En este último artículo del año 2010 en mi blog deseo a todos, os deseo, un feliz año 2011, que sea realmente lleno de alegría que brota de dentro de nosotros, producto de la satisfacción de estar en paz con nosotros mismos y que hagamos aquello que creemos que en conciencia debemos hacer, para el bien de toda la sociedad.
Para los cristianos, mañana es la Jornada Mundial de la Paz que este año el papa Benedicto XVI la ha dedicado a la persecución de los cristianos en muchas partes del mundo, para recordar que la fe es perseguida, incluso con la espada, en muchos sitios del planeta. Esto siempre ha sido así porque lo anunció ya el fundador, Jesucristo, que los cristianos serían perseguidos “a causa de mi nombre”. Y el primer ejemplo fue el martirio de los apóstoles.
Hay persecuciones que se hacen con la espada, o con las bombas, o con la cárcel, o con la aniquilación psíquica, o con la emigración obligatoria, o con las amenazas, o con impedir el culto público, o con leyes que destrozan la naturaleza humana desde su mismo comienzo hasta el final de su trayectoria natural. Y no quiero seguir.
Noticia buena y noticia mala de Zapatero
Ayer recibimos los que vivimos en Cataluña, dos felicitaciones de Año Nuevo: una de Zapatero y otra de Artur Mas. El primero nos dio noticias buenas y noticias malas, y el segundo sólo nos podía dar esperanza cara al futuro.
La primera es que eliminó la incertidumbre de la jubilación a los 67 años (ahora “de facto” es a los 63) y que será gradual hasta el año 2027, cuando muchos pensionistas actuales estén ya calvos del todo. Espero que la noticia tranquilice a los sesentañeros actuales (no en cuanto al montante de su pensión porque de entrada están congeladas en 2011 y desconocemos si habrá más congelaciones en los años venideros) en el sentido de que cobrarán una pensión, mucha o poca, dependiendo de sus años de cotización y de la cantidad de su aportación.
La noticia mala es que quiere agotar la legislatura “porque queda trabajo y esfuerzo” por hacer. ¡Que Dios nos coja confesados! ¡Deje de trabajar y de esforzarse, señor Zapatero, por Dioooooosssss (o por Alá, o por el dios “talante”, o por los dioses brotes verdes que seguimos esperando)! ¡Descanse tranquilo y convoque elecciones! ¡Que no trabaje, que descanse en una hamaca en las Bahamas, que lo pagaremos los españoles gustosos! Últimamente le vemos demasiado cansado y ojeroso, señor Zapatero, y Sonsoles, su esposa, merece tener a su lado al marido que no ha tenido estos años.
Pero quizá Zapatero se jubile antes, pues todo dependerá si los vascos le dan o no su voto en los nuevos presupuestos para el 2012, y estaríamos ante un adelantamiento ligero (“técnico” les gusta decir a los politólogos) de las elecciones, cuyo calendario legal es el marzo del 2012.
El mensaje de Artur Mas
Y después está Artur Mas, el nuevo President, cuyo discurso no aportó ninguna novedad de las que ya había manifestado en la campaña electoral y en la investidura reciente, aunque sí fue un canto a la esperanza en el futuro de los catalanes y de Cataluña como país y como nación. También aportó el contexto, el marco. El discurso no fue en un hospital, o en una ciudad catalana elegida al efecto, como hacía el tripartito. Mas hizo un discurso en el Palau de la Generalitat, sede central de la institución, como lo hacen muchos los jefes de estado y de gobierno del mundo, al ser un discurso institucional. Y lo pronunció en el Salón de la Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña, con al fondo la figura de Sant Jordi Patrono de Cataluña. Y así lo explicitó Artur Mas en sus palabras, recuperando la memoria histórica de Cataluña. Esta memoria, que en lo que tenía que ver de religioso, los dos presidentes socialistas querían eliminar, de modo particular Maragall, que cambió y desvirtuó el magnífico Salón de la Verge de Montserrat, del Palau de la Generalitat, tan emblemático en la época de Jordi Pujol President, y que hizo “desaparecer” (dijo que debía repararse, cuando estaba en un estado casi perfecto) la estatua de Sant Jordi de la capilla del mismo nombre del Palau.
Artur Mas, en estos momentos, no hace más que recibir parabienes y felicitaciones. Es normal. Pero él sabe muy bien que detrás de estas muestras de afecto le espera un trabajo duro, agrio y que no podrá repartir caramelos, como los Reyes Magos, porque la Generalitat se ha quedado hasta sin caramelos. Así de claro.
