Por Salvador Aragonés
Doctor en Periodismo y profesor emérito de la UIC
Ràdio
Estel y el periódico Catalunya Cristiana, que
dependen del arzobispado de Barcelona, han sufrido un atentado el jueves
por la madrugada por parte un grupo de violentos proabortistas.
Las ocho cristaleras de la emisora
que dan a la calle y donde se encuentran los estudios de Ràdio Estel y la
redacción del semanario “Catalunya Cristiana”, han sufrido mazazos, y golpes con material contundente, pero los
cristales, al ser insonorizados porque están junto a los estudios, no se han
roto completamente, y los mazazos sólo han podido causar agujeros y grietas.
Está claro que el atentado iba directo contra
dos medios de comunicación católicos, dependientes del arzobispado de
Barcelona.
La acción la ha reivindicado una pintada proabortista que decía en catalán “el meu cos, la meva decisió” (mi cuerpo,
mi decisión), con el símbolo feminista. Las cristaleras se encuentran en la
confluencia de las calles Comtes de Bell-lloc y Puiggarí, junto a la estación
ferroviaria central de Barcelona, Barcelona-Sants.
Por lo visto ahora ya no se trata de intentar incendiar o cometer atentados
a iglesias o basílicas dedicadas a la Virgen María (cinco en España en los
últimos dos meses y medio de Madrid, Sevilla, Zaragoza y Reus), o de
interrumpir Misas del Gallo en Nochebuena como en Sabadell por parte de un
grupo llamado “Femen”. Las Femen son unas pocas mujeres que aparecen sin ropa
de la cintura para arriba y que ocupan las primeras páginas de los diarios
siempre que cometen actos de su estilo ya sea en el Congreso de los Diputados,
o acosando el otro día el cardenal Rouco en la calle o boicoteando
manifestaciones a favor de la vida, etc. Ahora los proabortistas van más allá,
van a la acción directa, a la violencia, al atentado, como en la época de la II
República Española: atentan contra dos medios de comunicación para silenciar su
voz, simplemente porque su voz y su palabra no les gusta o les molesta. Así lo
hacían los regímenes fascistas, nazis y comunistas.
Hace
unos días escribí un artículo titulado “¿Por qué aflora de nuevo el
anticlericalismo en España con el aborto?” (www.salvador
aragones.blogspot.com, www.aleteia.org, www.diaridetarragona.com, entre oros medios de América y Europa), en el que decía que otra vez
volvemos hacia atrás en el tiempo, a la acción directa, al ataque, a negar el diálogo,
al insulto y a la mentira, importantes ingredientes que incumplen cualquier
código de ética profesional del periodismo y de la convivencia en cualquier
sociedad democrática. Los medios de
comunicación españoles tienen miedo, a veces mucho miedo, en publicar artículos
o informaciones a favor de la vida o contra el matrimonio entre homosexuales.
En la madrugada del jueves, cuando han
llegaron los primeros periodistas y trabajadores para abrir las redacciones de
“Catalunya Cristiana” y Ràdio Estel, se encontraron con aquel atentado que los
entristeció, porque si en algo se
distinguen estos medios es su tolerancia y apertura a todos. Avisaron a la
policía, los Mossos d’Esquadra, que han tomado nota e interrogado a algunos
trabajadores. Posteriormente se ha limpiado la pared del escrito proabortista y
en los próximos días se procederá al cambio de los cristales impermeabilizados
al sonido exterior, lo que costará bastante dinero, en una emisora que vive con
escasos medios porque no quiere ser una emisora comercial, sino de contenido eminentemente
religioso.
- El Colegio de Periodistas de Catalunya, siempre bien dispuesto a la defensa de los profesionales y de la libertad de expresión, no se ha enterado todavía de este atentado. Tampoco se han enterado –no han dado información alguna el viernes 7-- los demás medios de comunicación de Barcelona y Catalunya, a pesar de que el atentado se hizo de madrugada y fue publicado en algunas páginas web a lo largo del jueves. Solo lo publicó el viernes 7 el diario de Madrid, La Razón. Esto pone de manifiesto una falta de solidaridad o una solidaridad selectiva solo para algunos medios, además del escaso interés en defender unos medios de comunicación cuando los autores del atentado son proabortistas. Los que atacan a los medios de comunicación --a cualquier medio sea cual sea su ideología siempre que acepte la legalidad democrática-- son enemigos de la libertad, de la tolerancia y de la convivencia pacífica y democrática entre los ciudadanos. No todo se mide con el mismo rasero.
El 6 de febrero del 2014 se ha cometido un
atentado a dos medios de comunicación de contenido religioso propiedad del
arzobispado de Barcelona, abiertos a todas las tendencias religiosas existentes
dentro del catolicismo y en la que colaboran cristianos de otras confesiones y hasta
no creyentes, así como profesionales y políticos de todas las tendencias
religiosas y de todos los partidos políticos que hay en el plural abanico de la
sociedad catalana.
Hay un tema preocupante: ¿por qué cuatro o cinco
mujeres semidesnudas ocupan primeras páginas de diarios, cuando éstas se pueden
encontrar en el “mercado” a buen precio? ¿Tanto interés hay para el sexo que
cinco mujeres medio desnudas ocupan las primeras páginas de los grandes medios?
¿Es porque van contra la religión? Es la incongruencia ética de los medios de
comunicación en la actualidad, el buscar el sensacionalismo a cualquier precio, y más si se trata de ir a favor del
aborto, del matrimonio homosexual, o de las leyes laicistas, como ocurre en más
del 90 por ciento de los medios hoy en España. Y me sigo preguntando ¿por
qué esta fobia contra la Iglesia Católica cuando casi todas las confesiones
religiosas están contra el aborto, al igual que muchas organizaciones de
carácter civil y científico? ¿Por qué solo La Razón, un diario de Madrid, publica esta noticia?¿Por qué?
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