Tercer centenario de su nacimiento Fray Junípero Serra un mallorquín más conocido en Estados Unidos que en España
Por Salvador Aragonés
Doctor en Periodismo y profesor
Emérito de la UIC
Fray
Junípero Serra cumplirá el 24 de este mes los 300 años de su nacimiento y es el
gran misionero de la Alta California, y a su obra se deben la defensa de los
indios del lugar, los “pames”, a quienes consideraba sus “hijos” y a los que
enseñó el cultivo de productos mediterráneos, como la vid, las técnicas de
labranza, la carpintería y albañilería, a tejer, a guisar, a leer y escribir. La
labor de Junípero Serra fue de civilización y evangelización al mismo tiempo.
Los
Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, honraron la tumba del hoy
Beato Junípero Serra en su viaje a California, depositando un ramo de laurel
junto a la tumba de fray Junípero Serra el pasado 14 de noviembre, en la misión
que él fundó de San Carlos Borromeo en Monterrey. Es un acto de justicia, pues
fray Junípero es más conocido en Estados Unidos que en España.
La presencia
de Junípero Serra en California fue debida a la expulsión de los jesuitas en el
reinado de Carlos III (1767). Los jesuitas habían evangelizado la Baja
California, aunque no se conservan apenas sus misiones porque estaban mal
administradas afirma fray Zephyrin Engelhardt (The Mission and Missionaries
of California). Tras su expulsión
fueron enviados en su lugar los padres franciscanos y dominicos, aunque estos
últimos tuvieron muy poca presencia en California. El fraile mallorquín había
aprendido en los años anteriores el trato con los indígenas trabajando en
Méjico.
A la Alta California
llegó con el militar Gaspar de Portolá, que estaba al frente de un grupo de
tropas para conquistar la Alta California. Portolá era natural de Balaguer. Una
vez encontró este que muchos españoles habían enfermado de escorbuto y fray
Junípero sufría fuertes dolores en la pierna. Le ofreció llevarlo a México por si
se podía curar, pero el franciscano dijo que no, y que si moría que le
enterraran allí mismo en la cuneta.
De la
extraordinaria labor que hizo fray Junípero Serra dan fe las nueve misiones que fundó y en ellas se
ganó la amistad de los indios pames que eran de una raza, al decir de los
colonizadores, de muy escasa inteligencia, torpes en las labores manuales y pobres
en el entendimiento de las cosas. Los españoles –alguno de ellos conquistadores
con pocos escrúpulos—engañaban a los indios y traficaban con lo mejor de sus
productos naturales y vendían los suyos a precios de usura. Fue Junípero Serra
quien de golpe decidió reducir a la mitad los precios de todos los productos
para que estuviesen al alcance de los indios. Como curiosidad, cuando llegaron
los españoles en California encontraron mucha viña salvaje, cuyas cepas
llegaron a España y de ellas se extrajo el vino de misa, según señala fray
Agustí Boadas O.F.M., estudioso de las misiones franciscanas.
Con el fin
de poderse comunicar con los indios aprendió el franciscano su lengua. Es falso
lo que han dicho algunos indios norteamericanos que impuso la lengua española
porque está demostrado que el proceso fue al revés. De los indios dijo que
“ellos me han robado el corazón”, según atestigua Francis F. Guest, OFM,“Junípero Serra and his aproach to the
Indiana”). Tuvo que enfrentarse a veces con el poder político para defender
a los indios que decía “son nuestros hijos”.
De entre las
misiones que fundó fray Junípero –las misiones eran centros religiosos,
culturales y administrativos-- están la de San Carlos de Monterrey, San
Francisco origen de la importante ciudad actual, la de San Gabriel que luego se
transformó en las ciudad de Los Ángeles, San Diego y Sacramento la actual
capital de California. Fueron bautizados unos 5.700 indios.
Una estatua
en el Capitolio
La labor que
desarrolló el tenaz fray Junípero Serra --que por cierto no gozó de buena salud
lo que no impidió su gran obra- fue reconocida
por los californianos hasta el punto que lo propusieron y así se acordó poner
una estatua del fraile mallorquín en el Capitolio, junto a los padres de la
patria de los Estados Unidos. Junípero Serra es el único no americano que tiene
una estatua en el National Statutary Hall del Capitolio.
Fray
Junípero Serra era natural de Petra (Mallorca), de padres campesinos y muy
pobres, que le pusieron el nombre de Miquel Josep que cambió por el de Junípero
(junípero sabina) al profesar como franciscano. Sus cualidades intelectuales le
valieron para ser pronto profesor de Teología en Palma y a los 36 años se fue
como misionero a Las Américas, zarpando desde Palma en un buque que le llevaría
a Nueva España, es decir a México, al frente de 20 franciscanos de los que 16
eran mallorquines, y entre ellos estaba su íntimo amigo y biógrafo, fray
Francisco Palou (Relación histórica de la vida y apostólicas tareas del
venerable padre fray Junípero Serra, México, 1787). Ambos franciscanos
hablaban en catalán y escribieron también en esa lengua. Falleció fray Junípero
en Monterrey en agosto del año 1784, a los 71 años.
El fraile
mallorquín no fue solo un hombre de gobierno que misionó la Alta California,
sino también un santo. Así lo han reconocido generación tras generación hasta
que Juan Pablo II lo beatificó en el año 1988 en uno de sus viajes a los
Estados Unidos. Como ha dicho el Ministro General de los padres franciscanos
menores, fray Michael Perry, norteamericano, se celebra mucho en Estados Unidos la
fiesta de fray Junípero Serra. Fray Michel Perry estuvo en Tarragona con motivo
de la multitudinaria beatificación de mártires el 13 de octubre. El Gobierno
Balear celebra este año el “Año Fray Junípero Serra” en memora del tercer
centenario de su nacimiento.
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