Ir al contenido principal

Investidura fallida: sin política y muchas poltronas


Las dos izquierdas no se han entendido. Otra sesión de investidura fallida y Pedro Sánchez continúa como presidente en funciones.  El problema no ha sido el programa de gobierno, ni las políticas a seguir en eso y lo otro, sino la desconfianza recíproca y el control de los ministerios.

Mientras Sánchez ha acusado a Iglesias de querer hacer un gobierno paralelo con la vicepresidenta Montero, Pablo Iglesias ha reprochado a Sánchez de “humillarles” dándoles ministerios sin contenido. Ambos políticos no tienen química, desconfían entre sí, y de esta manera es imposible hacer un gobierno de coalición.

Los reproches mutuos han estado a la orden del día en el segundo debate de investidura. Lo que ofreció Sánchez –dicen los socialistas-- y a lo que renunció IgIesias -dicen los de Podemos—es demasiado. Los hemos oído por boca de sus protagonistas. Todo se trataba del reparto de ministerios, del reparto del poder, del reparto de los Presupuestos del Estado. El presidente en funciones ha tenido una salida especialmente popular: “si hay que elegir entre ser presidente del Gobierno y mis ideas, elijo mis ideas”. La bancada socialista se ha volcado.

Las concesiones de Sánchez han sido abundantes, aunque de poca monta frente a lo que pedía Iglesias.Este llegó a pedir Hacienda (¡que Dios nos coja confesados!). Pero renunció a ello. Iglesias es –ya lo fue anteriormente—excesivamente ambicioso y Sánchez, como ha dicho Laura Borràs (PDECat) “confunde la investidura con una adhesión a su persona”.

En la rápida sesión del jueves ha habido pocas sorpresas, salvo al cambio de voto de Esquerra Republicana que pasó del “no” a la “abstención”, sin que se entendieran bien los motivos expuestos por Rufián, más preocupado por los tweets que por los discursos en el Congreso.

Es decir que votaron a Sánchez el PSOE y el diputado nacionalista cántabro (en agradecimiento de que Miguel Ángel Revilla es presidente de Cantabria). Se abstuvieron PNV, ERC, Bildu y Unidas Podemos. Bildu también sigue siendo fiel a sus compromisos en Navarra. Y finalmente votaron “no”, PP, Ciudadanos, PDECat y todos los demás partidos del Grupo Mixto.

Es cierto, como dijo Iglesias, que un gobierno no se puede pactar en 48 horas, pero Sánchez ha tenido tres meses por delante. En el primer debate del lunes llamó a que lo apoyaran nada menos que el PP (al que echó del gobierno hace un año) y a Ciudadanos, lo que irritó a la izquierda y a los independentistas. Naturalmente, después de ver los pactos a los que ha llegado el PSOE en ayuntamientos y comunidades autónomas y por una cuestión de principios, dijeron que no. Porque Sánchez buscaba que le votaran “porque sí”. No le salió bien esta estrategia.

Después no se ha entendido con Podemos, siguiendo la tradición histórica: los socialistas no han pactado nunca con los comunistas. Es más, los han desafiado siempre en las urnas. Podemos, al final, no son más que los herederos de los comunistas, formados todos en las Juventudes del PCE.

En definitiva, una investidura fallida y con desencanto democrático, pues en lugar de librar una batalla política y de ideas la investidura a presidente del Gobierno ha librado la batalla por los sillones, el poder y los presupuestos.  

Comentarios

entradas populares

Gaudí no era un soltrerón ni un masón

El escritor e ingeniero Josep Maria Tarragona i Clarasó (Barcelona, 1957), es un gran divulgador de la vida y obra del genial arquitecto y artista, Antoni (Anton le llamaban sus familiares y amigos) Gaudí i Cornet. Muchos escritos de JM Tarragona están en la web www.antonigaudí.org , y ahora acaba de publicar su segunda biografía de Gaudí: “ Gaudí, el arquitecto de la Sagrada Familia ”, en español, catalán e inglés. Se preparan las ediciones en alemán, francés e italiano. En la presentación del libro –que tuvo lugar en la Cripta de la Sagrada Familia—el libro fue calificado de “definitivo”, aun tratándose de una “biografía breve”. Lo entrevistamos en una salita de su despacho, especial para el Diari de Tarragona -SA.- Gaudí, ¿de Reus o de Riudoms? -JMT.- Gaudí nació legalmente en Reus. Así consta en la partida de bautismo (no había Registro Civil entonces), en su cartilla militar y en los documentos y actas notariales que le mencionan. Sin embargo, existe una tradición

El uniforme en el colegio ¿sí o no?

Ejemplar la actuación  del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg,  quien siempre lleva la misma ropa. El uniforme para ir al colegio, en los niveles obligatorios, levanta polémicas todos los años. ¿Sí o no al uniforme? Veamos qué dicen los partidarios y los detractores. Los detractores del  uniforme dicen que este señala a los niños y niñas de clase social alta. Además, el uniforme es desechado sobre todo por las niñas, que lo aborrecen muy pronto porque ellas quieren ser “distintas”, y dejar de ser “colegialas”. Así mismo -dicen los detractores- tanto chicos como chicas ven el uniforme como una cosa  antigua , de antes, no lo quieren. Los padres también piensan lo mismo: el uniforme va contra la formación de la personalidad de cada niño o niña, cuando se debe fomentar que cada alumno/a destaque por sí mismo/a. El uniforme, como su nombre indica,  uniformiza  cuando hoy cada vez más se tiende a individualizar. Los padres y educadores que  son partida

¿Por qué hay que prohibir los piropos?

                (Aleteia) Un piropo es una galantería, un cumplido, un halago, una lisonja que va dirigido a una mujer para exaltar su persona, su belleza . ¿A qué mujer no le gusta que se le diga que está muy guapa? Lo que ocurre es que la mujer está siendo peor valorada en la sociedad actual y solo es contemplada por una buena parte de los hombres como objeto de deseo . ¿Tendrá que ver con ello la ideología de género? Ese ya es otro tema. No confundir los piropos, con las expresiones groseras, bastas, soeces, bajas, en definitiva maleducadas, molestas y desagradables, que hieren la intimidad de la mujer . Prohibir o “erradicar” los piropos me parece una solemne tontería, cuando estos son galantes, delicados e ingeniosos. Sí que podrían rechazarse socialmente (no penalmente) las expresiones desagradables que ofenden a la mujer, como apunta Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio de la Violencia Doméstica y de Género español, dependiente del Consejo General del Poder Judi