A medida que se camina hacia la consulta del domingo en
Catalunya la cuerda está cada vez más tensa. La votación no creo que se pueda
parar. El president Artur Mas ha jugado su “plan B” de modo que personalmente
no se va a implicar, aunque su gobierno ya se ha expuesto mucho pidiendo la
apertura de las escuelas como colegios electorales y la participación
“voluntaria” de los funcionarios. Los partidos soberanistas quieren hacer un
pulso a Rajoy y hablar de “participación masiva” en la consulta-bis.
Sería
“masiva” para los partidos pro-consulta si participa más de un 50 por ciento de
los mayores de 16 años. Como no hay censo y y es difícil controlar quién vota y
quién no, ni cuántas veces ha votado “fulanito” --solo se necesita el DNI—no es
difícil sumar papeletas. Habrá tras la consulta del domingo guerra de cifras.
Los aparatos de propaganda oficiales y oficiosos (los medios de comunicación y
los distribuidores de mensajes, papeletas, llamadas telefónicas, fabricantes de
carteles, camiones trasladando las urnas, logística general, etc.) están
actuando con profusión. Convergència Democrática y ERC organizan autobuses para
trasladar a las personas a votar si la urna no está cerca.
A Esquerra Republicana le
encantaría que hubiera muchos “noes” –contra la independencia-- entre las
papeletas, porque querría decir que la participación ha sido “masiva”. Los
votantes contrarios a la independencia no se van a mover de casa, pero será
fácil poner papeletas del “no” porque el escrutinio lo hacen “voluntarios”,
naturalmente sin control democrático. “Todo está ya organizado”, dicen desde el
gobierno catalán.
¿No se podía haber ahorrado
Catalunya esta farsa? Personalmente creo que no: ha sido tan fuerte en este año
la presión mediática, social y política asegurando que se va a votar el 9-N que
muchísimos quieren votar aunque sea en una caja de zapatos. Y entre estos
ciudadanos los hay desde profesores universitarios, abogados, muchos
comerciantes y muchos empleados públicos, además de muchos habitantes del
interior de Catalunya.
¿Por qué el gobierno central va
al choque? Por orgullo: “a mí estos de la Generalitat no me toman el pelo”. Y
¿por qué insisten los partidos pro-consulta si carece de valor esta votación-encuesta? Por orgullo:
“vamos a ganar por astucia o por narices al obtuso e inamovible gobierno de Rajoy”.
Y así, orgullo frente a orgullo, es como se cuecen muchas tragedias entre los
pueblos, a causa de unos gobernantes cortos de miras, bisoños, que miran más
sus intereses personales y electorales que el bien del país. En Catalunya,
además, hay muchísimos ciudadanos que están hartos, algunos muy hartos, de tanta
martingala entre políticos y de tanta corrupción.
En el tema de las tragedias, me
encontré el otro día con un joven periodista, de veintitantos años, quien me
dijo que él ya tenía el pasaporte preparado para el domingo próximo. “¿Por
qué?”, le pregunté, “si no va a pasar nada”. Y me respondió: “No sé si el
domingo vendrán los tanques del Ejército”. “¡Por Dios! ¿Cómo crees esto?”. El
clima que se vive es tenso. No es una tontería lo del joven periodista: cuatro
eurodiputados catalanes protestaron enérgicamente en Europa porque unos aviones
sobrevolaron algunos municipios catalanes, cuyos alcaldes dijeron que eran
maniobras para “atemorizar” a la población y decretaron el espacio aéreo de su
municipio libre de aviones militares (sic). Eran unas maniobras de la OTAN que se
hacen periódicamente.
El independentismo en Catalunya
no tiene la misma intensidad entre la gente. Hay independentismo de alto, medio
y bajo perfil: hay independentistas de toda la vida, independentistas light y
los recién llegados quienes en algunos casos para ser creíbles se han vuelto
más radicales. ¿Por qué no hacer unas elecciones y ver qué piensa el pueblo,
después de que cada partido expusiera su programa en torno a la solución que
quiere para el tema catalán?. Pero aquí Artur Mas no quiere elecciones
anticipadas si no es con una candidatura liderada por él que incluyera a los
partidos soberanistas, sobre todo a ERC. Solo con CDC Artur Mas no obtendría votos
para gobernar. El nuevo gobierno estaría, según las encuestas, presidido por
Oriol Junqueras de ERC. Y ERC tiene miedo de ir con Artur Mas porque se está
fraguando, dentro del independentismo, el “partido de Artur Mas” que va ganando
adeptos. También gana adeptos “Podemos”, ante tanto caos.
En resumen, se acerca el 9-N y
sube el voltaje en la tribuna y en la calle, hasta ahora controlada por CiU y
ERC. Mientras tanto, el gobierno de Catalunya sigue endeudándose. En lo
político ya no se sabe lo que es legal y lo que no lo es. Los informedes y sentencias, tomadas por unanimidad, por los organismos del Estado (Consejo de Estado, Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo) no tienen ningún valor en Catalunya, como tampoco las ssentencias sobre educación, etc. Hay una
inestabilidad política a ojos vista junto a una inseguridad jurídica ¿Cuándo se sentarán a hablar unos y otros
dejando el orgullo a una parte? ¿Cuándo dejarán de confundir a la gente?
Mientras tanto, la economía va bien porque nadie se ocupa de ella, nadie
legisla sobre ella, y los empresarios contentos.
Comentarios
Publicar un comentario