El problema de los vientres de alquiler plantea un primer
problema: ¿es un derecho o un abuso? Hay
potros problemas que no los vamos a tratar en este artículo.
Veamos primero si es un “derecho” como quieren sus defensores, basado en el derecho a tener un hijo. ¿Existe este
derecho? No está escrito en ningún
código. Y si una pareja desea mucho un hijo, puede adoptarlo. Hay miles y
miles de niños dispersos por el mundo que podrían vivir mejor en una familia
con un mínimo de bienestar. La
maternidad subrogada implica hacer trampas a la naturaleza.
Algunos dicen –sobre todo si son una pareja homosexual—que
una adopción carece de lazos biológicos con uno de la pareja. Pero sigue siendo
una trampa: el hijo no nacerá como fruto de una relación de amor abierta a la
reproducción, que es como tiene que ser siguiendo los cánones naturales. ¿Qué es entonces?
Vamos a contarlo. Personalidades
y políticos de todas las ideas se han opuesto a los “vientres de alquiler”
(sus defensores hablan sibilinamente de “maternidad subrogada” como los
abortistas hablan de “interrupción del embarazo”, para no asustar) porque no
solo es hacer un falso a la naturaleza, sino porque se explota a una mujer que
es la gestante, que por ello cobra un dinero. De ahí podemos responder a la segunda pregunta ¿es un abuso? Sí, claro.
Si una mujer cobra un dinero para tener un hijo –se puede
decir que es un pago por los riesgos—se
ha mercantilizado el cuerpo de una mujer. Siempre se trata de una mujer
necesitada de dinero que se presta a eso, del mismo modo que son los
necesitados de dinero los que “venden”
sus propios órganos humanos (tráfico de órganos).
¿Y qué pasa con los
derechos del niño? Ya se han dado casos en que el donante o “comprador” ha
rechazado la “mercancía” por estar averiada (síndrome de Down,
enfermedad congénita, malformación…). ¿Qué dice el “contrato de alquiler”? ¿Que el “producto” ha de estar en buenas
condiciones? Es como quien alquila un coche que debe estar en buenas
condiciones de funcionamiento, si no se devuelve. ¿Dónde están los derechos del niño? ¿O es que los niños “todavía”
no son seres humanos por no ser adultos?
Por otro lado, ¿es un
contrato libre entre la mujer y el donante? Se hace difícil hablar de libertad contractual cuando la mujer está necesitada de dinero y sufre personalmente
por este problema. Es una presión que le obliga a aceptar la propuesta de tener
un hijo para otro.
La mujer que acepta gestar un hijo para una pareja que
desconoce es porque necesita el dinero. Vive en países menos desarrollados,
donde abunda la pobreza. Lo mismo ocurre con el tráfico de órganos humanos: solo
dan órganos los que necesitan dinero y viven pobremente.
Lo cierto es que no se embarazan las mujeres “por motivos
altruistas”, pasando nueve meses en gestación y con los riesgos del parto para
dar luego el hijo a un desconocido. Se ha desarrollado un “turismo reproductivo” y estos países son India, Tailandia,
Camboya…
La demanda de vientres de alquiler se encuentra en los
Estados Unidos y en Europa. Sin embargo, solo
tres países europeos aceptan legalmente inscribir a niños procedentes de
vientres de alquiler, como Portugal, Gran
Bretaña y Grecia. Otros países lo
prohíben, como Alemania, Francia,
Italia, España, Malta, Suiza, y Bulgaria. En otros países hay un vacío
legal.
En aquellos países asiáticos existen clínicas para la
reproducción y venta en alquiler, como hay también clínicas para el trasplante
y venta de órganos, y también turismo
sexual, y además están los paraísos fiscales, pero no por eso se va a legalizar
la evasión de impuestos.
Comentarios
Publicar un comentario