“¡Votaremos el 9 de noviembre, votaremos independencia y ganaremos!”
ha sido el grito de la presidenta de la Assemblea Nacional de Catalunya, Carme
Forcadell, al final de la gran manifestación que congregó a centenares de miles
de personas en Barcelona. La manifestación formaba una “V”, que quería decir
tanto “votar” el 9 de noviembre como “victoria” en favor de la independencia de
Catalunya. Forcadell en tono imperativo pidió al gobierno y al parlamento
catalanes que pusieran las urnas a la calle el 9-N para votar. “¡President,
Parlament, poseu les urnes!”, dijo, en una clara alusión a no obedecer la
legislación española.
La
manifestación organizada por la ANC, Òmnium Cultural, liderado por Muriel
Casals, y Municipis per la Independència dirigido por el alcalde de Vic, Josep
Maria Vila-Abadal, se puede decir que ha sido un éxito con una amplia
participación que el Ayuntamiento de Barcelona cifra en una exagerada cifra de
1,8 millones de personas cuando otros cálculos independientes lo cifran en unas
900.000 personas, según expertos de la Universidad Autónoma de Barcelona La
Delegación del Gobierno ha cifrado en 500.00 los manifestantes. Todos los
participantes debían ir uniformados con camisetas rojas o amarillas para formar
las cuatro barras de la bandera catalana tanto a lo largo de la Diagonal como
de la Gran Vía, dos calles que confluían en forma de “V”. La manifestación se
desarrolló en un tono festivo aunque reivindicativo.
Esta es
la tercera gran manifestación que se celebra el día 11 de Septiembre en
Catalunya, de carácter reivindicativo. La primera y la segunda pedían ya la
independencia de Catalunya, con una pancarta que encabezaba el evento que
decía: “Catalunya, nou Estat d’Europa”. El año pasado se hizo la “Via Catalana”
hacia Europa, de sur a norte del Principado significando que Catalunya quiere
ir a Europa sin contar con España. Después de las numerosas declaraciones de
los responsables europeos en 2014 en el sentido que una Catalunya independiente
no formaría parte de la Unión Europea y tampoco estaría en el euro, se cambió
la manifestación que debía celebrarse en el centro de Bruselas por otra en la
que la reivindicación ha sido “Votar el 9 de Noviembre” en la consulta
soberanista.
Lo que en realidad piden los
organizadores es la independencia de Catalunya. La Diada Nacional se ha
transformado así de una celebración festiva y un poco reivindicativa en una
jornada claramente de sabor y color independentistas. Baste ver que pocas eran
las banderas catalanas y muchas más las banderas esteladas o independentistas.
Se puede decir que la Catalunya que forjó Jordi Pujol ha ido caminando hacia la
independencia que hoy muchos centenares de miles de ciudadanos reclaman ante la
pasividad del gobierno central de Mariano Rajoy.
La manifestación en la Diada de
hoy ha sido lo suficientemente importante, al igual que los dos años
anteriores, para dar un toque de atención a la sociedad española de que deberá
buscarse una solución política al problema catalán, si no cada dos por tres
tendremos la reivindicación independentista en la calle. La solución debe ser
más que política. Queda todavía algo menos de dos meses para llegar al 9-N,
fecha de la consulta, y a partir de allí convendría reconstruir los muchos
puentes que se han roto entre España y Catalunya.
Este cronista ha visitado muchas
calles de Barcelona esta mañana para captar el ambiente. Podemos decir que
Barcelona estaba completamente vacía hasta que han llegado los autobuses y
coches particulares que han llenado las calles de la Ciudad Condal de personas
de todas las edades, con muchos niños, que llevaban camisetas rojas o amarillas
para poder formar la bandera catalana en la “V”. Tantos había que quienes no
llevábamos “uniforme” nos miraban como extraños. Hemos podido observar que en
los balcones barceloneses había notablemente menos banderas que en otros años
en la Diada, y que las banderas “esteladas” (independentistas) dominaban
claramente sobre las banderas catalanas sin estrellas. Esto tiene una
traducción clara: los vecinos de la ciudad de Barcelona ha celebrado con poco
entusiasmo esta Diada y ha preferido pasar el día fuera de la ciudad. Las
banderas catalanas de gran tamaño ondeaban en los edificios oficiales de la
Generalitat y del Ayuntamiento (gobernado por CiU), pero no había banderas en
los edificios privados (salvo El Corte Inglés y alguno más), y pocas en las
viviendas.
Un referéndum imposible
El stablishment catalán sabe –y
se comenta—que el referéndum del 9 de noviembre no podrá hacerse si está fuera
de la ley, pero los dirigentes alimentan las esperanzas de la gente del pueblo de que se va a votar y de
que doblegarán la voluntad del Gobierno si están unidos. Pero ahora ya no están
unidos los partidos que firmaron el compromiso de votar el día 9. Convergència
se inclina más a favor de no celebrar ningún referéndum “chapucero” sin censo y
en la calle, lo que ocurriría si es declarado fuera de la ley. Esquerra
Republicana postula la desobediencia civil y hacer el referéndum caiga quien
caiga, al estilo Martin Luther King, como dijo su líder Oriol Junqueras (no
sabemos qué analogías hay entre del gran luchador en favor de la igualdad de
derechos entre blancos y negros en los Estados Unidos con la Catalunya actual).
Iniciativa per Catalunya se desmarca de Esquerra y de CiU, y Unió Democràtica
de Duran Lleida ha dicho siempre que no apoyarán un referéndum o consulta
ilegal. Tanto la vicepresidenta y responsable de la Administración Local, Joana
Ortega, como el conseller de Interior, Ramón Espadaler, que deberían dirigir la
consulta el 9 de noviembre son de Unió
Democràtica.
Artur Mas está llevando un pulso
al gobierno hasta el último minuto, que será la convocatoria del referéndum,
después de aprobada la Ley de Consultas de la Generalitat. Hecho este trámite, Artur Mas habrá cumplido
con los acuerdos de los cuatro partidos en favor de la consulta (CiU, ERC, ICV
y CUP, partido este de extrema izquierda). ¿Aplazará la consulta o referéndum
para otra oportunidad? Es posible. ¿Dimitirá y adelantará las elecciones? Es un
escenario que casi nadie contempla. ¿Pactará los presupuestos de 2015 con el
partido socialista (PSC)? Es posible.
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