Quim Torra, 56 años, será en el nuevo President de la
Generalitat, si todo va como previsto, aunque en Catalunya lo previsto siempre
es imprevisible. Mañana sábado primer pleno de investidura y el lunes el
segundo. Veremos si la CUP al final se abstendrá o votará en contra. En este último
caso, el ex president Carles Puigdemont debería buscar otro candidato, con 8
días de margen.
En Catalunya, Puigdemont es quien elige a dedo el candidato,
porque lo que quiere es que el nuevo President le sea fiel, sea un “President
provisional”, pues el ex pesident quiere seguir en la creatas de la onda
política catalana. Así, Quim Torra le deberá de consultar las decisiones más
importantes del Gobierno. Hasta le ha prohibido usar el despacho del President,
porque es el suyo, el de Puigdemont.
Puigdemont será el presidente de un Consell de la República,
con sede oficial en Berlín, compuesto por fidelísimos a su persona, que será el
que controlará la acción de gobierno en el interior. Y esto lo hace no solo
contra lo que les gustaría a los socios de Esquerra Republicana, sino también
en contra de su partido, el PDeCAT o antigua Convergència. Por eso, su lista electoral
de diciembre fue “la Lista Puigdemont”, en ningún caso la lista del PDeCAT.
Puigdemont es un hombre que no se fía casi ni de su sombra.
Se considera el “Presidente legítimo” de Catalunya, porque fue destituido por
el artículo 155 de la Constitución. Él es el 130 presidente de la Historia de
la Generalitat. No quiere ni pasar a un segundo plano, ni pasar el resto de sus
días en la cárcel. Por eso han pasado 110 días para decidirse a designar a otro
President que no sea ni él, ni ninguno de esté en la cárcel preventiva. Ha
agotado hasta el final, cuando en toda Catalunya, incluso entre los suyos,
clamaban para que hubiera un gobierno “normal” en la Generalitat.
¿Será un gobierno normal el que Quim Torra? Hay muchas
incógnitas. Primero, él no solo se ha declarado un independentista radical,
sino también un antiespañol (sus tuits han sido borrados de su cuenta pro
circulan con profusión por las redes). ¿Negociará con el gobierno español sobre
la base de la Constitución y del Estatut? No parece, al menos de entrada, que
su radicalismo le lleve a una negociación, como le ha propuesto el presidente Mariano
Rajoy. Pero si hay una negociación ¿cuál será el papel de Puigdemont? ¿Y el papel
de Esquerra Republicana que tiene grupo parlamentario en el Congreso de los
Diputados? ¿Y cuál será el papel de la CUP que tiene la llave para decidir la
mayoría independentista en el Parlament?
Hay muchas incógnitas ante el futuro. Hoy es indudable que estamos
ante una nueva fase del “procés”. Artur Mas eligió al desconocido Puigdemont para
poderlo manejar. Se equivocó. ¿Se habrá equivocado Puigdemont?
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