El Viacrucis es una de las devociones más antiguas de la Iglesia. Significa el Camino de la Cruz. Representa escenas de la Pasión de Nuestro Señor y sirven de oración que acompaña a Jesús desde su condena por Pilatos hasta su muerte en el Calvario y su sepultura.
La piedad popular, en los primeros siglos del cristianismo,
asegura que fue la Virgen María la que inició el Via Crucis, pues mientras
vivió en la Tierra recorría el camino del Calvario a menudo recordando los
lugares por lo que pasó su Hijo Jesús.
La piadosa tradición
de conmemorar el camino del Calvario, como hizo la Santísima Virgen, se extendió por toda la cristiandad en la
Edad Media hasta el punto que se organizaron peregrinaciones a Jerusalén para
revivir la Pasión y Muerte de Jesús en la Cruz preludio de la Pascua de
Resurrección.
En algunos lugares se ha exaltado mucho la Pasión y Muerte
de Jesús, relegando erróneamente la Pascua de Resurrección. San Pablo escribió
a los Corintios (I Cor, 15-14) que “si Cristo no ha resucitado, vana es
entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe”. Luego toda la fe gira
en torno a la Pascua.
Entre las primeras huellas del Viacrucis se encuentra a la
española Silvia Eteria, abadesa de Galicia, según se cree, que peregrinó a
Tierra Santa en el siglo IV. La Intrépida monja escribió “Itinerarium). Narra cómo vivían la Semana Santa los fieles cristianos
de Jerusalén, con actos piadosos recorriendo el camino que va del Pretorio de
Pilatos al Calvario, es decir el Viacrucis.
Desde los primeros siglos los cristianos vivían los cuarenta
días (Quadragésima, cuaresma) anteriores
de la Pascua, con ayunos y penitencia. La cuaresma culminaba con la Semana
Santa que eran los días de mayor penitencia y ayuno.
Durante la Edad Media el Camino de la Cruz o Viacrucis no
tenía la forma de las catorce estaciones que tiene ahora, sino que estas eran
cuatro o cinco: El Ecce Homo de
Pilatos en el Pretorio; el encuentro de Jesús con su Madre la Virgen María; el
Cirineo ayuda a llevar la Cruz; las piadosas mujeres que lloran al paso de
Jesús, y por último la Crucifixión y Muerte de Jesús en el Calvario.
¿Encontró Jesús a su Madre camino del Calvario? El día de la
Pasión y Muerte de Jesús, su Madre María, la Santísima Virgen, estaba en
Jerusalén, como demuestra su presencia delante de Jesús Crucificado, junto a
Juan y otras santas mujeres. Es cierto que los evangelios no narran su
encuentro con Jesús camino del Calvario, pero la piedad popular siempre lo ha
dado por supuesto: la Virgen Santísima acompañó a su Hijo amadísimo Jesús durante
todo su camino por Jerusalén hasta la cima del Calvario. Ella hizo el primer
Viacrucis en vivo henchida de dolor.
La estación de la Verónica que enjuga el rostro de Cristo,
tampoco está en los evangelios, pero es
una piadosa y fuerte tradición que se añadió como una nueva estación en el
Siglo XV, y que dura hasta nuestros días.
La gran popularidad del Viacrucis vino de la mano del alemán
Martin Ketzel, quien visitó Jerusalén a finales del Siglo XV y quedó
enormemente impresionado. Llamó al escultor Adam Kraft de Nüremberg para que
reprodujera siete grandes escenarios (estaciones) por donde pasó Jesús desde su
condena a muerte por Pilatos hasta el Calvario.
Los franciscanos eran los custodios de los Santos Lugares,
pero los sultanes musulmanes de Constantinopla y la acción de los mamelucos en
Palestina (siglos XVI a XVIII) echaron a
los franciscanos. Fueron estos los que se encargaron principalmente de pregonar
y erigir Viacrucis por todo el mundo, pues al no poder ir a Tierra Santa se
erigieron Viacrucis por todo el mundo.
Hoy prácticamente en todas las iglesia existen las catorce
Estaciones del Viacrucis, ya sea reproduciendo las escenas o bien en cruces
sencillas de madera o de metal. La devoción a la práctica del Viacrucis se ha
reflejado en la cantidad de esculturas esculpidas que invitan a la devoción del
Camino del Calvario, algunas de las cuales auténticas obras de arte. El más
famoso Viacrucis es el del Coliseo romano.
En 1991 san Juan Pablo II creó un nuevo Viacrucis para el
Coliseo y el Viernes Santo lo dio a conocer a todo el mundo por medio de la
televisión. Este Viacrucis se caracterizó por aumentar las estaciones a 15, con
la Resurrección del Señor.
El papa Francisco ha vuelto a la tradición popular y ha
mantenido las 14 Estaciones tal como estaban antes de la reforma del papa Wojtyla. La popularidad del Viacrucis ha hecho
que la palabra entrara en el vocabulario popular: cuando una persona sufre un
grave y largo percance se comenta que “ha
pasado un viacrucis” o “un (largo) calvario”.
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