Si Grecia no cumple ¿qué pasará?

Grecia tiene sobre su cabeza un ultimátum de la Unión Europea para que presente un plan de reformas si quiere la ayuda de la Unión Europea. 

El presidente del gobierno de Grecia, Alexis Tsipras, siempre en tono amenazante, asegura que no tendrá dinero líquido a finales de abril y en consecuencia podrá ser el colapso de Grecia si el Eurogrupo (los ministros de finanzas de la zona euro) no decide seguir alimentando las arcas griegas.

El Consejo Europeo consiguió el viernes 2.000 millones de euros para cubrir algunos planes ya acordados, con lo que Tsipras dijo que “es una buena señal”. Lo que pasa es que Grecia sigue sin presentar proyectos para ser financiados por la UE, y ni siquiera la buena voluntad de Bruselas ablanda las demandas de Atenas. Por ejemplo, el viernes acordó que Grecia solo pagaría el 5 por ciento de los planes para el empleo, mientras que los demás países pagan el 15 por ciento.

Grecia no cumple porque el actual gobierno elegido en febrero hizo unas promesas de mejoras económicas para “recuperar” el bienestar de los helenos, que no encaja ni con su capacidad financiera, ni con su endeudamiento, y tampoco con su sector público. 

El problema de Grecia es que no tiene ingresos, ni capacidad administrativa para cobrar impuestos. El sector público vive casi del aire del cielo, porque allí pocos pagan impuestos con lo que los servicios públicos son insostenibles. Pero además el equipo de gobierno aseguró en su campaña electoral que no subirían los impuestos, y menos el IVA que grava el consumo. Grecia había iniciado una tímida recuperación en 2014, pero ahora vuelve a los números rojos (decrecimiento del PIB) con el actual gobierno. 

También Tsipras anunció el acto de defunción de la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), y ahora resulta que a estos de la Troika se les llama “instituciones”, con las cuales negocia. Tsipras ha sacado un conejo de la chistera: dijo que la crisis de Grecia es una “crisis humanitaria”, producida por los rigores de la Troika y que tiene como consecuencia de que hay gente que pasa hambre y necesita dar de comer a estos hambrientos. No ha habido ningýun huracán, ni un tsunami, pero el hambre está ahí consecuencia de años de mal gobierno. Y Bruselas sigue avanzando dinero (2.000 millones el viernes pasado).

Buena voluntad por parte de Bruselas hay, pero Tsipras no presenta planes para paliar la crisis económica griega, y sin planes es difícil obtener ayudas. Los griegos temen lo peor: un colapso financiero que llevaría a Tsipras a iniciar una revolución al estilo venezolano. De momento va consiguiendo ayudas sin que su gobierno se comprometa en planes que no desea cumplir. Entonces, ¿seguirá siendo Grecia un país que vive de la subvención europea? Probablemente sí, si Europa no quiere tener un chavismo en el Mediterráneo. 

¿Conseguirán Alemania, Francia, España, etc., recuperar los préstamos a Grecia? Cada vez se ve más difícil dada la actitud del gobierno heleno que quiere conseguir pasito a paso la subvención que en cada momento necesita Grecia para cubrir sus necesidades “perentorias”, como pagar los salarios a los funcionarios y abastecer los comedores para los que no tienen comida.

Tsipras sigue hablando que el problema de Europa es conseguir una equidad “democrática” entre los países. Esto significa que el gobierno de Atenas, elegido democráticamente, debe cubrir sus aspiraciones y cumplir su programa demagógico electoral, pues"fue elegido democráticamente". Pero los demás países dicen que también han sido elegidos democráticamente y que no tienen el mandato de sus electores de seguir ayudando a Grecia indefinidamente desde sus bolsillos.Para la izquierda, las soluciones o las políticas "democráticas" son siempre las que ellos establecen o pregonan.

Aquí chocan dos mentalidades: la germana y europea del norte por una parte, y la mediterránea por otra, donde el posibilismo, el juego de palabras y la demagogia siempre ha jugado un papel importante para conseguir vivir pagando los europeos del norte. Y en este forcejeo estamos: ¿Quién saldrá ganado?