El pre Cónclave ha comenzado. Los cardenales, tanto
los electores como los no electores (los que han superado los 80 años) se reúnen
en el Aula Sinodal del Vaticano cada día, tras haber jurado sobre los
Evangelios guardar riguroso secreto de cuanto allí ha sido tratado. Solo el
portavoz de la Santa Sede, padre Lombardi, está autorizado a dar información.
Los medios de comunicación, como siempre ha ocurrido,
quieren la información que no consiguen y surgen especulaciones de lo más
variado. Los periodistas en el pre Cónclave y durante el Cónclave no tenemos
mucho que informar sobre lo que ocurre dentro del Colegio Cardenalicio, porque
todo es secreto. Y es secreto con el fin de preservar a la Iglesia de
intromisiones externas en la elección del papa, como tantas veces ha ocurrido
en la historia. Lo que sí es cierto es que los cardenales reunidos estos días,
con al menos una Congregación o reunión diaria, hablan sobre las necesidades de
las Iglesia hoy con el fin de encontrar a la persona adecuada para regir la
Iglesia.
Los cardenales que proceden de 45 países y por lo tanto hay muchas sensibilidades sobre
cómo vive la Iglesia en las distintas regiones del mundo. No es lo mismo la
Iglesia en Europa, donde es patente la crisis de fe, y por eso se celebra ahora
el Año de la Fe, o en Oriente Medio y países de Asia donde la Iglesia es
perseguida duramente, tanto por la intolerancia religiosa de grupos islamistas
como por la persecución de regímenes ateos, como los de China y Corea del Norte,
o las limitaciones que imponen otros países para el ejercicio libre del culto y
del apostolado.
También está el tema de la Curia, de la que tanto
hablan los periodistas italianos y los vaticanistas, porque la tienen muy
cerca. La Curia Romana es el conjunto de organismos –congregaciones,
tribunales, consejos pontificios, secretariados, etc. — que configuran el
gobierno del Papa sobre la Iglesia Universal. Los responsables de todas estas
instituciones vaticanas son nombrados por el papa y su duración es de cinco
años renovables.
Con la internacionalización de la Curia, a raíz del
Concilio Vaticano II, la gran mayoría de altos cargos de la Curia no son
italianos, y tenemos prefectos y secretarios que proceden de América Latina, de Asia, de África, de
América del Norte y también europeos, entre ellos el cardenal español Antonio
Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de
los Sacramentos. Algunos cardenales, han declarado antes de entrar en el pre
Cónclave creen que la Curia podría funcionar mejor, y tal vez con menos
personal (la última reforma de la Curia la llevó a cabo Juan Pablo II con la
Constitución Apostólica Pastor Bonus).
Por eso, y dada la complejidad del gobierno de carácter universal, algunos
cardenales, especialmente americanos y asiáticos, han dicho que el futuro papa
debería ser un hombre de gobierno. También hay una tendencia generalizada en
destacar que el próximo Cónclave será relativamente breve.
¿Fue el escándalo de Vatileaks un problema de
descontrol en el gobierno de la Curia? Según el cardenal español Carlos Amigo
Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla, fue un asunto pequeño, pues “no se ha
conocido ningún gran secreto del Vaticano”. La publicación de papeles
personales del papa Benedicto XVI llevó a la condena de su mayordomo,
considerado autor material de la sustracción de documentos personales del
Pontífice. De todas formas Vatileaks ha puesto el ojo de los cardenales en
buscar a un candidato “con dotes de Gobierno”. Otros dicen que la Curia Romana
es lenta en la ejecución sus decisiones. Esto es cierto, pero la Iglesia de
Roma tiene una dimensión del tiempo distinta al normal en cualquier empresa o actividad
humana, pues en temas delicados es mejor una mayor reflexión y dejar pasar el
tiempo. La lentitud de la Curia es tradicional, como lo demuestra la anécdota de
Juan XXIII. Un jefe de Estado le preguntó un día cuánta gente trabaja en el
Vaticano, y respondió el papa: “La mitad de los que están”.
Mientras tanto, en este tiempo de pre Cónclave los
cardenales se toman su tiempo para conocerse y para conocer mejor las
necesidades de la Iglesia y poder elegir al hombre adecuado para regir los
destinos de la misma. Por eso, ha dicho el portavoz padre Lombardi, que“hay un
deseo claro de participar de modo activo por parte de los cardenales en este
tiempo de reflexión tan importante para la Iglesia en el mundo”. Hay un punto
en el que coinciden todos los cardenales: no es importante la nacionalidad del
futuro papa. Es interesante destacar estos días la separación de Italia del
Vaticano, pues mientras Italia vive inmersa en una profunda crisis política
tras las elecciones de finales de febrero, el tema no merece la atención de los cardenales.
Paralelamente han surgido iniciativas diversas de
fieles para animar a rezar a todos católicos para que Dios ilumine a los
cardenales que deben elegir al próximo papa. Unos jóvenes de Brasil han ideado
que los fieles elijan a un cardenal elector y dediquen a él todas sus
oraciones. Otra iniciativa es la de iMision, formado por fieles de distintas
organizaciones laicas y religiosas dedicados al apostolado en las redes sociales,
que ha sacado un twit, #iOracionPapa,
que pide oraciones por el nuevo papa. Frente a esto, a Televisión Española
(TVE) no se le ocurrió otra cosa que emitir el domingo pasado la película “Código da Vinci” en el prime time, cuyo contenido es claramente
contrario a la Iglesia Católica: una decisión de pésimo gusto en el primer
domingo de Sede Vacante.
El portavoz padre Lombardi, destacó también la
“atmósfera serena y constructiva” que reina entre los cardenales reunidos en
las congregaciones o reuniones en el aula sinodal. El pre Cónclave sigue sin
prisas, pero sin pausas. La decisión a tomar es demasiado importante para no
precipitar el “tempo” de Roma.
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