PP, PSOE y Ciudadanos
tramitan el suplicatorio del Tribunal Supremo contra el diputado aforado
Francesc Homs (PDE, ex CDC) por prevaricación al haber hecho posible el 9-N. La
votación del Congreso es una votación política, está claro, pero también está
claro que cuando los “convergentes” en Madrid “contaban” eso no hubiera pasado.
Que se lo pregunten si no al ex diputado Josep López de Lerma, autor de un
libro “Cuando pintábamos algo en Madrid”, en la época de Roca y Duran Lleida
“minoría catalana”.
En Congreso ahora no hay
“minoría catalana”, sino que hay un conglomerado de izquierdas donde no se sabe
qué hacen los ex convergentes ahí, con los podemitas, los de EH Bildu y los
compañeros de Gabriel Rufián, de Esquerra. ¡Vivir para ver! No tienen ni grupo
parlamentario, a pesar de haber votado la Mesa del Congreso.
¿Qué pasó con la Mesa?
Hubo veladas promesas de que Francesc Homs tendría Grupo Parlamentario propio,
pero al mismo día en Barcelona el presidente de la Generalitat y su Grupo
decidieron la “desconexión” Catalunya de España. El Partido Demócrata Europeo catalán (ex CDC) se quedó sin grupo
Parlamentario. Si los de Barcelona hubieran hilado un poco más fino, con
haberse esperado un par de días hoy el
PDE hubiera tenido grupo propio y unos milloncejos en los bolsillos horadados
de la ex Convergència. Es que Barcelona es muy centralista y lo primero que
se mira es lo que pasa alrededor de Barcelona y luego se mira más allá. Igual
que Madrid, vaya.
Volvamos a Francesc Homs
a quien se le han pasado los aires chulescos cuando, siendo Conseller de
Presidencia y portavoz del gobierno catalán, desafiaba día sí y otro también al
gobierno de Madrid. Ahora es acusado de prevaricación y es probable que termine
con una inhabilitación --lo que puede ser el final de su carrera política-- por
hacer organizado el simulacro de referéndum el 9-N del año 2014. Lo mismo le
puede ocurrir a la alcaldesa de Berga que desafió al juez de su ciudad, o a los
que rechazan la justicia española y la desobedecen, como el concejal de
Badalona de Esquerra, y otros munícipes
que han plantado cara y desafiado a la Justicia. Al final la historia
pone a cada uno en su sitio.
¿Qué la justicia es
lenta? No es lenta, es lentísima. Hay casos que se cierran por prescripción y otros que llegan a juicio
cuando ya nadie se acuerda lo que pasó o incluso cuando las heridas han
cicatrizado. El partido de Artur Mas, Homs y Puigdemont no hace más que perder
votos desde que abrazó el independentismo y con él las alianzas con partidos
antisistema, siendo el clásico partido de las clases medias y de la burguesía
catalanas. “Artur Mas es el gran capitán del hundimiento de CDC”, ha dicho
Josep López de Lerma.
El PDE (ex CDC) Ha pasado
de ser un partido que gobernaba Catalunya y pactaba ley a ley, decreto a
decreto, en Madrid, a estar en el gallinero del Grupo Mixto del Congreso y
desaparecido en el Senado. ¡Qué mal lo
ha hecho Artur Mas! Y qué mal ha cerrado su vida política Jordi Pujol.
Naturalmente que para los
“indepes” la Justicia en España no es democrática y reparten carnets de democracia
por toda Catalunya y las redes sociales. Confunden las leyes y la misma
Constitución. Cuando el Tribunal Constitucional se ha dado medidas
sancionadoras, en Barcelona los líderes indepes han dicho que “no hay separación de
poderes”. ¿Cómo? ¡Si el TC no forma parte del Poder Judicial! Ya lo saben
quienes dicen estas cosas, pero hay que liarla parda.
Es como aquel
diputado-abogado de los antisistema de la CUP, Benet Salellas, que declaró a
Catalunya Ràdio, la emisora de la Generalitat, que la alcaldesa de Berga –cuya
defensa lleva al ser de su mismo partido—que la policía fue a detener de
madrugada y tonos vejatorios a la alcaldesa, Montserrat Venturós. Y se queda
tan ancho. El auto del juez dejaba claro que la detención se produjera causando
el menor perjuicio posible a la alcaldesa. Y la policía llamó al interfono, sin subir a
su casa, y Montse Venturós se tomó todo el tiempo que quiso, llamando por
teléfono a todo el mundo, antes de bajar y ser acompañada por la policía
catalana ante el juez. Solo faltaba que le pusieran una alfombra roja.
Protestas no faltaron, ni
faltarán para las sentencias de inhabilitación que se esperan. Pero eso ya
pasaba en el País Vasco, donde a cada etarra detenido se armaba una kale
borroka en distintas ciudades, con autobuses quemados, etc. En Catalunya no
está Eta, claro, pero las protestas no faltarán, haciendo fotos y denunciando
abusos ante el Tribunal de Estrasburgo. Decían los antiguos romanos, “Dura Lex,
sed Lex”, la Ley es dura, pero es la Ley.
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