Israel
mantiene muy alto su tono en contra de la Conferencia Internacional de Paz
entre Israel y la Autoridad Palestina, prevista para
el próximo día 15 de enero en París. Se trata de una conferencia a nivel de
ministros de exteriores, en la que se prevé participen más de 70 países, que
sucede a otra celebrada en París en junio pasado y que ha sido aplazada, pues debía
celebrarse el día 21.
El ministro de Defensa israelí, Avigdor Liebermann, en una reunión de
su partido, ha pedido a los judíos franceses que abandonen Francia y vayan a
Israel, a causa de la conferencia: “No es vuestro país”, ha dicho y añadió que
en Francia se prepara otro “caso
Dreyfus” (el oficial judío francés condenado a cadena perpetua acusado
falsamente de espionaje en favor de Alemania, pero fue rehabilitado al cabo de
unos años), con una diferencia: en el caso de Alfred Dreyfus, era un solo judío
y en el caso actual “en lugar de ser un único judío, será toda la nación
israelí”.
Para el gobierno israelí, Francia es un
país que no es de fiar porque ha seguido una política pro-palestina en estos
años, y no quiere la
internacionalización del conflicto entre Israel y Palestina.
Para el ministro de Defensa de Israel, la
Conferencia de París no es una conferencia de paz, sino “un tribunal contra el Estado de Israel”. Y añadió dirigido a los
judíos franceses: « Si queréis permanecer judíos y que vuestros hijos y nietos
sigan siendo judíos, debéis salir de Francia e instalaros en Israel”.
Son palabras duras, dichas a una
población judía en Francia que en los últimos años ha sufrido atentados a sus
establecimientos por parte de terroristas islámicos. El año 2016 emigraron a
Israel unos 5.000 judíos franceses, cifra inferior a la de los años 2014 y
2015, en que emigraron a Israel 7.200 et 7.800 judíos respectivamente, siendo
el mayor contingente de inmigrados a Israel.
El marco de las declaraciones –la reunión
del partido de Liebermann de
centro-derecha – no es el más adecuado, pero significa el clima en que se vive
en los ambientes gubernamentales israelíes después de que el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas aprobara una resolución contra los
asentamientos judíos en los territorios ocupados de Israel, con la abstención
de los Estados Unidos.
El primer ministro
israelí, Benjamin Netanyahou, ya anunció que no pensaba cumplir con la
resolución, lo que supone un claro desafío no solo a la ONU, sino a las grandes
potencias.
Desde hace meses, Israel va contra la
Conferencia Internacional de París porque no
quiere que el conflicto entre Israel y la Autoridad Palestina se resuelva en
una negociación multilateral, sino bilateral, como se resolvió los acuerdos
entre Israel y Egipto e Israel y Jordania.
El Gobierno francés ha anunciado hoy que
mantenía la Conferencia de París para el día 15 de enero, después de haberla
atrasado desde el 21 de diciembre, pues entiende que la solución del conflicto
en Oriente Medio pasa por el acuerdo entre Israel y Palestina y que no será
posible un acuerdo bilateral duradero si no está respaldado por un acuerdo
internacional.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores francés ha dicho que
"únicamente una solución que pase por dos Estados (el de Israel y el de
Palestina) permitirá una paz justa y duradera garantizando la seguridad de
Israel. Fue lo que el Consejo de Seguridad (de la ONU) adoptó en la
resolución 2334 del 23 de diciembre casi por unanimidad".
La Autoridad Palestina, y concretamente
su presidente Mahmoud Abbas, han
manifestado su acuerdo con la Conferencia de París, a la cual aplauden para
encontrar el camino que lleve a una solución duradera del conflicto
palestino-israelí.
Naturalmente, no es lo mismo la
Conferencia de París después de la Resolución de la ONU, que obliga más a
Israel a no anexionarse los territorios ocupados por la vía de los hechos, por
los asentamientos de judíos en estos territorios.
Ahora el gobierno de Tel-Aviv quiere
ganar tiempo hasta que tome posesión el nuevo presidente de los Estados Unidos,
Donald Trump, de quien esperan un
apoyo mucho mayor a Israel que el que le dio el presidente Barak Obama.
Por otro lado, si bien
hay una cierta preocupación entre los judíos franceses, también la hay entre la
población francesa en general por los casos de terrorismo de los últimos años. Muchos judíos franceses son realmente
judíos, pero se consideran franceses y por lo tanto no están dispuestos a
abandonar Francia.
Comentarios
Publicar un comentario