie. Ya...
Reflexiones sobre la actualidad (Artículos del autor publicados en la prensa)