Artículo publicado en el diario La Repubblica - Italia | Viernes, 10. Diciembre 2010
Joaquín Navarro-Valls sobre apariencia, realidad y Wikileaks
En el marco del debate actual en torno a Wikileaks, el antiguo portavoz del Vaticano Joaquín Navarro-Valls defiende en el periódico liberal de izquierda La Repubblica la trascendencia moral de la transparencia lograda gracias a las revelaciones: "El fenómeno de Wikileaks, a fin de cuentas, no constituye una patología violenta del mundo mediático, sino la incapacidad de la vieja política de ajustarse a una realidad en la que todo puede hacerse público … .
El único remedio que resta a las autoridades para resistir al chismorreo global es practicar una autoridad personal y responsable en el ejercicio del poder. Porque en el futuro será imposible ser pervertido y parecer puro o ser belicista y parecer pacifista. La era de Internet ya no otorga descuentos a nadie. No tanto porque la apariencia cuenta más que el ser, sino más bien porque el ser se ha vuelto inseparable de la apariencia misma. Puede parecer bueno sólo quien realmente lo es y parecer malo sólo quien hace todo por parecer bueno. Una paradoja que todavía logra más bien ahuyentar la hipocresía que debilitar a las autoridades. Wikileaks, en resumen, podría tornarse una garantía final de que los valores que no son virtudes no sobrevivan, porque tarde o temprano serán desenmascarados por los comportamientos incoherentes de los falsificadores de la moral pública."
Joaquín Navarro-Valls sobre apariencia, realidad y Wikileaks
En el marco del debate actual en torno a Wikileaks, el antiguo portavoz del Vaticano Joaquín Navarro-Valls defiende en el periódico liberal de izquierda La Repubblica la trascendencia moral de la transparencia lograda gracias a las revelaciones: "El fenómeno de Wikileaks, a fin de cuentas, no constituye una patología violenta del mundo mediático, sino la incapacidad de la vieja política de ajustarse a una realidad en la que todo puede hacerse público … .
El único remedio que resta a las autoridades para resistir al chismorreo global es practicar una autoridad personal y responsable en el ejercicio del poder. Porque en el futuro será imposible ser pervertido y parecer puro o ser belicista y parecer pacifista. La era de Internet ya no otorga descuentos a nadie. No tanto porque la apariencia cuenta más que el ser, sino más bien porque el ser se ha vuelto inseparable de la apariencia misma. Puede parecer bueno sólo quien realmente lo es y parecer malo sólo quien hace todo por parecer bueno. Una paradoja que todavía logra más bien ahuyentar la hipocresía que debilitar a las autoridades. Wikileaks, en resumen, podría tornarse una garantía final de que los valores que no son virtudes no sobrevivan, porque tarde o temprano serán desenmascarados por los comportamientos incoherentes de los falsificadores de la moral pública."
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