Empieza el
año de las vacunas, con unas elecciones catalanas que las encuestas se encargan
de decirnos lo que pasará (no siempre aciertan). En Catalunya acabó el año con
el final de una legislatura llena de sobresaltos y con un gobierno que se
dedicó más a la agitación independentista que a gobernar, con Quim Torra al
frente.
Ahora nos
espera un nuevo gobierno tras el 14-F fecha en la que han sido convocadas las
elecciones. Según las encuestas, las elecciones pueden acabar con un gobierno
pactado entre Esquerra Republicana y los socialistas del PSC, apoyado también
por los Comunes (versión Podemos en Catalunya).
Hemos dicho
gobierno pactado, no de coalición. Es repetir la fórmula de Madrid donde ERC y
el PSOE gobiernan sin coaligarse. Es cierto que Pere Aragonès dice que se
entiende mejor con el PSOE y que con Miquel Iceta, cabeza de lista del PSC, pero
eso fue así también con Jordi Pujol cuando pactó con el PP y con el PSOE.
Hablamos de
lógica --si es que la política tiene lógica—de la lógica del reparto de poder.
Esto llevará al Junts (el partido del ex president Carles Puigdemont) a estrecharse el cinturón y reducir los gastos
en Waterloo, donde residen --y comen-- Puigdemont y los suyos, es decir los
“exiliados” o fugados de la justicia y su corte, y el llamado “Consell per la
República”, cuya composición casi nadie los conoce en Catalunya.
La analogía política
entre Madrid y Barcelona ha funcionado siempre., hasta ahora. Con los gobiernos
de Jordi Pujol, que apoyaba a los gobiernos del PP y del PSOE sin formar parte
de ellos, y en la época del tripartito de Pasqual Maragall, cuando ERC daba su
apoyo al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
El Govern de
ERC rebajará su tensión independentista, sin dejar de serlo, y dedicarse a
reconstruir este maltrecho país. Maltrecho no solo a causa de la Covid-19, sino
por la caída de los índices económicos que ha causado el “procés” en los
últimos años. No voy a decir qué índices, porque los airea la prensa cada dos
por tres.
Pere
Aragonés, president en funciones, afirma de que lo primero es reconstruir el
país antes de proclamar la independencia --que se queda en papel mojado,
mientras no haya una mayoría social potente--. Lo dice también Oriol Junqueras.
O más bien, Pere Aragonés lo dice, porque lo dice Oriol Junqueras.
Por la
calle se ven pocos lazos amarillos, no
porque los presos han sido indultados o amnistiados, y los “exiliados” han
vuelto. No. Porque todo sigue igual: los presos siguen en la cárcel (suavizada
ciertamente) y los que se fueron siguen sin poder volver por seguir pendientes
de la justicia española.
¿Serán
indultados? Desde el primer momento, el partido socialista (PSOE) está de
acuerdo con los indultos, a pesar de que jurídicamente sea muy complicado, pues
los afectados no solo no están arrepentidos de lo que hicieron, sino que siguen
diciendo “ho tornarem a fer” (lo volveremos a hacer). Claro que sería (o será)
una decisión política, pero en un estado de derecho la política no está por
encima de la ley, o al menos no lo debería estar. ¿Hay otro medio para rebajar
la tensión en Catalunya?
Los presos y
los fugados piden la amnistía, pero eso sí que sería dar un salto mortal
saltándose la ley.
¿Y los otros
partidos, como PP, Vox, Ciutadans (el que ganó las elecciones en 2017, por
encima de los indepedentistas) PDECat, CUP, etc.? No estarán en el reparto de
poder en Catalunya. Ciudadanos seguirá teniendo fuerza electoral, aunque mucha
menos, mientras que el PP está sin liderazgo tanto aquí como en Madrid, y los
pocos votos que tiene serán repartidos con Vox.
El PDECat es
el partido de Artur Mas, aunque no lo lidere, y este arrastra múltiples errores
de estrategia, de táctica y de nariz política. La CUP seguirá con su grupito de
diputados intentando condicionar al govern, mientras que el gran opositor será
el partido de Puigdemont, con Laura Borrás el frente, pues Puigdemont es
eurodiputado, de momento, y vive en Bruselas.
Lo que hemos
escrito antes es en base a lo que vemos y a lo que nos dicen las encuestas,
sabiendo que la única encuesta que vale es la del 14 de febrero.
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