Lo que ocurre en el mundo
del soberanismo es cada vez más sorprendente. Que Artur Mas pida a unas
asociaciones independentistas que están por encima de los partidos, como son
ANC (Assemblea Nacional de Catalunya) y Òmnium Cultural, que hagan la “Llista
del President” no deja de ser chocante.
Que el jefe de un
partido, CDC, que acaba de divorciarse de otro partido, UDC (tras 37 años de
matrimonio) renuncie a hacer su candidatura y opte para que lo hagan terceros,
es extraño, sobre todo cuando los otros dos posibles socios de candidatura,
Esquerra Republicana y la CUP, las otras dos formaciones independentistas, ya
han dicho que no, que no quieren lista única. Artur Mas está obsesionado con la
“consulta” y la lista única de independentistas, quiere hacer esta consulta y
quiere que sea en estas próximas elecciones del 27 de septiembre, y por eso
llama a estas elecciones “plebiscitarias”.
En otras palabras, Artur
Mas defiende que estas elecciones sirvan para que los
electores catalanes decidan si quieren o no la independencia, y que quede
claro. Es una aspiración legítima, pero cuando ya fracasó en el primer intento,
en otoño pasado, el refrán castellano dice que “nunca segundas partes fueron
buenas”.
Con su brindis a las
organizaciones independentistas, Artur Mas declara formalmente que los partidos
son en estos momentos un estorbo, que no pueden hacer listas electorales y da a
la sociedad civil el poder de hacer las listas de candidatos al Parlament. Es
la llamada “Llista del President”, en se segunda versión, la versión bis. Mas ha dicho que no quiere la lista
“del” President, sino “con” el President. Es la guerra contra la ERC de Oriol
Junqueras, el cual quiere ir por su cuenta, igual que la CUP.
¿Cómo sería la
candidatura de Mas solicitada a la ANC? Pues tendría candidatos que van desde
el nacionalismo de los díscolos que se han ido de Unió Democràtica, su antiguo
socio, hasta los socialistas ex PSC, de Esquerra Republicana, ex de Iniciativa,
como Raúl Romeva, de la CUP como David Fernández,
el que viste camiseta con sandalias. Es decir una candidatura de izquierdas
encabezada por un presidente de derechas, Artur Mas: un “totum revolutum”. Esperemos que no haya ninguna monja.
En este año legislativo,
de octubre a junio, Artur Mas ha celebrado un referéndum ilegal; ha aprobado
proyectos y leyes ilegales; ha roto y ha rehecho su alianza con Esquerra
Republicana; ha abrazado al líder de la
CUP, un movimiento asambleario de izquierdas; ha roto con Unió Democrática, la
cual a su vez se ha roto internamente; ha roto al partido socialista (PSC); ha
fortalecido a Ciudadanos, y quiere ahora cohesionar y liderar (aunque diga que
no) el proceso hacia la independencia, que terminará dentro de 21 meses a
partir de ahora (18 a partir de las elecciones) con la declaración unilateral
de la independencia (DUI), si no le dan otra opción.
Mientras tanto, el gasto
de la Generalitat se ha disparado, el gobierno se ocupa solo de tapar agujeros,
de informar en qué cosas “nos ahoga Madrid”, y de abrir embajadas al exterior
para hacer loby internacional en
favor del reconocimiento del nuevo Estado Catalán independiente. En el nuevo
gobierno catalán, los que sustituyen a los tres consellers de Unió Democràtica,
no tienen un perfil puntero. Destaca la sustitución de Francesc Homs, el
portavoz, por una consellera más suave y de perfil social, Neus Munté. Homs era
una máquina de fabricar anti independentistas en Catalunya, y anti catalanistas
en el resto de España. Las encuestas lo detectaban cada vez más: las ruedas de
prensa después de las reuniones del gobierno tenían siempre saetas contra el
gobierno de Madrid.
Por vez primera en la historia hay en Catalunya un gobierno completamente independentista, sin sombra de duda, y dispuesto a gestionar las próximas elecciones autonómicas en las que el gobierno propone una hoja de ruta independentista para dentro de 18 meses..
A los 18 meses de las
elecciones, una de las promesas que hacen Mas y Junqueras, CDC y ERC, es que
desaparecerá el “fracaso escolar”. ¡Qué poco saben de escuelas! Como si el fracaso
escolar se pudiera suprimir por decreto. A no ser que pretendan que los alumnos
que suspendían ahora con un cinco sobre diez, suspendan a partir de 2017 con
solo un 2,5, o un 2, entonces sí que habrán terminado por decreto el fracaso
escolar, pero el prestigio exterior iría por los suelos, sin que se
reconocieran los títulos dados en Catalunya.
Mas dijo que quiere que Catalunya
sea un país como Finlandia, Dinamarca, Holanda o Suecia, pero se olvida que los
catalanes no son fineses, ni daneses, ni holandeses ni suecos, sino que
proceden de tradiciones mediterráneas, donde, por ejemplo, pagar impuestos no tiene la misma dev oción que en los países nórdicos.
.
En los ambientes
políticos catalanes ha sido ampliamente comentada la proclamación de Pedro
Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE, en un acto
calificado como “el banderazo”. Ha incomodado a los socialistas catalanes, y ha
sido ridiculizado por los independentistas, los cuales siguen pactando con los
socialistas en muchos ayuntamientos.
Comentarios
Publicar un comentario