Todos los días hay en Catalunya
entre tres y cinco noticias que hablan directamente sobre el independentismo y
la “consulta” sobre la independencia programado para el día 9 de noviembre
próximo. Todas la política catalana gira en torno a eso, aunque el “proceso
soberanista” ya ha tenido varios tropiezos, el mayor es el caso de Ucrania y la
secesión de Crimea mediante un referéndum
ilegal.
El
domingo pasado todos querían saber el resultado del referéndum de Crimea, resultado
no reconocido por la Unión Europea, ni por los Estados Unidos, ni por otros
organismos internacionales. TV3, la televisión del gobierno catalán, y la más
vista en Catalunya, empezó su telediario de las nueve del domingo dando como
noticia principalísima, y titular único, el incendio que ocurrió en la costa
gerundense, en Vall-llobrega (Baix Empordà). Era un incendio importante pero en
Catalunya, con un proceso soberanista, no era la noticia del día. En TV3 había
indicaciones contradictorias sobre cómo dar la noticia del referéndum de Crimea.
Así de ser una televisión Nacional, pasó a ser una televisión Local. Crimea fue
segundo plato.
Esto
significa que los sucesos de Ucrania han indigestado a los partidarios del
referéndum independentista, y especialmente al gobierno de Artur Mas, que sigue
la hoja de ruta que le ha trazado la Esquerra Republicana de Oriol Junqueras.
Esto ha hecho que Artur Mas se enredara declarando el lunes 17 que “no descarta
totalmente” una declaración unilateral de independencia, desmentido al día
siguiente por el nacionalista odiado entre los independentistas, Josep Antoni Duran
Lleida, quien dijo que CiU (y él representa a la “U”) solo aceptará soluciones
dentro de la legalidad.
Hay
otros tropiezos de los últimos días que las dimensiones este artículo no
permiten narrar. Como a mal tiempo buena cara, el martes 18 de marzo, el Govern
se ha sacado una encuesta del CEO (Centro de Estudios de Opinión) del propio
gobierno, diciendo que el 59,4 por 100 de los catalanes quieren que Catalunya
sea un Estado Europeo. Los martes es el día de reunión del gobierno catalán con
rueda de prensa posterior. La encuesta salió a primera hora de la mañana, para
que una periodista preguntara al portavoz (primera pregunta al conseller
portavoz Homs): “¿qué opina el conseller del resultado de la encuesta?”. Sin
comentarios.
La
noticia no estaba, sin embargo, en la encuesta en sí, sino que ésta se hizo
entre los días 4 y 17 de diciembre pasado, en el periodo en que se consensuó la
fecha (9 de noviembre)de la consulta y la pregunta bicéfala ante la euforia de
los medios y las redes sociales: “podemos dormir tranquilos, habrá consulta”. Impuso
la fecha Esquerra Republicana amenazando que no apoyaría los presupuestos sin
pregunta y sin fecha fija.
Así se
hizo. Artur Mas no quería fecha fija, quizá por conocer más las artes de
gobernar y sabe que poner fecha sin negociación previa, lo más seguro es que no
se celebraría. Además, poner calendario a los acontecimientos internacionales
es algo de principiantes, cuando se quiere que la consulta esté avalada por
Europa y Estados Unidos. Les ha salido un problema gordo, Ucrania, un problema
europeo de gran magnitud y que devuelve a Rusia, parte del protagonismo que
había perdido, mientras que Europa despega de su sopor causado por la crisis.
¿Por
qué tres meses después de una encuesta catalana se hace pública en un momento
delicado para el independentismo? ¿Se pretendía un toque de trompeta para los
independentistas que habían perdido la brújula y hasta la ilusión? Para quien
no sabe leer entre líneas dicen que de ilusión también se vive.
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