Tener un hijo pone
los pelos de punta en España, tanto a las familias, como a las empresas, ante
la ausencia de políticas de conciliación trabajo-familia por parte de los
poderes públicos. Las madres –y también los padres—consideran que tener un hijo es una operación de riesgo,
tanto por la continuidad en el trabajo como por la dificultad de poder
conciliar trabajo y familia. La mujer está muy estresada entre familia y
trabajo.
Así se desprende de un estudio elaborado por el Instituto de
Estudios Superiores de Empresa (IESE Business School) de la Universidad de
Navarra sobre “Maternidad y trayectoria
profesional” http://blog.iese.edu/nuriachinchilla/files/2017/05/IESE_ORDESA.pdf. La encuesta, elaborada por el Centro
Internacional I-WIL (IESE - Women in
Leadership) dirigido por la profesora Nuria Chinchilla, se distribuyó a
través del Club de Padres de Laboratorios Ordesa con equitativa distribución
geográfica.
Completaron la encuesta un total de 8.474 participantes. El
92,1 por 100 de los encuestados son mujeres y el resto hombres. La práctica
totalidad de los padres encuestados (98.4%) reportaron tener uno o más hijos
menores de 12 años.
El 97 por ciento de las mujeres aseguran que es “muy escasa” la ayuda que se otorga para
la maternidad, pues mientras los países de la Unión Europea destinan un 2,2 por
100 del PIB a ayudas a las familias, en España esta ayuda supone solo un máximo
del 1,4 por 100.
Y es más, el 91 por ciento de los hombres y mujeres
encuestados afirman que uno de los obstáculos para poder conciliar mejor la
vida laboral y familiar es “la falta de
flexibilidad de las empresas”. Si bien en numerosas empresas existen
“políticas de conciliación” entre trabajo y familia, en realidad acceder a estas políticas “no está bien visto” por los
jefes.
En este tema un 33 por ciento de las mujeres y un 25 por
ciento de los hombres encuestados se dan cuenta de que utilizar las medidas de “conciliación” en sus empresas “puede tener
consecuencias negativas para su carrera profesional”. O sea que son
“políticas de conciliación” más de cara a la galería que a beneficiar a los
trabajadores.
A medida que nos adentramos en la encuesta, los datos son
muy preocupantes. Resulta que a consecuencia de lo anterior España tiene el
índice de natalidad más bajo, con 1,32 hijos por mil habitantes y lleva así
tres décadas y no tiene asegurado el reemplazo generacional: el 66 por ciento
de las mujeres tienen un solo hijo, el 29,4 por ciento tiene dos hijos, y solo
el 4’2 por ciento tiene tres hijos. España debe vivir gracias a los
inmigrantes, si quiere mantener las pensiones y los servicios sociales que
tiene hoy.
Y esto es más grave cuando más del 50 por 100 de hombres y
mujeres encuestados asegura que hubieran
tenido más hijos, pero han tenido que renunciar por la falta de apoyos de los
gobiernos y de las empresas, y también por tener unos horarios escolares poco adecuados. Entre las soluciones proponen,
entre otras, adelantar el “prime time” en las televisiones,
adecuar los horarios comerciales, el trabajo parcial, el teletrabajo y otras
medidas que permitan a los empleados y trabajadores dedicar más tiempo a la familia.
Para el 60 por 100 de los hombres su trabajo es importante,
pero su familia lo es más, y manifiestan que, tanto él como su cónyuge o
pareja, realizan sacrificios laborales en favor de su familia. En el caso de
las mujeres, el 52.5 por 100 dicen que su familia es más importante que el
trabajo, pero que son ellas las que
hacen sacrificios laborales en favor de su familia, mientras que su cónyuge
o pareja se dedica principalmente al trabajo.
Según los encuestados, el número de hijos que hubieran
deseado sería en líneas generales
superior a los que tienen, hasta el punto que España tendría una
natalidad de 2,52 por mil, cifra que cubriría con creces el reemplazo
generacional.
Así las cosas, en España la mujer se siente claramente “discriminada” por su opción por la
maternidad (73 por 100), pues ésta comporta en España que la mujer renuncie
a “una mayor proyección profesional” (53 por ciento de las encuestadas).
Según la profesora Nuria
Chinchilla, co-autora del estudio y que lleva bastantes años dedicándose a
la conciliación trabajo-familia en el IESE, “un excelente empleado/a no está reñido en ser un buen padre o madre,
sino todo lo contrario. Trabajo y familia son dos ámbitos vitales que se
enriquecen mutuamente”. Las empresas tienen la responsabilidad de facilitar
entornos laborales que favorezcan la integración de la vida laboral, familiar y
profesional, para atraer y fidelizar el
talento femenino.
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