El voto catalán en las últimas elecciones ha sido muy
plural, repartiéndose entre seis partidos, en proporciones no muy distantes
entre sí. Solo dos partidos han incrementado sus votos con relación a las
elecciones de diciembre pasado: el Partido Popular (53.000) y Esquerra
Republicana (27.000).
Los demás partidos han perdido votos, destacando de modo
significativo el partido de Artur Mas, Convergència Democràtica de Catalunya, que
en solo seis meses ha perdido 85.000 votos, bajando hasta el cuarto lugar entre
los partidos parlamentarios y a solo 20.000 votos del PP, cosa insólita en el
mapa político catalán.
Significativa también ha sido la pérdida de votos de En Comú
Podem (la versión catalana de Unidos Podemos) que en esos seis meses ha perdido
81.000 votos. El Partido Socialista ha perdido 32.000 votos y Ciudadanos
12.000.
De lo anterior se deduce que el frente soberanista (ERC más
CDC) ha cedido 58.000 votos, mientras que el frente no soberanista (PSC, PP y
C,s) ha ganado cerca de 10.000 votos. El soberanismo ha cosechado el 31,8 por
ciento de los votos. Los votos de la CUP, que no se ha presentado en estas
elecciones, se han ido a Esquerra, a En Comú Podem y a la abstención.
¿Qué ha pasado? Hay votos de Convergència que han ido a
Esquerra Republicana, y otros a la abstención. Cabe destacar que en Catalunya
la abstención ha aumentado en un 3 por ciento, o sea que unos 170.000 electores
que votaron en diciembre, ahora se han quedado en casa. No ha captado votos de
Unió Democrática.
Convergència afronta ahora su congreso de refundación y
deberá analizar que su deriva independentista no ha hecho más perder apoyos de
sus electores. Siendo el partido de referencia y de centro en Catalunya, ha
pasado a ser el cuarto partido talonado por el PP, con un permanente trasvase
de votos a Esquerra Republicana y también a Ciudadanos y al PP.
La mayor abstención ha perjudicado también al partido de Ada
Colau, la alcaldesa de Barcelona, En Comú Podem, aunque el PSC ha recuperado
algunos votos de este partido,
especialmente en Barcelona y su cinturón, como
se ha visto afinando los resultados.
Ciudadanos ha quedado en último lugar entre los partidos
parlamentarios, quedándose sin representación en Lleida y en Girona.
¿Qué pasará con el presidente de la Generalitat, Carles
Puigdemont, que es convergente? De momento deberá afrontar una moción de
confianza en septiembre ya que no pudo sacar adelante los presupuestos de 2016.
No parece que haya nuevas elecciones catalanas, pues no
quieren dar el gobiernoi de la Generalitat a Ada Colau, pero sí que habrá
seguramente un nuevo reparto del poder, con mayor peso para Esquerra
Republicana, partido que está siendo el referente y la fuerza claramente
mayoritaria del independentismo. En Catalunya, la inestabilidad está servida.
En la política catalana está claro que con la mayoría
parlamentaria actual –ERC y CDC (Junts pel Sí) mal apoyada por los antisistema
de la CUP—no se puede gobernar. Mientras el gobierno siga con su rumbo hacia el
independentismo, no recabará apoyos de los otros partidos. Tarde o temprano
habrá que ir a nuevas elecciones.
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