Feliz Año 2011
Salvador Aragonés
Para los cristianos, mañana es la Jornada Mundial de la Paz que este año el papa Benedicto XVI la ha dedicado a la persecución de los cristianos en muchas partes del mundo, para recordar que la fe es perseguida, incluso con la espada, en muchos sitios del planeta. Esto siempre ha sido así porque lo anunció ya el fundador, Jesucristo, que los cristianos serían perseguidos “a causa de mi nombre”. Y el primer ejemplo fue el martirio de los apóstoles.
Hay persecuciones que se hacen con la espada, o con las bombas, o con la cárcel, o con la aniquilación psíquica, o con la emigración obligatoria, o con las amenazas, o con impedir el culto público, o con leyes que destrozan la naturaleza humana desde su mismo comienzo hasta el final de su trayectoria natural. Y no quiero seguir.
Noticia buena y noticia mala de Zapatero
Ayer recibimos los que vivimos en Cataluña, dos felicitaciones de Año Nuevo: una de Zapatero y otra de Artur Mas. El primero nos dio noticias buenas y noticias malas, y el segundo sólo nos podía dar esperanza cara al futuro.
La primera es que eliminó la incertidumbre de la jubilación a los 67 años (ahora “de facto” es a los 63) y que será gradual hasta el año 2027, cuando muchos pensionistas actuales estén ya calvos del todo. Espero que la noticia tranquilice a los sesentañeros actuales (no en cuanto al montante de su pensión porque de entrada están congeladas en 2011 y desconocemos si habrá más congelaciones en los años venideros) en el sentido de que cobrarán una pensión, mucha o poca, dependiendo de sus años de cotización y de la cantidad de su aportación.
La noticia mala es que quiere agotar la legislatura “porque queda trabajo y esfuerzo” por hacer. ¡Que Dios nos coja confesados! ¡Deje de trabajar y de esforzarse, señor Zapatero, por Dioooooosssss (o por Alá, o por el dios “talante”, o por los dioses brotes verdes que seguimos esperando)! ¡Descanse tranquilo y convoque elecciones! ¡Que no trabaje, que descanse en una hamaca en las Bahamas, que lo pagaremos los españoles gustosos! Últimamente le vemos demasiado cansado y ojeroso, señor Zapatero, y Sonsoles, su esposa, merece tener a su lado al marido que no ha tenido estos años.
Pero quizá Zapatero se jubile antes, pues todo dependerá si los vascos le dan o no su voto en los nuevos presupuestos para el 2012, y estaríamos ante un adelantamiento ligero (“técnico” les gusta decir a los politólogos) de las elecciones, cuyo calendario legal es el marzo del 2012.
El mensaje de Artur Mas
Y después está Artur Mas, el nuevo President, cuyo discurso no aportó ninguna novedad de las que ya había manifestado en la campaña electoral y en la investidura reciente, aunque sí fue un canto a la esperanza en el futuro de los catalanes y de Cataluña como país y como nación. También aportó el contexto, el marco. El discurso no fue en un hospital, o en una ciudad catalana elegida al efecto, como hacía el tripartito. Mas hizo un discurso en el Palau de la Generalitat, sede central de la institución, como lo hacen muchos los jefes de estado y de gobierno del mundo, al ser un discurso institucional. Y lo pronunció en el Salón de la Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña, con al fondo la figura de Sant Jordi Patrono de Cataluña. Y así lo explicitó Artur Mas en sus palabras, recuperando la memoria histórica de Cataluña. Esta memoria, que en lo que tenía que ver de religioso, los dos presidentes socialistas querían eliminar, de modo particular Maragall, que cambió y desvirtuó el magnífico Salón de la Verge de Montserrat, del Palau de la Generalitat, tan emblemático en la época de Jordi Pujol President, y que hizo “desaparecer” (dijo que debía repararse, cuando estaba en un estado casi perfecto) la estatua de Sant Jordi de la capilla del mismo nombre del Palau.
Artur Mas, en estos momentos, no hace más que recibir parabienes y felicitaciones. Es normal. Pero él sabe muy bien que detrás de estas muestras de afecto le espera un trabajo duro, agrio y que no podrá repartir caramelos, como los Reyes Magos, porque la Generalitat se ha quedado hasta sin caramelos. Así de claro.
Feliz Año 2011
Salvador Aragonés
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