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La vergüenza y la injusticia del baile de pensiones

Hoy los diarios publican (ver sobre todo El País) que probablemente el acuerdo sobre pensiones será cobrar pensión a los 65 años si has cotizado 41 anos y a los 67 si has cotizado más de 35 años. Los sindicatos abandonan la huelga general –que todos sabíamos que era un paripé porque la gente –sobre todo los parados—no necesitan huelgas, sino trabajo. Pero les ha salido bien, pues han abandonado la convocatoria de huelga tras recibir la promesa del gobierno de que ingresarán 27 millones para “cursos de formación para fomentar el empleo”, pero en la letra pequeña se dice que no hace falta –decía Expansión—justificantes de gastos generales.

Esto irrita a buena parte de las personas que están hoy entre 40 y 55 años, porque muchos, muchísimos, no llevarán 41 años cotizados al llegar a los 65 años, a excepción de los funcionarios, y tampoco llegarán a los 37 años cotizados (¡qué bien calculado está!) los que alcancen los 67 años.

Si ahora las pensiones ya se rebajan en un 20, 30 ó 40 por ciento del sueldo real percibido sacando la media de las cotizaciones de los años cotizados (las cotizaciones de hace 20 años nada tienen que ver con las de ahora), dentro de 5 ó 10 años este porcentaje bajará en picado, porque serán tan pocos los que hayan llegado al mínimo número de años para la cotización máxima exigida. De este modo, tendremos que entre el sueldo actual de un trabajador y su pensión dentro de 10 años, a lo mejor habrá que reducirlo un 50, 60 ó 70 por ciento. Pero si las pensiones de hoy –las medias, no sólo las más bajas—es de 900 euros al mes, dentro de unos años será de 500 euros mensuales. Es decir pensiones de miseria.

Los políticos, hábiles en el hablar sin decir nada claro, usan una palabra mágica: la “sostenibilidad” del sistema de pensiones, lo que traducido a la lengua romance significa que si quieres cobrar una pensión habrá que rebajar las pensiones del futuro –las actuales de momento han sido congeladas—y mucho.

La pregunta es: ¿Todos los pensionistas cobrarán lo mismo por los años cotizados? Respuesta: NO. En primer lugar, los que más años habrán cotizado son los funcionarios públicos porque son inamovibles en sus puestos, y tendrán clara ventaja con quienes han cotizado en el sector privado, con altas y bajas laborales.

En segundo lugar –y esto es flagrante—actualmente hay muchos trabajadores que han sido pre-jubilados, especialmente los de las grandes empresas, y han conseguido prácticamente más del 90 por ciento ¡de su salario! Que cobrarán hasta su muerte, desde los 50-55 años, como pensión, indefinida, general y verificable, siguiendo la terminología del comunicado etarra de ayer. ¡Caramba! Además, ahora se prevén, para este 2011 que acaba de empezar que cerca de 20.000 empleados de cajas y bancos van a ir a la calle con el 95 por ciento de su ¡sueldo! Y a partir de los 55 años, como consecuencia de las fusiones. Estas fusiones son consecuencia de las malas artes de gobernar, la mala gestión y mal gobierno que han tenido sus dirigentes, los cuales lejos de dejar sus cargos, dimitir (¡por favor!, aquí sólo dimiten los tontos, o llevarlos a la Fiscalía) se mantienen en los mismos tras las fusiones y hasta tienen la sinvergüenza, algunos, de aumentarse el sueldo. ¿No es una vergüenza todo ello? Vivimos en una España acrítica, dormida, tal vez por tantos años de dictadura. Aquí ya nadie protesta.

¿Y el Banco de España? Es el principal responsable por no haber ejercido el debido control al sistema financiero, a cajas y bancos en sus balances y dejando hacer todas las operaciones inmobiliarias que les ha dado la gana. ¿Cómo el Gobernador ahora imparte lecciones de economía financiera y economía “sostenible” desde su cátedra, que no tiene ni brazales ni culera de lo mal que ha gobernado el sistema financiero español?

Hoy en día la jubilación se alcanza a los 63,5 años, porque hay que contar todas las prejubilaciones que alimentan un INSERSO cada vez más abultado y que salva la economía de invierno de muchos lugares turísticos.

Hay que añadir que hoy las pensiones en España son muy inferiores a las que se dan en Alemania, Bélgica, Holanda, Francia, Italia, etc. Tenemos pensiones bajas, algunas de penosa subsistencia (visitemos los comedores de los ayuntamientos, de Cáritas y de otras obras benéficas y veremos las colas que se forman, no sólo al mediodía y a la noche, sino a partir de las 8 de la mañana, donde los padres van a buscar el desayuno para sus hijos). Pues bien, a este paso, las pensiones del futuro ya no serán de subsistencia, sino de hambre, a no ser que algunos se complementen la pensión de la Seguridad Social con otra privada.

Y para más INRI, los dos ex presidentes del gobierno español vivos o capacitados, Felipe González y José María Aznar, se han metido en las empresas energéticas cobrando mucho dinero. Aznar es además consejero del Consejo de Estado y el primero tiene otros cargos por el mundo. ¿Siguen cobrando el sueldo de ex presidentes del Gobierno? Sería una vergüenza –otra más-- que todos los españoles ayudáramos a esos señores a ser más ricos todavía. No me quita el sueño, en absoluto este tema, pero hay que dar ejemplo, lecciones de austeridad a un pueblo que se está apretando cada vez más el cinturón.

Los que hasta ahora defendían las “políticas sociales” –la izquierda socialista y criptocomunista y los sindicatos—ahora no saben cómo pagarla. No saben cómo pagar la Ley de Ayuda a la Dependencia, no saben cómo pagar –no pueden-- a los hospitales y a la sanidad, no saben cómo pagar la enseñanza y a la enseñanza pre-escolar, no pueden pagar más becas, deben rebajar las pensiones, los sueldos de los funcionarios, habrá que cerrar algunos hospitales, la atención a las familias necesitadas está desatendida… y ya no sigo. ¿Para qué tantas políticas sociales si no se pueden pagar, o dicho en el circunloquio político “no son sostenibles”?

Termino con algo que creo de justicia resaltar: el Gobierno se ha enfrentado a las reformas –algunos dirán que tarde y mal—pero se ha enfrentado, y no se ha escondido bajo el ala. Cierto que la deuda soberana se tambalea… pero hacer lo que ha hecho (bajar sueldos, pensiones, cerrar centros, etc.) es encomiable cuando está haciendo todo lo contrario de lo que tenía previsto en su programa electoral, y en su ideario obligaba no hacerlo. El realismo ha cuadrado muchas cosas. Y ha cuadrado a una izquierda –la izquierda catalana todavía no se ha enterado—donde ya no valen hacer proclamas electorales de que van a hacer más guarderías, más escuelas, más hospitales, subir las pensiones, el salario mínimo, ayudas familiares, etc., si luego llevan al país a la bancarrota. Es una lección dura, pero en economía se dice siempre que las necesidades son infinitas, pero los recursos son escasos, y por tanto no valen las utopías.

Salvador Aragonés

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