Ir al contenido principal

El litigio de las obras de Arte de Barbastro en Lleida

     El litigio de las obras de arte que actualmente se encuentran en el Museo Diocesano de Lleida y dentro de la diócesis de Lleida ha sido muy lento. La solución jurídica sobre la pertenencia de unas obras en una diócesis u otra al partirse la diócesis de Lleida, se ha tardado tanto por parte de los tribunales eclesiásticos que el tema se ha politizado y se encuentra enquistado y con mucha polémica.
. 
      Desgraciadamente, el diálogo se ha transformado en una lucha, y una lucha política sobre la propiedad de unas obras de arte. Todo el mundo sabe que la causa fue la división de la diócesis de Lleida -tema central de toda la cuestión- querida por los obispos catalanes para hacer coincidir los territorios político-autonómicos con los de las diócesis, hizo que algunas parroquias aragonesas de la Franja pertenecientes desde siempre a la diócesis de Lleida pasaran a la diócesis de Barbastro. Este es el origen del problema. Aquellas obras de arte que están en el Museo Diocesano de Lleida -las que están en litigio- procedían en buena parte de parroquias de la Franja de Ponent (territorio de Aragón) cuando estas estaban dentro de la circunscripción territorial diocesana de Lleida. No se opusieron estas parroquias a que sus obras de arte fueran el Museo Diocesano de Lleida, porque era "su" diócesis y porque seguramente estarían mejor custodiadas, dados los robos de arte que hubo en el último tercio del siglo pasado. 

     Al partir su diócesis, cada obra de arte tenía que ir a su lugar de origen, es decir a la parroquia de donde venían las obras de arte si esta parroquia había cambiado de la circunscripción de Lleida a la de Barbastro, y si esta parroquia no la había vendido o enajenado al Museo Diocesano. La división de la diócesis fue promovida por los obispos catalanes y no tanto por los sacerdotes de la Franja. Luego salieron los políticos, especialmente el entonces presidente de la Diputación y posterior conseller de Agricultura, Josep Grau, que se puso furioso diciendo: "Esto no se toca ni se tocará nunca de Lleida". Se lo oí decir como si tuviera que pasar por encima de su cadáver quien pensara otra cosa. Y le pregunté tímidamente: ¿Son de la Diputación o de la Generalitat las obras de arte? Respuesta: "¡Son nuestras!". La respuesta no era nada aclaratoria, pues lo correcto hubiera sido que dijera que en buena parte son de la Iglesia católica.

     Mientras, el Vaticano tardaba en tomar una decisión en su proceso abierto en la Signatura Apostólica o Tribunal Supremo de la Iglesia católica. Las fuerzas políticas fueron tomando vuelo, junto con el comportamiento contemporanitzador y de "lassez fair lassez passer" el obispo Malla primero y Ciuraneta después, aunque este ya reconocía que poco podía hacer por aquellas obras, sobre todo tras la sentencia del tribunal del Vaticano en favor de la devolución de las obras de arte a las parroquias dueñas de las mismas y que ahora estaban incardinadas dentro de la diócesis de Barbastro..


     Fui a dar una vuelta por las parroquias de la Franja, en un verano caluroso, hace tres años. Algunos sacerdotes me contaron cosas increíbles de lo que pasó en la diócesis de Barbastro durante la Guerra Civil, como el día que asesinaron el obispo y su carne se vendía al día siguiente en una carnicería de la ciudad, con el escarnio de los que allí estaban, y de cómo se asesinó a un hombre de raza gitana -hoy Santo- porque le pidieron que no rezara más el Rosario dentro de la cárcel, pues de lo contrario lo matarían. Y así lo hicieron, porque él, el gitano, no dejó de rezar el Rosario.


     En algunas parroquias me contaron -aun dudando si yo iba a favor de Lleida o de Barbastro- que las obras de arte se llevaron a Lleida por mandato del obispo residencial de turno (el de Lleida), en una buena parte del casos, porque allí en el Museo estarían mejor custodiadas y podrían ser restauradas con más cuidado. Es más: hay testigos en algunas parroquias en las que sus obras de arte fueron trasladadas a Lleida, a pesar de que ya se conocía la fecha de separación territorial entre las parroquias de la Franja que pasaban de Lleida a Barbastro. Es cierto que hay quien vendió obras de arte religioso. Allá ellos con su problema. Una venta civil, no tiene ningún valor en el derecho eclesiástico.


      Los obispos catalanes acordaron la partición de la diócesis de Lleida, - hoy la más pequeña de Cataluña territorialmente -, pasando la parte de la Franja, dentro de Aragón, a depender de la diócesis de Barbastro. Incluso se pidió que una parte de la Diócesis de Solsona pasara a formar parte de la circunscripción de la diócesis de Lleida, para que no quedara esta última tan pequeña. "¡Ni hablar!" Dijeron las autoridades religiosas y civiles: se plantaron, porque querían seguir siendo de la diócesis de Solsona. Y aquí el tema se empezó a mezclar con la política y el cantonalismo. Empezamos manifestaciones de gente que no quería la salida de las obras de arte, asociaciones de apoyo a las obras de la Franja a favor de Lleida, etc.


      El Tribunal Supremo de la Santa Sede ya ha emitido su veredicto, en favor del retorno de las obras a sus antiguos propietarios. Antes se decía que "Roma locuta est, causa finita". Pues ahora no. Ahora, en un artículo no firmado en www.CatalunyaReligio.cat, titulado "Nuevo despropósito del nuncio" (Barcelona - Jueves, 13 de enero de 2011) dice que el Nuncio, Renzo Fratini, quiere imponer "manu militari" su opinión. ¡Caramba! ¿A lo mejor vendrán los guardias Suizos a poner orden? ¿Se enfrentarán con los Mossos d'Esquadra? Sería muy curioso verlo ... desde la barrera, claro.


