Por mi actividad profesional conozco a varios parlamentos
europeos y he podido asistir a sesiones incluso trascendentales y tensas. Pero
ninguno he visto tan chapucero como el Parlament de Catalunya, donde la
presidenta, Carme Forcadell, y los dos grupos independentistas (Junts pel Sí y
la CUP) se han cubierto hoy de gloria queriéndose saltar el Reglamento de la
Cámara, los derechos de los diputados de la oposición a debatir una ley, el
cambio “in situ” del Orden del Día del Pleno, etc. La mañana ha empezado con la
“recusación” (sic) de Carme Forcadell a todos los doce miembros del Tribunal
Constitucional.
El Consell de Garanties (análogo al Tribunal Constitucional
catalán) ha respondido al requerimiento que le presentó por la mañana
Ciudadanos, en el sentido de solicitarle su dictamen sobre la Ley del
Referéndum, que JxS y CUP querían aprobar alevosamente, incluso sin discusión y
sin enmiendas. El Consell, que tiene carácter consultivo, ha dicho que es
preceptivo, a tenor de lo establecido en el Reglamento, el dictamen de este
organismo antes de su discusión en el Parlament.
Por otro lado, la Ley del Referéndum de Autodeterminación a
debatir hoy había sido declarada contraria al derecho español --empezando por
la constitución y siguiendo después el Estatuto y el Reglamento—por parte de
las fuerzas vivas del Estado (Poder Judicial, Poder Ejecutivo y Poder
Legislativo-PP, PSOE y Ciudadanos). El consejo de las fuerzas secesionistas de
que “hay que hacer las cosas bien”, no se ha seguido.
La resolución del Consell de Garantíes ha sido un duro golpe
para los que querían ignorar reglamentos y trámites necesarios y aprobar la Ley
con un autoritarismo propio de una república no democrática. Los broncazos esta
mañana en el Pleno ante una desautorizada (por la oposición) presidenta
Forcadell, que parecía actuar al dictado del president Puigdemont, daban una
sensación de inseguridad y de “atraco jurídico” (en la calle gritaban “¡esto es
un atraco!”), ora era una cosa ora la decisión era otra, no se pueden presentar
enmiendas, después no se pueden presentar enmiendas a la totalidad, al
articulado sí, los diputados deberán presentar las enmiendas “ahora”, con dos horas, ante una ley que acababa de incluirse en el
Orden del Día.
La Presidenta consultaba al vicepresidente (JXS)
continuamente porque le citaban artículos del Reglamento de la Cámara, luego
los interpretaba y se originaba una bronca porque en realidad era la
interpretación tendenciosa que le quería dar “Junta pel Sí”.
De las intervenciones de hoy hay una que merece ser citada:
la del diputado de Podemos dentro del
grupo parlamentario de “Catalunya Sí Que Es Pot”, Dante Fachín. Vino a decir:
el pueblo quiere decisiones del Parlament, el pueblo es el soberano, no los
diputados, y por tanto lo que digan los diputados sobre tal o cual artículo del
Parlament no lo quiere el pueblo. Los diputados de la CUP aplaudieron
frenéticamente, aunque Fachín no es de su grupo.
Un pleno del Parlament histórico al decir de muchos. Estaban
en la tribuna Artur Mas y los tres ex presidentes del Parlament. Un pleno que
debía ser de gala, se ha transformado en un pleno chapucero, con un claro
desprecio del derecho. Arreglarlo ya es muy difícil. La Catalunya del futuro
amanece con nubarrones autoritarios.
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