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Las mociones… y Rajoy


Todos se han dado cuenta que las decisiones judiciales mandan más en España que los partidos y el Gobierno juntos. Una sentencia, un auto o una providencia mueve masas, muchas más que las leyes aprobadas. Las decisiones judiciales levantan las masas, ponen a hervir las redes sociales, crean colores (amarillos, negros y rojos), llenan las plazas, plantean mociones de censura…

¿Alguien se ha preguntado por qué en España mandan más los jueces que los políticos? Quienes realmente se lo han preguntado son sus señorías, magistrados y jueces. Ellos –lo dicen en sus reuniones—están supliendo en estos momentos a la política, lo cual es malo, pero no les toca otra solución que seguir adelante. ¿Hay política en España o hay barullo?

Cuando los jueces levantan tantas ampollas -unas por su credibilidad (Bárcenas) y otras por su incredibilidad (la manada) y las de más allá crean divisiones (independentistas catalanes)- me hace pensar en la poca madurez de un pueblo que actúa guiado casi siempre por las emociones.

¿No necesitaríamos apaciguar un poco todo esto?, me preguntó un intelectual catalán al que aprecio. Charlamos largo rato y la conclusión fue que si no se hace política es que no hay políticos de altura, no hay líderes. Los políticos están más pendientes de lo que se dice en la plaza, en los medios, en las redes y en las encuestas, que a defender valores permanentes basados en el acervo común que nos une a todos y que traza una meta clara, posible e ilusionada para el futuro.

Ahora, en el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional, y en todo Madrid, parece que casi todo está patas arriba, todo revuelto. Y mientras unos piensan que no va a quedar títere con cabeza en el gobierno actual, otros piensan que no va a pasar nada.

Y mi amigo intelectual me dice: “yo no creo ni en una cosa ni en otra”. Hay tres protagonistas, y un cuarto en la retranca (Iglesias). Los tres quieren ser presidentes del Gobierno: uno, a través de mociones de censura (Pedro Sánchez) que las presenta sin medir los escaños con que cuenta, otro (Rajoy) que no quiere ceder su silla de presidente para nada, y el tercero (Rivera) que quiere ser presidente con unas elecciones ahora que le sonríen las encuestas. Cuando solo hay una silla presidencial, contentar a todos es imposible.

Vamos por partes. No parece que Pedro Sánchez gane esta partida, por carecer de apoyos necesarios (llegar a 176 diputados), y a final de semana lo sabremos.

Mariano Rajoy intentará capear el temporal, pues ya tiene los presupuestos aprobados—falta pasar por el Senado y puede ser un trámite, o no, pero esto lo decide él con mayoría absoluta en la Cámara Alta—y tiene el acuerdo de los otros pretendientes al sillón presidencial de mantener el artículo 155 en Catalunya. 

Pero ¿podrá gobernar con el Congreso en contra? Es evidente que no podrá aprobar otros presupuestos, ni ninguna Ley o Decreto-ley, pues “la legislatura ha terminado”, según Rivera.
¿Puede prosperar una moción de censura para convocar elecciones? Mira por dónde, los vascos del PNV son hoy el gran apoyo de Rajoy. Ellos van “a lo que convenga a los vascos”, es decir a no crear inestabilidad en España ahora que su economía va muy bien. Pero el PNV es muy insuficiente. ¿Apoyará el PSOE una moción de Rivera para convocar elecciones? No lo creo si Rivera no apoya la moción de Sánchez.

Unas nuevas elecciones ¿tumbarán a Rajoy y al PP? Es posible. En mi opinión personal, esta semana Rajoy debería anunciar que no se presentará más a las elecciones. Pero sé que no lo hará. No es su talante.

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