Por
Salvador Aragonés
Doctor
en Periodismo y profesor emérito de la UIC
Hoy Ràdio Estel, una emisora catalana del arzobispado
de Barcelona, ha sufrido un atentado, el primero contra un medio de
comunicación, de un grupo de violentos proabortistas. Las ocho cristaleras de
la emisora que dan a la calle y donde se encuentran los estudios de Ràdio
Estel, han sufrido mazazos, y golpes con material contundente, pero los
cristales, al ser insonorizados porque están junto a los estudios, no se han
roto completamente, y los mazazos sólo han podido causar agujeros y grietas.
La acción la ha reivindicado una pintada
proabortista. que decía en catalán “el meu cos, la meva decisió” (mi cuerpo, mi
decisión), con el símbolo feminista. Las cristaleras se encuentran en la
confluencia de las calles Comtes de Bell-lloc y Puiggarí, junto a la estación
ferroviaria central de Barcelona, Barcelona-Sants.
Por lo visto ahora ya no se trata de intentar incendiar
o cometer atentados a iglesias o basílicas dedicadas a la Virgen María (cinco
en España en los últimos dos meses y medio de Madrid, Sevilla, Zaragoza y Reus), o de interrumpir Misas del
Gallo en Nochebuena como en Sabadell por parte de un grupo llamado “Femen”, unas mujeres que
ocupan las primeras páginas de los diarios siempre que cometen actos de su estilo desnudas de mitad de cuerpo, ya sea en el
Congreso de los Diputados, o acosando el otro día el cardenal Rouco en la
calle. Ahora los proabortistas ya van a la acción directa, al
atentado, como en la época de la II República Española: atentan contra un medio
de comunicación para silenciar su voz, es decir que atentan contra la libertad
de expresión muy consagrada en la Constitución Española.
Hace unos días
escribí un artículo titulado “¿Por qué aflora de nuevo el anticlericalismo en
España con el aborto?” (www.salvador aragones.blogspot.com), en el que
decía que otra vez volvemos hacia atrás en el tiempo, a la acción directa, al
ataque, a la falta de diálogo, al insulto y a la mentira, importantes ingredientes
que incumplen cualquier código de ética profesional en el periodismo y la convivencia en cualquier sociedad democrática. Es un artículo que han publicado algunos medios y otros no
por miedo a lo qué dirán o porque su ideología está en el lado proabortista.
Este periodista ha recibido también el agradecimiento de muchos lectores por
el “tono” correcto y lo documentado del mismo.
Por la mañana, cuando han llegado los primeros trabajadores para abrir las emisiones, muy de madrigada, se han encontrado que aquel atentado y han avisado a la policía, los Mossos d’Esquadra, que han tomado nota e interrogado a algunos trabajadores. Posteriormente se ha limpiado la pared del escrito proabortista y en los próximos días se procederá al cambio de los cristales impermeabilizados al sonido exterior, lo que costará bastante dinero, en una emisora que vive con escasos medios porque no quiere ser una emisora comercial, sino de contenido religioso.
El Colegio de Periodistas de Catalunya, siempre dispuesto a la defensa de lo profesionales y de la libertad de expresión, hoy no se ha enterado. Mañana espero que hagan un comunicado de condena. Los que atacan a los medios son enemigos de la libertad y de la convivencia pacífica y democrática entre los ciudadanos.
Hoy, 6 de febrero del 2014 se ha cometido un atentado a un medio de comunicación de contenido religioso seguido por unos treinta mil oyentes cada día y con una programación casi íntegramente
de tipo religioso, abierto a todas las religiones y en la que colaboran
cristianos y no creyentes de todas las tendencias políticas y religiosas del
plural abanico de la sociedad catalana. Todo hace prever que habrá más atentados, pero ¿por qué
cuatro o cinco mujeres desnudas de cintura para arriba ocupan primeras páginas
de diarios, cuando éstas se pueden encontrar en el “mercado” a buen precio? Es
la incongruencia de los medios, el buscar el sensacionalismo a cualquier
precio, y más si se trata de ir a favor del aborto, como ocurre en más del 90
por ciento de los medios hoy en España.
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