Ir al contenido principal

La sentencia unánime del TC deja las cosas como estaban al principio en Catalunya



La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que declara a la Ley de Consultas catalana y a la convocatoria de la consulta del 9-N como contrarias a la Constitución, era de esperar. Y la presidencia del TC ha tenido a bien que la decisión se tome por unanimidad de los 12 magistrados del alto tribunal. Los ponentes, uno conservador, Pedro González-Trevijano, y otro progresista y catalán, Juan Antonio Xiol, han buscado y encontrado el consenso.
            
El actual TC quiere borrar la imagen negativa, o muy negativa, que creó el anterior tribunal presidido por María Emilia Casas y que desprestigió el TC en una sentencia sobre el Estatut más política que jurídica y con las permanentes incursiones del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero mezclando la política y el derecho en la interpretación de la Constitución. 

No sabemos si este TC logrará recuperar el prestigio, pero cierto es que algunas sentencias con implicaciones políticas, como la de ayer, se han escrito buscado siempre la unanimidad, es decir que la interpretación de la Constitución ha tenido el consenso de todas las sensibilidades presentes en los magistrados del TC, y en este caso, como en el anterior, incluida también la magistrada Encarna Roca, doctora Honoris Causa de la Universitat de Girona, la provincia más independentista de España.
            
¿Y qué ha sentenciado el tribunal? Pues llanamente que para hacer consultas populares, aunque se les califique de “no referendarias” se necesita el consenso político entre las instituciones del Estado y, si no, habrá que reformar la Constitución. O sea que tras meses y meses de polémicas y proclamas jurídico-políticas-populistas-mediáticas hemos llegado al punto de partida que el propio Artur Mas ya decía: sin acuerdo con el Estado no es posible la consulta popular. 

pesar de ello, se decidió tirar adelante, aun sabiendo que aquello no tenía futuro, desde un punto de vista político formal. Incluso el Tribunal de Garantías Estatutarias catalán, elegido con los mismos mimbres políticos que los 12 magistrados del TC, aprobó la Ley de Consultas por los pelos, con un voto de diferencia.

Se quiso que la política estuviera por encima del Derecho, pero esto no era posible si España quería seguir siendo un Estado de Derecho. Si la ley es sustituida por la política, un estado de derecho deja de serlo y se convierte en un estado autoritario, si no totalitario, donde el interés político prevalece por encima de la ley. ¿Que no gusta la ley? Hay que cambiarla, pero no abrogarla por arbitrio político, o porque salgan centenares de miles de personas a la calle pidiendo que no quieren la ley. En un Estado de Derecho nunca las manifestaciones han representado la soberanía de un pueblo, el que sea. 

O sea que estamos otra vez en el punto de partida. Pero seguimos equivocándonos –o siguen las autoridades de Catalunya equivocándose—cuando dicen que vistas así las cosas la “única vía” son unas “elecciones plebiscitarias”. Lo dijo ayer el president Artur Mas ante los empresarios, en el Cercle d’Economia. Y se cae en otro error de bulto. Nadie reconocerá, en el mundo del derecho propio e internacional, que unas elecciones a un parlamento, el que sea, en este caso el catalán, sean equiparables a un plebiscito.

Lo que quieren decir con eso Artur Mas y los independentistas es que si se quiere avanzar en “el proceso catalán hacia la independencia” se necesita una mayoría parlamentaria formada por los dos partidos independentistas: CDC (tal vez CiU, ya veremos)  y Esquerra Republicana. Iniciativa (IC-V), de Joan Herrera, se ha caído por el camino aliándose con Podemos y sus satélites. Y como hace año y medio que en Catalunya se confunden las palabras, sus significados, la historia, el derecho y la política, llaman “plebiscito” a votar a estas dos formaciones el 27 de septiembre próximo en las elecciones  catalanas. Un plebiscito es cuando el pueblo es llamado a votar sobre una cuestión  concreta, normalmente mediante un “sí” o un “no”, y esto tanto en España, como en la ONU. ¿O es que en Catalunya el “plebiscito” es otra cosa de lo que  cree el mundo mundial? ¿Quién lo reconocerá? ¿La ONU? ¿Europa? Dirán: “No, gracias. Los plebiscitos “a la catalana” se atienden en otros despachos”.


