El sector agrario vive, cada vez más, colgado
de normas, normativas, que vienen de Bruselas y de los gobiernos centrales o
autonómicos. Es lo que se llama papeleo, que lo gestiona una gran burocracia,
que en lenguaje castizo le llaman “burrocracia”, porque no pocas veces o no
sirve de nada y sólo hacen perder el tiempo, o retrasa las decisiones
administrativas . Esto se debe a que hay demasiados funcionarios que... hay que
darles trabajo.
No quiero entrar en demagogias o
exageraciones, pero hoy piden a los agricultores papeles por aquí, papeles por
allá, por cada cultivo y llevar el llamado Cuaderno Digital, donde se anota
todo, cada cultivo, cada cambio de cultivo, si se poda o no se poda, si se
riega y si se utilizan fertilizantes y cuáles, etc. La PAC también es demasiado
complicada para obtener ayudas. Total, que los agricultores viven ahogados por
el papeleo, al que tienen que dedicar, en algunos casos, hasta una hora diaria.
Y esto con explotaciones pequeñas como las nuestras, es demasiado. Los
campesinos no quieren ayudas, sino vivir del propio trabajo.
Pero el papeleo no es lo único. El campesinado
protesta por la entrada de productos foráneos, como Marruecos y tantos otros,
donde no hace falta que miren delgado ni con los productos fitosanitarios, ni
con las trabas que les vienen impuestas por los gobiernos de Bruselas y los del
propio país . No se puede competir con productos que no
necesitan tantos miramientos técnicos y medioambientales, y donde también se
mira menos la salud con los productos fitosanitarios. Se hacen acuerdos con MERCOSUR
y también con otros países sin mirar los intereses del campesinado de nuestro
país.
En la revuelta actual de los agricultores o
campesinos también se encuentra la queja por la cadena alimentaria. Mientras en
el campo, en origen, se paga por ejemplo, a 40 céntimos, el consumidor paga 1 o
2 euros o más, multiplicando los precios con un 100, 500 e incluso 1.000 Y otra
cosa, que no es lo último. El campesinado no es bien considerado socialmente,
lo que impide, no pocas veces, la sucesión familiar en las explotaciones. Y
como las personas que se dedican al campo son pocas en comparación con otros
sectores como el secundario o terciario, los políticos no se fijan demasiado
para trabajar en favor del campo, de la agricultura, porque suman pocos votos.
Una demostración de ello es que hasta ahora,
en el gobierno de la Generalitat, en el Consell Executiu había una conselleria
llamada Consellería de Agricultura, Ganadería y Pesca. Hoy se llama Consejería
de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural. ¿Y la agricultura y los
agricultores, ganaderos y pescadores? ¿Se les ha llevado el viento?
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