La
carta que Carme Chacón, ex ministra de Defensa, ha enviado al primer secretario
del PSC, Pere Navarro, no ha gustado al PSC. Primero por ser “muy inoporta”, como
han dicho los dirigentes socialistas catalanes, al hacerla pública el mismo día
que el PSC acudía a la cumbre sobre el derecho a decidir, y segundo por las
formas: la Ejecutiva del PSC se ha desayunado hoy con la carta y no la ha
digerido ni Pere Navarro. Chacón pide que el PSC estar enfrente a Artur Mas y
no sentarse en su mesa.
Carme Chacón tiene algunos problemas graves en el
PSC. En primer lugar porque carece de seguidores reconocidos, en segundo lugar
porque su actuación la hace en solitario sin comentarlo con sus compañeros, lo
que en el PSC es importante, y por último porque se aparta del programa en el
que el PSC se presentó a las elecciones en el que apoyaba el “derecho a
decidir”, aunque rechazaba el independentismo. Carme Chacón tiene además la
oposición muy manifiesta de los sectores más catalanistas del PSC que
consideran que el catalanismo político no debe romperse como pretende Chacón. Y
también tiene Carme Chacón, como baza poco favorable el haber sido ministra de
Defensa, en un país como Cataluña donde lo militar no está bien visto,
especialmente por el catalanismo político.
Es evidente que Carme
Chacón no puede jugar su guerra en solitario dentro del PSC. Aunque
Rubalcaba haga “mutis por el foro” como se diría en lenguaje teatral. El
partido dijo que se sentaba esta tarde en la mesa sobre el derecho a decidir
“por cortesía institucional” (la reunión se celebra en el Palau de la Generalitat,
no en el Parlament). El PSC, un partido
de Gobierno, todavía no ha actuado como partido de la oposición. Ciertamente
que, al igual que Chacón, el PSC ve que primero el gobierno catalán debe
resolver los problemas económicos y del paro antes que embarcarse en
soberanismos e independentismos, pero no quiere desmarcarse del todo del
nacionalismo imperante. Y esto es lo que busca Convergència i Unió: si el PSC
no está, la cumbre soberanista es un fracaso. No importa que no esté el PP ni
Ciutadans, pues ya no estuvieron con el Estatut, pero si faltan los
socialistas, enganchados con el segundo gran partido español, el PSOE, el
proyecto de la consulta se pone complicadísima. Por lo tanto se le ponen al
socialismo catalán uno o más puentes de plata para que no abandone las
reuniones “por el derecho a decidir”. Lo importante de la “cumbre” de esta
tarde es que se celebre y que esté el PSC.
¿Y si el PSC no va? Entonces el partido tiene el
peligro de que se rompa entre sus facciones más catalanistas y la más
españolista, y por eso Pere Navarro debe templar gaitas y vigilar que su
partido no sufra más desuniones como las que sufrió en el Parlament de Cataluña
por las mismas causas a principios del año pasado.
No se sabe a ciencia cierta qué es lo que pretende
Chacón en el PSC. Hoy solo ha recibido el apoyo de la líder del PP, Alicia
Sánchez-Camacho, y esto nada le favorece en las filas socialistas catalanas. La
ex ministra de Defensa está cada vez más sola en el PSC que la ven más puesta
en Madrid (en el PSOE) que en Barcelona, pero al mismo tiempo el PSC tiene un
problema de identidad y de liderazgo muy difícil de resolver.
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