Por el lado independentista la sentencia abunda en el maltrato que el Estado da a Catalunya: “Un golpe de hacha a la soberanía”, dice “El Punt-Avui”. El conseller de la presidencia, Francesc Homs dijo: “Están dispuestos a cargarse la esencia de la democracia”, frases a la que nos tiene acostumbrados este político que suele confundir la democracia con lo que él piensa, y anima el patio diciendo que enviará un documento “a Europa” porque España niega a los catalanes el “derecho a decidir”. Y el director del diario “Ara” dice que “es indignante

Comentarios

entradas populares

Gaudí no era un soltrerón ni un masón

El escritor e ingeniero Josep Maria Tarragona i Clarasó (Barcelona, 1957), es un gran divulgador de la vida y obra del genial arquitecto y artista, Antoni (Anton le llamaban sus familiares y amigos) Gaudí i Cornet. Muchos escritos de JM Tarragona están en la web www.antonigaudí.org , y ahora acaba de publicar su segunda biografía de Gaudí: “ Gaudí, el arquitecto de la Sagrada Familia ”, en español, catalán e inglés. Se preparan las ediciones en alemán, francés e italiano. En la presentación del libro –que tuvo lugar en la Cripta de la Sagrada Familia—el libro fue calificado de “definitivo”, aun tratándose de una “biografía breve”. Lo entrevistamos en una salita de su despacho, especial para el Diari de Tarragona -SA.- Gaudí, ¿de Reus o de Riudoms? -JMT.- Gaudí nació legalmente en Reus. Así consta en la partida de bautismo (no había Registro Civil entonces), en su cartilla militar y en los documentos y actas notariales que le mencionan. Sin embargo, existe una tradición

El uniforme en el colegio ¿sí o no?

Ejemplar la actuación  del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg,  quien siempre lleva la misma ropa. El uniforme para ir al colegio, en los niveles obligatorios, levanta polémicas todos los años. ¿Sí o no al uniforme? Veamos qué dicen los partidarios y los detractores. Los detractores del  uniforme dicen que este señala a los niños y niñas de clase social alta. Además, el uniforme es desechado sobre todo por las niñas, que lo aborrecen muy pronto porque ellas quieren ser “distintas”, y dejar de ser “colegialas”. Así mismo -dicen los detractores- tanto chicos como chicas ven el uniforme como una cosa  antigua , de antes, no lo quieren. Los padres también piensan lo mismo: el uniforme va contra la formación de la personalidad de cada niño o niña, cuando se debe fomentar que cada alumno/a destaque por sí mismo/a. El uniforme, como su nombre indica,  uniformiza  cuando hoy cada vez más se tiende a individualizar. Los padres y educadores que  son partida

¿Por qué hay que prohibir los piropos?

                (Aleteia) Un piropo es una galantería, un cumplido, un halago, una lisonja que va dirigido a una mujer para exaltar su persona, su belleza . ¿A qué mujer no le gusta que se le diga que está muy guapa? Lo que ocurre es que la mujer está siendo peor valorada en la sociedad actual y solo es contemplada por una buena parte de los hombres como objeto de deseo . ¿Tendrá que ver con ello la ideología de género? Ese ya es otro tema. No confundir los piropos, con las expresiones groseras, bastas, soeces, bajas, en definitiva maleducadas, molestas y desagradables, que hieren la intimidad de la mujer . Prohibir o “erradicar” los piropos me parece una solemne tontería, cuando estos son galantes, delicados e ingeniosos. Sí que podrían rechazarse socialmente (no penalmente) las expresiones desagradables que ofenden a la mujer, como apunta Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio de la Violencia Doméstica y de Género español, dependiente del Consejo General del Poder Judi