El sueño independentista
catalán ha recibido un duro golpe a raíz del pronunciamiento del Tribunal
Constitucional alemán contra la celebración de un referéndum de secesión en
Baviera (Bayern).
No es que en Alemania
existan problemas secesionistas, pero en Baviera, el land alemán más rico y
poblado, existe un partido sin representación parlamentaria (Partido de
Baviera) que ha planteado el tema de la secesión de Baviera a través de un
referéndum, y un ciudadano ha decidido poner el caso en manos del Tribunal
Constitucional. Este ni siquiera ha admitido la cuestión a trámite, pues
Alemania, dice el auto del TC, “como Estado-nación basado en el poder constituyente
del pueblo alemán, los länder no son dueños de la Constitución”, y la decisión
correspondería en todo caso al pueblo alemán. Es más, “este auto es
definitivo”, dice el TC germano.
Es el mismo argumento que
se usa en España, con la diferencia que el TC alemán no está desgastado como lo
ha estado el TC español desde la época del presidente José Luis Rodríguez
Zapatero –ahora se le está rehabilitando en el PSOE-- que gestionó muy mal el
tema del Estatuto de Autonomía de Catalunya, y dio alas al independentismo.
Si el secesionismo catalán
tenía ya pocas razones, ahora ya no tiene apenas, al menos en esta Europa
actual. No solamente no tiene razones jurídicas, sino ahora tampoco políticas,
pues si el TC español falla en contra de la celebración del referéndum –como ya
lo ha hecho— el secesionismo catalán no tendrá apoyos de ningún país europeo
importante. Una Catalunya independiente, al margen de la Constitución española
–y por muchas constituciones republicanas que haga el parlamento catalán—no
será aceptada en Europa.
En Francia miran con muy
malos ojos el secesionismo catalán, al que hostigan siempre que pueden. París
es mucho París y por lo tanto enemigo de procesos secesionistas como lo ha
demostrado varias veces con Córcega, Bretaña y otros territorios. El
secesionismo catalán, además, afecta al propio territorio de Francia en los
Pirineos.
En Italia también los
jueces constitucionales se han pronunciado contra referendos de tipo
secesionista, pues su constitución (art. 5) afirma categóricamente que Italia
es una República “una e indivisible”, y
decidió que la región del Véneto no podría celebrar un referéndum de
autodeterminación por carecer de competencias, pues una región no puede decidir
por sí misma sobre el resto del país. Igual argumento que el TC alemán y que el
TC español.
El único referéndum pactado
que se celebró fue el de Escocia, pero Gran Bretaña ha decidido no pertenecer a
la Unión Europea. Ahora, Europa se blinda y cierra filas contra el secesionismo
de territorios de los estados.
Por lo tanto, vistas las
cosas desde una perspectiva de los estados europeos, los que mandan en la Unión
Europea, un referéndum de autodeterminación contrario a la ley no será aceptado,
por mucho que digan, escriban y agiten los independentistas catalanes.
Lo de Alemania ha sido un
golpe muy duro, un mazazo, porque era el único país importante de la Unión
Europea que faltaba por pronunciarse sobre la secesión de sus regiones, estados
o territorios. Además, el auto “es definitivo”, es decir que debería cambiar el
Estado Federal de Alemania.
A medida que pasan los
meses, el independentismo catalán va perdiendo razones, y hoy prácticamente no
le queda otra cosa que decir, como dicen sus seguidores, que “Catalunya será lo
que quieren que sea los catalanes”. Bonita frase, como lo del “dret a decidir”,
pero en un mundo tan globalizado e interconectado esto no lleva en la práctica
a ninguna parte. Si “dret a decidir” significa derecho a la autodeterminación,
los estados han dicho “no”.
Tal vez dentro de unos
años podrá plantearse la constitución de una “Europa de las regiones” o “Europa
de las naciones”, pero esto hoy plantearlo es vivir fuer de la realidad y en el
mundo de los sueños. Han de cambiar bastante las cosas.
Lo dicho anteriormente se
basa en lo que han declarado los tribunales constitucionales de los principales
países de la Unión Europea. Desde el punto de visto de las relaciones entre los
estados (la Unión Europea está formada por estados, no por territorios
históricos) nadie ha dado el visto bueno al secesionismo catalán. No es un
fracaso de la diplomática del conseller Raül Romeva, sino que el problema está
precisamente en haberlo planteado en estos momentos, aprovechando una crisis
económica que ha hecho crecer los populismos en Europa.
Un último apunte: los
territorios y estados antes citados, como Baviera, Véneto, Bretaña, etc., no están
unidos a Alemania e Italia hace siglos, sino que lo son desde épocas mucho más
recientes, como el siglo XIX (diecinueve), mientras que la unión de Catalunya
con España viene de los Reyes Católicos, hace cinco siglos. Todo pesa.
Comentarios
Publicar un comentario