Las posibles ayudas que
el Gobierno ha anunciado para Bankia –entre 7 y 10 mil millones—ha abierto la
caja de los truenos del mundo financiero español y en parte también europeo.
Vamos a analizar el tema por partes. Tras las elecciones francesas se daba por
supuesto que Europa iba a flexibilizar el fondo de rescate de modo que fluyera
dinero a los bancos con problemas, y en particular a la banca española. Y esto
no solo porque ganó Hollande, sino porque ya estaba previsto, ganara quien
ganase: era una concesión de los países del norte europeo –todos ellos
partidarios a rajatabla de la austeridad—a Francia y a los países del sur del
continente cada vez más ahogados por la falta de liquidez del sistema
financiero que ahoga su crecimiento.
Europa urgía a España a resolver los problemas
financieros, especialmente los provocados por aquellas entidades que procedían
de fusiones entre cajas. Se calcula que en el conjunto de la banca española los
activos peligrosos superan los 250.000 millones de euros, y los de Bankia los 46.000 millones, es decir casi el 20 por
ciento. Casi todos ellos procedentes de inversiones inmobiliarias. Lo dijo Luis
Guindos: España no tiene músculo financiero para abordar la reforma del sistema
si el dinero no viene de Europa.
Bankia era el banco que estaba en el punto de mira de
todos, y su presidente había maniobrado todo lo posible para mantenerse en el
cargo, impidiendo incluso una posible fusión con “La Caixa”, pues Rato no quería
ir de segundón. Al final lo han echado
de la presidencia de Bankia, aunque civilizadamente. Por eso, el mismo día
subió la Bolsa española, La sucesión de
Rato por un banquero vasco de pura cepa, profesiomnal, José Ignacio
Goirigolzarri, con un mandato de manos libres, ha tranquilizado a los mercados.
No podía ser de otra manera porque la auditora Deloitte no quiso firmar las
cuentas de Bankia cuando fueron presentados estos a la CNMV (Comisión Nacional
del Mercado de Valores), al encontrarlos “hinchados”. ¿Cuál es el valor real
hoy de un solar grande donde no se espera edificar en 20 años? Es negativo que
la matriz de Bankia, Banco Financiero y de Ahorro (BFA) está formado por 200
promotores con activos malos.
Los agravios comparativos
Pero claro, si esto se hace con Bankia, ¿por qué no
se hace con Catalunya/Caixa y con otros con problemas parecidos? Y ahí están
los agravios comparativos: vascos, catalanes y valencianos están molestos
porque no se ha tratado del mismo modo a
sus cajas como se está haciendo con Bankia. Y tienen toda la razón. Esta mañana
se preguntaba el president Artur Mas en
el Parlament que si en lugar de ser Bankia la que tiene los problemas hubiera
sido “la Caixa”...
Y es que la ex Caja de Madrid repartió prebendas,
sueldos y cargos entre todos los partidos políticos, sindicatos y amigos, la
Ley de Cajas del PSOE obligo a que las cajas tuvieran en sus órganos de
gobierno a representantes de comunidades autónomas, diputaciones, ayuntamientos,
etc. En otras palabras se politizaron las cajas con la entrada de la farándula
política poco o nada preparada para dirigir entidades financieras, en un
momento en que las finanzas exigían técnicos muy especializados. El problema en
su raíz procede de esta politización de las cajas concebidas como órganos
financieros controlados por las comunidades autónomas. Por eso quien opina que
hay que nacionalizar Bankia no conoce el tema: sería un nido de aves rapaces.
¿No ven lo que ha pasado con las cajas?
El segundo problema es que el Banco de España, y con
él al gobernador actual que fue ministro del PSOE y a quien no le queda más que
un mes y medio en el cargo, no actuó diligentemente como auténtico regulador
del sistema financiero y dejaron invertir en el sector inmobiliario sin medida.
Cayeron las cajas, o estas se transformaron en bancos, pero no por eso se
sanean los activos: para su saneamiento hacen falta 250.000 millones de euros,
que el gobierno español no tiene ni de lejos. Ahora esperamos para el próximo
mes de junio, si no antes, una buena inyección de dinero procedente del BCE,
que beneficiaría al sistema financiero y a la economía españoles.
Salvador Artagonés
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