      Yo creía, en mi modestia, y leyendo las atribuciones de los anuncios dentro de la legislación eclesiástica (concretamente la Constitución Apostólica "Pastor Bonus", de Juan Pablo II y su desarrollo legal posterior), que la labor de los anuncios es representar a la Santa Sede dentro de las iglesias particulares y hacer cumplir leyes, sentencias y demás disposiciones de la Santa Sede, dentro de la práctica de la caridad, para estrechar y unir más a los obispos con el Papa y mejorar la comunión eclesial .


       Si hay una sentencia, se puede recurrir, y si ya no se puede recurrir, entonces se debe cumplir, si no, no estamos en una sociedad de derecho sino en la sociedad del sálvese quien pueda.


       Leo los acuerdos vigentes entre la Santa Sede y España:Los acuerdos de 1979, que modifican el Concordato de 1953, dicen:Artículo IILa Santa Sede podrá promulgar y publicar libremente cualquier disposición referente al Gobierno de la Iglesia y comunicar sin impedimentos con los Prelados, el Clero y los fieles, así como Ellos podrán hacerlo con la Santa Sede.Artículo. XVI. -. El Estado reconoce y respeta la competencia privativa de los Tribunales de la Iglesia en Aquellos Delitos que exclusivamente Violan una Ley eclesiástica, conforme al Código de Derecho Canónico.Contra las sentencias de estos Tribunales no Procederá recurso alguno ante las Autoridades civiles. (n. del a. eso sí que es fuerte)---------------- 

Protocolo final: Las Autoridades eclesiásticas gozan del respaldo del Estado en el desarrollo de su actividad.En el caso de que el Nuncio "obligara" a firmar una carta a los obispos, de donde sea, estaría fuera de su papel y de su ministerio. Ningún Nuncio puede obligar a ningún obispo a firmar un papel que nada tiene que ver con la fe y costumbres de la Iglesia. Otra cosa es que al Nuncio -italiano y hombre pactista- le gustaría tener el máximo consenso posible en este asunto tan envenenado. No sé si lo conseguirá. El tiempo lo dirá. 
Salvador AragonésPeriodista y Profesor Universitario

Comentarios

entradas populares

Gaudí no era un soltrerón ni un masón

El escritor e ingeniero Josep Maria Tarragona i Clarasó (Barcelona, 1957), es un gran divulgador de la vida y obra del genial arquitecto y artista, Antoni (Anton le llamaban sus familiares y amigos) Gaudí i Cornet. Muchos escritos de JM Tarragona están en la web www.antonigaudí.org , y ahora acaba de publicar su segunda biografía de Gaudí: “ Gaudí, el arquitecto de la Sagrada Familia ”, en español, catalán e inglés. Se preparan las ediciones en alemán, francés e italiano. En la presentación del libro –que tuvo lugar en la Cripta de la Sagrada Familia—el libro fue calificado de “definitivo”, aun tratándose de una “biografía breve”. Lo entrevistamos en una salita de su despacho, especial para el Diari de Tarragona -SA.- Gaudí, ¿de Reus o de Riudoms? -JMT.- Gaudí nació legalmente en Reus. Así consta en la partida de bautismo (no había Registro Civil entonces), en su cartilla militar y en los documentos y actas notariales que le mencionan. Sin embargo, existe una tradición

El uniforme en el colegio ¿sí o no?

Ejemplar la actuación  del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg,  quien siempre lleva la misma ropa. El uniforme para ir al colegio, en los niveles obligatorios, levanta polémicas todos los años. ¿Sí o no al uniforme? Veamos qué dicen los partidarios y los detractores. Los detractores del  uniforme dicen que este señala a los niños y niñas de clase social alta. Además, el uniforme es desechado sobre todo por las niñas, que lo aborrecen muy pronto porque ellas quieren ser “distintas”, y dejar de ser “colegialas”. Así mismo -dicen los detractores- tanto chicos como chicas ven el uniforme como una cosa  antigua , de antes, no lo quieren. Los padres también piensan lo mismo: el uniforme va contra la formación de la personalidad de cada niño o niña, cuando se debe fomentar que cada alumno/a destaque por sí mismo/a. El uniforme, como su nombre indica,  uniformiza  cuando hoy cada vez más se tiende a individualizar. Los padres y educadores que  son partida

¿Por qué hay que prohibir los piropos?

                (Aleteia) Un piropo es una galantería, un cumplido, un halago, una lisonja que va dirigido a una mujer para exaltar su persona, su belleza . ¿A qué mujer no le gusta que se le diga que está muy guapa? Lo que ocurre es que la mujer está siendo peor valorada en la sociedad actual y solo es contemplada por una buena parte de los hombres como objeto de deseo . ¿Tendrá que ver con ello la ideología de género? Ese ya es otro tema. No confundir los piropos, con las expresiones groseras, bastas, soeces, bajas, en definitiva maleducadas, molestas y desagradables, que hieren la intimidad de la mujer . Prohibir o “erradicar” los piropos me parece una solemne tontería, cuando estos son galantes, delicados e ingeniosos. Sí que podrían rechazarse socialmente (no penalmente) las expresiones desagradables que ofenden a la mujer, como apunta Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio de la Violencia Doméstica y de Género español, dependiente del Consejo General del Poder Judi