Ir al contenido principal

El precio de la sonrisa de un niño


Según Unicef, 65 millones de niños menores de cinco años podrían morir en los próximos 15 años, por causas que son evitables. Cifra escalofriante. ¡Casi cuatro millones de niños al año! ¿Cómo parar eso?

¡Qué doloroso es ver las caras de niños tristes! ¿Cuánto cuesta una sonrisa de un niño? ¿Alguien se puede imaginar una cara de un niño triste, hoy, mañana, pasado y siempre? Un niño triste ha dejado de ser niño, porque le faltan alimentos, las medicinas elementales, la higiene mínima, una familia… Y las madres sufren con los niños: no pueden dar a sus hijos lo mínimo que necesitan, y por eso los niños están tristes.

¿Cuánto vale la sonrisa de un niño? Muchas madres y padres esperan un día la sonrisa del niño, la sonrisa que ensancha el corazón de ternura, de afecto, de amor. Nada contagia más que la sonrisa de un niño. Su sonrisa es la nuestra y nos quita de la cabeza preocupaciones,  estrés y malos humores.

Pero aquellos niños que les espera la muerte, no sonríen, nunca faltará la esperanza de un mañana mejor, pero por el momento esos niños, millones de niños en el mundo, están tristes, por la miopía de quienes, pudiendo, apagan la sonrisa de estos niños. Hay una ecología, como acaba de recordar el papa Francisco en su encíclica “Laudato si’, que exige cuidar que los hombres no sufran por su pobreza y su miseria, que la riqueza esté mejor repartida, que haya menos egoísmo y más altruismo, que haya más amor y menos indiferencia. El hombre es también parte de la Tierra, parte de la ecología.

Un niño triste ¿no conmueve a los corazones de los humanos? Cierto que hay corazones helados que se llenan indiferencia ante el dolor ajeno, ¡cuesta tanto entender que un corazón no se ablande ante el llanto o la mirada triste de un niño!

Y 64 millones de niños están tristes, y morirán, por causas que tienen solución. Son la falta de alimentos, de vacunas, de salubridad, de las migraciones obligadas a causa de la guerra y de las persecuciones, del odio. Y también por la falta de un mejor reparto de los bienes de la Tierra, por la falta de un sentimiento y una voluntad de justicia, que nace de la caridad y de la misericordia.

A estos niños tristes no les puede faltar la esperanza de quienes les aman, de quienes confían en una vida mejor, la luz está al final del túnel y brillará cuando el hombre cuide del hombre, cuando el hombre cuide la Tierra, cuando cuide el equilibrio ecológico, cuando el hombre deje de destruir al hombre el primer bien de la ecología, de la Creación que hizo Dios.

¡No más niños tristes! ¡Que sonrían los niños de todo el mundo! ¡Que su sonrisa alegre los corazones del hombre moderno, para que no se oponga a la vida! La sonrisa de los niños es la sonrisa de las madres y de los padres, de los abuelos, de los hombres todos, de Dios.


Comentarios

entradas populares

Gaudí no era un soltrerón ni un masón

El escritor e ingeniero Josep Maria Tarragona i Clarasó (Barcelona, 1957), es un gran divulgador de la vida y obra del genial arquitecto y artista, Antoni (Anton le llamaban sus familiares y amigos) Gaudí i Cornet. Muchos escritos de JM Tarragona están en la web www.antonigaudí.org , y ahora acaba de publicar su segunda biografía de Gaudí: “ Gaudí, el arquitecto de la Sagrada Familia ”, en español, catalán e inglés. Se preparan las ediciones en alemán, francés e italiano. En la presentación del libro –que tuvo lugar en la Cripta de la Sagrada Familia—el libro fue calificado de “definitivo”, aun tratándose de una “biografía breve”. Lo entrevistamos en una salita de su despacho, especial para el Diari de Tarragona -SA.- Gaudí, ¿de Reus o de Riudoms? -JMT.- Gaudí nació legalmente en Reus. Así consta en la partida de bautismo (no había Registro Civil entonces), en su cartilla militar y en los documentos y actas notariales que le mencionan. Sin embargo, existe una tradición

El uniforme en el colegio ¿sí o no?

Ejemplar la actuación  del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg,  quien siempre lleva la misma ropa. El uniforme para ir al colegio, en los niveles obligatorios, levanta polémicas todos los años. ¿Sí o no al uniforme? Veamos qué dicen los partidarios y los detractores. Los detractores del  uniforme dicen que este señala a los niños y niñas de clase social alta. Además, el uniforme es desechado sobre todo por las niñas, que lo aborrecen muy pronto porque ellas quieren ser “distintas”, y dejar de ser “colegialas”. Así mismo -dicen los detractores- tanto chicos como chicas ven el uniforme como una cosa  antigua , de antes, no lo quieren. Los padres también piensan lo mismo: el uniforme va contra la formación de la personalidad de cada niño o niña, cuando se debe fomentar que cada alumno/a destaque por sí mismo/a. El uniforme, como su nombre indica,  uniformiza  cuando hoy cada vez más se tiende a individualizar. Los padres y educadores que  son partida

¿Por qué hay que prohibir los piropos?

                (Aleteia) Un piropo es una galantería, un cumplido, un halago, una lisonja que va dirigido a una mujer para exaltar su persona, su belleza . ¿A qué mujer no le gusta que se le diga que está muy guapa? Lo que ocurre es que la mujer está siendo peor valorada en la sociedad actual y solo es contemplada por una buena parte de los hombres como objeto de deseo . ¿Tendrá que ver con ello la ideología de género? Ese ya es otro tema. No confundir los piropos, con las expresiones groseras, bastas, soeces, bajas, en definitiva maleducadas, molestas y desagradables, que hieren la intimidad de la mujer . Prohibir o “erradicar” los piropos me parece una solemne tontería, cuando estos son galantes, delicados e ingeniosos. Sí que podrían rechazarse socialmente (no penalmente) las expresiones desagradables que ofenden a la mujer, como apunta Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio de la Violencia Doméstica y de Género español, dependiente del Consejo General del Poder Judi