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Elecciones Catalanas 2021.- Un gobierno independentista ¿podrá durar toda una legislatura?

 



Las elecciones catalanas han dado a Esquerra Republicana la llave para la formación de un gobierno. Ningún gobierno se puede hacer en Catalunya hacer sin pasar por ERC, por Oriol Junqueras i Pere Aragonès.

Aunque Salvador Illa haya anunciado que se presentará a la investidura (lo que no hizo Inés Arrimadas en la pasada legislatura) sus posibilidades de presidir la Generalitat son prácticamente nulas. Sólo podría ser President si lo vota o se abstiene ERC, lo que este partido no va a hacer, según las declaraciones de Junqueras y Aragonès.

El segundo dato que destacamos es la muy elevada abstención, la más elevada de la historia de Catalunya, y donde más se ha notado ha sido en las grandes ciudades, y entre estas las del cinturón de Barcelona --tradicionalmente un voto inmigrante y no independentista-- donde la participación no ha superado el 50 por 100. Tener una participación del 53 por 100 (el 79 por 100 en 2017) no deslegitima unas elecciones, ni mucho menos, pero ya sea por miedo al coronavirus o porque llovía o por el desinterés, da para una importante reflexión: bajar 26 puntos en la participación es muy serio. Esta vez se han quedado en casa un millón y medio de catalanes con relación a las anteriores elecciones autonómicas.

Del resultado electoral se pueden sacar muchas conclusiones. En primer lugar, el gran avance socialista que coincide con la caída en picado de Ciudadanos. Si Inés Arrimadas fue el voto útil en 2017, ahora lo ha sido Salvador Illa, que casi duplica los escaños. Salvador Illa se apoya en un partido de solera, tanto en Catalunya como en España. El PSC ha tenido bastantes devaneos con el nacionalismo catalán, primero, y con el independentismo, después. Por eso Illa ha sido claro: pasar página. Pero no pocos decían ¿lo dice él o el PSC?

Otro aspecto muy interesante de estas elecciones ha sido el “sorpasso” de Esquerra a JxCat, el “sorpasso” de Junqueras a Puigdemont, aunque con una diferencia de votos muy pequeña, lo que da a los de Puigdemont alas cara al futuro. El “sorpasso” ha sidio posible por la división en JxCat en algunos partidos de fidelidad más convergente, como el PDECat, que no ha sacado ningún escaño. Si añadimos a la CUP vemos que, en conjunto, los independentistas han ganado tres escaños. En la práctica, el equilibrio electoral entre las fuerzas independentistas no ha cambiado.

El mantra de superar el 50 por ciento (son el 50,8 por 100) los votos independentistas sobre los no independentistas, sirve para la galería, pero con un 53 por 100 de participación nadie creerá que la mayoría de los catalanes sea independentista.

Sin embargo, hay que reconocer que el mundo independentista, más pegado al terreno, ha llevado una campaña, como todas las suyas, que sabe sumar muchas voluntades. Son campañas bien hechas, que tocan la fibra de muchos catalanes de pura cepa.

Los dos partidos derrotados, o más derrotados, en esta campaña han sido Ciudadanos (que ha bajado 30 diputados, un auténtico descalabro) i el Partido Popular, que ha perdido 70.000 votos, y lo ha dejado en la última posición. Si el PP quiere gobernar España debe contar con el voto de los catalanes y, como ha dicho Feijóo, hay que hacer una profunda reflexión. El PP nunca ha tenido un voto importante, pero hoy está casi desaparecido. No puede ni formar grupo parlamentario.

¿Y Vox? Sus votos los ha conseguido de Ciudadanos y algunos del PP… a pedradas.

Los resultados de las elecciones catalanas tienen sin duda un efecto en el gobierno de España y en los pactos parlamentarios. Por una parte, Pedro Sánchez resulta triunfador, pero necesita los votos de Esquerra para su gobierno. Si Esquerra le da la espalda a Salvador Illa, puede haber problemas si no es fino.

Sin duda, Esquerra Republicana llegó a acuerdos con el gobierno central en la aprobación de los presupuestos, acuerdos nada despreciables. Por eso, aquello de que ahora podrán hacer un referéndum y arrancar la amnistía al gobierno central, y crear la república catalana, es fácil decirlo, pero Catalunya lleva ya 10 años encasillada en estos temas.

Lo primero que debe hacer el gobierno catalán es preocuparse de la pandemia que sigue ahí, aunque bajando en contagios y fallecimientos. Lo segundo es encontrar la vía nada fácil de la recuperación económica, con tanta gente en el paro, con tantas empresas cerradas, y con la necesidad de gestionar los fondos europeos. Esto exigirá no buscar enfrentamientos inútiles con el gobierno de Madrid. Lo tercero es bajar el techo de los símbolos y la palabrería independentista, y gobernar para todos los catalanes, si quieren terminar con la división en dos bloques del país.

De momento, saldrá adelante un gobierno independentista, pero ¿durará toda la legislatura, vistos los enfrentamientos que han existido entre ERC y Junts? ¿Durará toda una legislatura un gobierno donde la CUP, es decir los anticapitalistas y anarcoides, tienen la llave de vuelta? Lo dudo.


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