La próxima semana empieza la campaña
electoral catalana, y hasta ahora, visto y oído lo que se ha dicho en la
pre-campaña, no se perfilan futuros, y las encuestas no lo acaban de resolver.
Veamos qué dicen las formaciones que se presentan y pueden sacar diputados:
Para Esquerra
Republicana (Junqueras) y para JuntsxCat
(Puigdemont) (antes Convergència y después PDeCAT, o mejor dicho los restos del
partido que fundó Jordi Pujol), después de las elecciones habrá que negociar
con el Estado y con Europa la vía hacia la independencia de Catalunya. Abandonan
la DUI (Declaración Unilateral de Independencia). O sea, más de lo mismo. En la
legislatura anterior formaban la coalición JuntsxSi
y organizaron un referéndum ilegal.
Esquerra
Republicana está liderada por Oriol Junqueras y
seguido por Marta Rovira, una mujer muy radical que puede ser procesada; por el
exministro de Exteriores de la Generalitat Raül Romeva, que no consiguió que un
solo país reconociera la república catalana, y la presidenta del Parlament,
Carme Forcadell, que ha dejado un recuerdo de ineptitud y sectarismo. Esta
candidatura –que puede ganar las elecciones—tiene a su frente al ex Conseller
de Economía que dejó escapar de Catalunya a más de 2.500 empresas (las más
importantes).
JuntsxCat, “la lista del President”, está encabezada por Carles Puigdemont
desde Bruselas, teniendo como número dos al presidente de la ANC, organizadora
del referéndum, Jordi Sànchez (cuidado con poner el acento bien), un político
ex comunista que apoyó durante mucho tiempo a HB y apoya a Bildu. Del
presidente destacan su poca solidez política: un día va contra Europa, después
contra la OTAN, siempre apoyado por Rusia y Venezuela, y siempre contra España.
Sus “amigos” europeos descansan en las bancadas parlamentarias de los
nacionalistas de la extrema derecha. En tres horas pasó de convocar elecciones
catalanas a declarar la república. Poca broma.
Catalunya
En Comú-Podem, el partido de la alcaldesa Ada
Colau, liderado ahora por Xavier Domènech, se mueve entre el independentismo light y Podemos. No quiere ser partido
bisagra. Esta formación tuvo un espectacular resultado electoral en las generales
de 2015, pero en las autonómicas no parece que le vayan bien las cosas, por los
vaivenes de la alcaldesa entre el sí y el no a la independencia. Han dicho que no pactarán con los independentistas. O sea que Miquel Iceta aumenta sus posibilidades.
El
PSC, el partido de los socialistas catalanes liderado por Miquel Iceta, ha
tomado el centro político, al presentarse como el partido del diálogo, que
quiere cicatrizar las heridas causadas por el “procés”. Se declara
Constitucional, aunque Miquel Iceta nunca ha echado leña al fuego
independentista. Puede aumentar de manera importante los votos entre quienes quieren
que llegue más tranquilidad. El candidato es un político muy experimentado. Ha
sabido integrar en su candidatura a los antiguos de Unió Democràtica (Duran
Lleida).
Ciudadanos reivindica haber sido el principal partido que ha plantado cara a
los independentistas, hablando claro y sin complejos, por parte de su joven
candidata y cabeza de lista Inés Arrimadas. Aunque adolece de inexperiencia C,s
sigue siendo un baluarte contra el independentismo, y puede ayudar a hacer
presidente a Miquel Iceta, si hay mayoría no independentista. Disputa a los
socialistas los votantes del llamado “cinturón rojo” de Barcelona, donde la
inmigración se siente muy española. Hoy es el segundo partido catalán.
El PP
tiene muy mala prensa y pocos seguidores. Rajoy es la “bestia negra” a batir
por todos los partidos. El PP nunca ha sabido sacar adelante una formación
exitosa en Catalunya, y solo ha interesado cuando los votos de Convergència de
Jordi Pujol eran necesarios en Madrid. Según las encuestas, va a perder apoyos.
Finalmente, la CUP, Candidatura d’Unitat Popular, que en la pasada dura y difícil legislatura
catalana ha co-gobernado con los convergentes y republicanos de ERC. Liquidaron
a Artur Mas y después lograron una Declaración Unilateral de Independencia.
Ahora perderán apoyos que irán seguramente a Esquerra Republicana. No modifican
su credo anticapitalista, anarco-marxista y asambleario.
Después del 21-D pueden pasar muchas
cosas, y como se sabe las matemáticas hacen milagros después de unas
elecciones.
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