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¡Suben los precios! ¡Bajan los salarios! ¡Somos los mejores!

Empezamos el año con la tradicional subida de precios, y con la esperanza de las rebajas de enero. Los precios que suben son los de los servicios públicos más principales (gas, transportes, electricidad, correos, impuestos municipales (grúa…), etc.), por encima del IPC, entre 1 y 7 puntos. No han dicho nada del agua –por el momento—y de otros impuestos y tasas. Ha subido el carburante, las comisiones de los bancos, la sanidad, las matrículas de las universidades (subirán este año), etc., etc.

Sin embargo, y por el contrario, los salarios han bajado –los salarios de funcionarios y de nuevas contrataciones—o quedan congelados. Según la consultora Torres Watson los salarios en 2010 subieron un 1,8 por 100 con una inflación -hasta noviembre- del 2,3 por ciento interanual. Las pensiones se quedan como estaban, salvo las pensiones mínimas.

Conclusión: el poder adquisitivo de las familias baja, el nivel de vida baja, y así vamos a continuar hasta que toda la economía esté en su sitio y terminemos con el despilfarro de los servicios y actividades subvencionadas y el parfasitismo instalado en el sector público y privado.

1. En primer lugar se encuentra la minería del carbón, que para mantener a los mineros, mejor sería darles una pensión al 100 por 100 y dejaran de trabajar si tenemos que consumir el malísimo carbón español, pues cuando una empresa no da beneficios debe cerrar, y así los trabajadores de "todas las empresas que cierran" estarían en igualdad de condiciones.

2. Los transportes, especialmente los urbanos, mantienen subidas desde hace 21 años ininterrumpidamente por encima del IPC, al menos los de Barcelona (este año suben un 3,77 por 100), con lo que a uno se le antoja o que hay mucho gasto inútil, o que hay demasiado personal, o que hay mala gestión. De todo un poco, imagino. Alguien tiene que parar esto porque afecta centenares de miles de ciudadanos. Y además es un servicio subvencionado, pues la tarifa sólo cubre un poco más de la mitad del coste del servicio y lo demás lo paga el Estado, o sea toos los ciudadanos.

3. Los carburantes suben y subirán por la bajada del euro (el petróleo se mide en dólares) y por el aumento de impuestos, lo cual significa que afectará a todos los productos que precisen de un transporte, a pesar de que hay carburantes subvencionados en agricultura y pesca, entre otros.

4. La sanidad sigue subiendo a un ritmo de coste global del 6 al 7 por ciento anual, o sea bastante por encima del IPC. Tenemos una sanidad gratuita y es un logro difícil de igualar. Pero ¿es justo? ¿Es justo que tengan sanidad pública totalmente gratuita sectores sociales de rentas altas? ¿Es justo que vengan de Alemania y de la Unión Europea a operarse gratuitamente en España porque es gratis? ¿Es justo que paguen lo mismo (o sea cero) en sanidad los pensionistas, parados e imposibilitados que los que tienen un trabajo bien remunerado? Una cosa es el co-pago y otra distinta que pague el que más tiene para que se beneficie el que no tiene o tiene muy poco (justicia distributiva).

5. La universidad pública está subvencionada por el Estado (por todos los españoles) en un 85 por ciento de las matrículas, dado que los estudiantes sólo pagan un 15 por ciento. ¿Es justo que paguen lo mismo hijos de altos asalariados o de altas rentas, que el hijo de una familia con pocos recursos? Porque de ser así, paga mucho más el de rentas más bajas que las rentas altas (un euro tiene el mismo valor para un pobre que para un rico) . ¿No deberían ir a la universidad los mejores, y por tanto merecerían la gratuidad de los estudios?

6. El encarecimiento de los servicios bancarios está muy reñido con la decisión de los altos dirigentes de bancos y cajas de ahorro –pésimos gestores y principales responsables del crack financiero e inmobiliario que sufrimos— de subir sus propios sueldos ya de por sí millonarios muy popr encima del IPC. No me importa si ganan mucho estos dirigentes, pero no conozco todavía en España a ningún banquero o “cajero” que haya dimitido como no sea por el cierre de sus actividades, y veo alarmado que en las fusiones se despedirán a unos 20.000 empleados con 55 años y más, con un 95 por ciento de los sueldos, y los dirigentes seiguen ahí en sus puestos. Sobre este tema volveremos otro día, pero apunto que el Banco de España que debe velar por la solvencia del sistema financiero, en realidad no lo ha hecho, o no lo ha hecho bien, y nadie ha dimitido, porque toda la cúpula del sistema financiero español es un clan.

Son los apuntes de nuestra crónica de primeros de año. La conclusión es que hay mucha subvención, mal distribuida, que genera injusticias, que estropea la economía productiva, que golpea el consumo, y seguimos sin tener crédito, y sin él no podemos crear empresas, y si no creamos empresas, no crearemos trabajo y por tanto generamos pobreza, malestar, desigualdades e injusticias y con todo ello atentamos a las libertades fundamentales de los ciudadanos.

¡Cuidado! No todo es negativo. En deportes, cuyos protagonistas ganan millones a espuertas, ¡somos los mejores!, y lo seguiremos siendo, porque aquí el Estado interviene muy poco. Esperemos que no lo estropeen las federaciones.
Salvador Aragonés

Comentarios

  1. Estupendo análisis, Salvador. Y por lo ajustado y realista, muy preocupante.
    Saludos cordiales.

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