El Primer Ministro de la
República de Irlanda, Leo Varadkar (39 años), ha anunciado la celebración de un
referéndum para la liberalización del aborto en su país, en lasd primeras 12
semanas. Leo Varadkar lo anunció en la BBC hace unos días. En Irlanda no es posible
ampliar la ley del aborto sin eliminar la Octava Enmienda constitucional --la
cual protege la vida del no nacido-- y para ello se requiere un referéndum
popular. Hoy solo es permitido el aborto en caso de peligro de la vida de la
madre.
El arzobispo de Armagh y
Primado de Irlanda, Eamon Martin, ha declarado que “la dignidad innata de toda
vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, es un valor para toda
la sociedad, enraizada tanto en la razón como en la fe”, y añadió: “La Iglesia
Católica, en común con otras personas de buena voluntad, enseña que poner fin a
la vida de un niño por nacer, como el quitar la vida a otra persona inocente,
siempre es malo y nunca puede justificarse”.
Irlanda es un país con
4,5 millones de habitantes y está habituado resolver problemas fundamentales
mediante referéndum. En 1983 tuvo lugar un referéndum constitucional (la famosa
Octava Enmienda) sobre el aborto y que ganaron los pro-vida con el 66,9 por
ciento de los votos, frente al 33,1 por ciento de los votos pro-aborto. El
valor de una vida no puede depender del apoyo que tiene en un pueblo o
territorio. Hay valores que están por encima de la democracia.
Leo Varadkar es hijo de
un inmigrante indio y madre irlandesa, médico de profesión, y reconocido
públicamente como gay, con pareja del mismo sexo.
Varadkar preside el
gobierno (es el Taoiseach como se dice en Irlanda) desde las elecciones de 2016
cuando su partido, el Fine Gael, democratacristiano, ganó las elecciones pero
sin tener mayoría absoluta y después de haber perdido muchos votos. El Fine
Gael gobernaba Irlanda con el Partido Laborista en la legislatura anterior, el
cual también perdió muchos votos.
El partido Fianna Fáil,
de centro-izquierda, ganó muchos adeptos, pero sin superar al Fine Gael.
Actualmente gobierna en Irlanda el Fine Gael, pero en minoría, con apoyo de
partidos menores. El partido Fianna Fáil, dirigido por Micháel Martin, también
se ha declarado abortista.
Se da la circunstancia de
que tanto Varadkar como Martin eran, hace tres o cuatro años, defensores de los
movimientos pro-vida. Ambos dicen ahora que Irlanda ha cambiado. Es más,
Varadkar asegura que cuando se aprobó la Octava Enmienda contra el aborto, él
tenía 4 años, y de entonces ha llovido bastante. ¿Cómo se puede decir que un
derecho fundamental, como es el derecho a la vida, caduca a los 30 años? ¿Qué
ha pasado en Irlanda para decir negro a lo que era blanco en solo 30 años?
Irlanda era el país más
católico de Europa, junto con Italia, España y Portugal. Vivió una fuerte
crisis económica a partir del 2007, pero se recuperó y hoy es el país que más
crece económicamente de Europa y es el quinto país con mayor renta per cápita del mundo.
En Irlanda, desde el
punto de vista religioso, se ha secularizado, cayendo en picado la práctica
religiosa. Las causas de este cambio están en el indiferentismo, sobre todo
desde que se conocieron los casos de pederastia en el clero y su encubrimiento.
La práctica religiosa ha pasado del 90 por ciento en 1973, al 30 por ciento en
2016.
De celebrarse un
referéndum sobre el aborto en las 12 primeras semanas, ganaría el pro-aborto
con un 56 por ciento de los votos, según una encuesta publicada por The Irish Times. El primer ministro,
para no asustar, dice que liberalizará el aborto “solo” hasta las 12 semanas.
La discusión pública ya
ha empezado entre los partidarios de liberalizar el aborto las 12 primeras
semanas, y los pro-vida que aseguran que las 12 semanas es solo el inicio de un
aborto sin límites, como ocurre en España y otros países en los que se aprobó
el aborto abriendo solo una puerta y ahora existen enormes facilidades para
abortar.
Tanto Leo Varadkar como
Michéal Martin, ex pro-vida los dos, dicen que quieren evitar que las
irlandesas (3.250, en 2016) vayan a Gran Bretaña a abortar. Es una historia
conocida. Para quienes no creen que la vida nazca en el momento de la
concepción, lo mismo les da 12, que 20, que 30 semanas de embarazo.
Hace dos años, la
adolescente de 13 años conocida como el “Caso C”, presionada por sus mayores abortó
en Gran Bretaña en 1997 al quedar embarazada por una violación. En 2013 declaró
al diario The Independent de Irlanda,
que se arrepentía del aborto, al que llegó porque entre unos y otros la
obligaron. La violación, dijo, le hizo mucho daño, pero el aborto le ha dañado
mucho más, al pensar que no dejó nacer a una niña que hoy sería una rubia que
jugaría con sus hermanos (sus hijos de ahora).
Las presiones de los
medios de comunicación y los lobbies pro-aborto han influido del pueblo irlandés
en los últimos 30 años en materia de aborto.
Visita del papa Francisco
Varadkare y Martin
quieren sacar el aborto adelante en mayo o primeros de junio, pues en agosto está
anunciada una visita del papa Francisco que siempre ha defendido la vida desde
el momento de la concepción. Quieren que el Papa visite Irlanda sin que el
aborto tenga marcha atrás.
Se da la circunstancia
que precisamente haya sido aprobado y reconocido un milagro al beato Pablo VI
--el que le faltaba para su canonización—y que es la curación de una niña en
las 25 semanas de gestación y que hoy está sana. El papa Pablo VI es el que
aprobó la encíclica Humanae Vitae,
que en agosto cumplirá 50 años.
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