El coordinador general de Convergència, Josep Rull, ha lanzado públicamente
un ultimátum a Unió, tras el referéndum en este partido, para que se defina a
favor de la hoja de ruta trazada por
CDC y ERC, antes del sábado. La hoja de ruta contempla declarar la
independencia de Catalunya a los 18 meses de las elecciones autonómicas del 27
de septiembre, con o sin acuerdo con el Estado (que aquí llaman DUI, Declaració
Unilateral de Independència). Ya solo quedan dos partidos en la hoja de ruta de Mas y Junqueras: CDC y ERC: todo un fracaso, frente a las cinco formaciones políticas que apoyaron el "dret a decidir" y el soberanismo.
La fecha del sábado es porque Artur Mas tiene que pronunciar ese día un
discurso en Molins de Rei como inicio de la pre-campaña electoral para el 27-S
que tendrá como lema “Benvinguts al futur”.
El actual equipo de Unió, con Duran, Espadaler (Conseller de Interior) y
Joana Ortega (Vicepresidenta de la Generalitat) ganó, aunque por estrecho
margen (50,3 por 100 de los votos válidos contra el 46,7 por 100), el referéndum
interno del domingo sobre la vía hacia la independencia de Unió Democràtica, a
favor de la hoja de ruta del procés estaba Antoni Castellà, actual Comisionado
de Universitats, y Nuria de Gispert, presidenta del Parlament, que ya se retira
después de esta legislatura.
Duran Lleida es consciente que su tiempo en política activa se acaba, pero
no quiere dejar un legado independentista a un partido que nunca lo ha sido.
Unió es un partido demócrata cristiano, nacionalista y de centro, y por lo
tanto pactista. Desde hace tiempo Duran y Mas, en política catalana, circulan
por líneas paralelas que nunca se encuentran. Duran ha sido crítico con Artur
Mas, pero sobre todo con “los hombres de Mas”, sobre cómo han fabricado el
“procés” hacia la independencia con unas fuerzas de izquierda y de modo
precipitado y nada coherente, especialmente en lo que se refiere a política
exterior, perdiendo cada vez más electores.
¿Ha llegado el momento de la ruptura de CiU? No sabemos lo que puede pasar
hasta el sábado. Aunque Rull actuaba en nombra de Mas y Espadaler en nombre de
Duran Lleida, la última palabra no está dicha. Duran ha convocado para el
miércoles el Comité de Gobierno de Unió, para estudiar la respuesta a darle a
CDC. Tal como están las cosas, es difícil pensar hoy que Convergència se
despegue de Unió, o que Unió se despegue de Convergència, pues ambas
formaciones tienen mucho que perder.
Artur Mas ya ha anunciado que se irá
si no puede “liderar el procés”, y por lo tanto necesita que los votos de Unió
no vayan a otro lugar o a la abstención. Duran Lleida, por su parte, sabe bien
que es un “apestado” para el mundo independentista, que lo considera como el
político que siempre pone palos en las ruedas del “procés”. En las redes
sociales le han dicho de todo, absolutamente de todo, lo mismo en CDC que en
ERC. Sería una gran fiesta para este mundo partidario de la DUI si Duran
anunciara su retirada.
Otros partidos
Dentro de los cambios políticos en Catalunya, la ex monja Teresa Forcades,
o monja en “excedencia”, quiere ser la Ada Colau de Catalunya, con su vuelco
total a la política, poniendo a CiU a la derecha corrupta del país. De momento
va saliéndose con la suya. No creo que encajen demasiado los de Podemos con las
ideas de Teresa Forcades. De momento le van bien las cosas a Forcades.
Y es que la izquierda tiene una manía con la religión, como si estuviéramos
antes del Concilio. Ahí está la portavoz municipal de Madrid, Rita Maestre, que
se encuentra imputada a causa del asalto a la capilla religiosa de la
Universidad de Madrid, donde se profirieron gritos obscenos y violentos contra
el Papa y los obispos españoles, en 2011, y en la protesta ella se desnudó de
cintura para arriba. El líder municipal del PSOE, Antonio Carmona, ya ha dicho
que un imputado no puede tener un cargo municipal. A Manuela Carmena le crecen
los enanos.
Mientras tanto, todos esperan el próximo movimiento de Mariano Rajoy, que
tendrá que mover sillas. Una silla que está ya movida, aunque no se ha hecho
público, es la de Alicia Sánchez-Camacho, presidenta del PP de Catalunya, que
ha situado al partido al borde de la nada. Es seguro que no será la candidata
del PP a las elecciones del 27-S en Catalunya y perderá su liderazgo.
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