Estos días asistimos a un duro enfrentamiento, aunque
con sordina, entre Oriol Pujol, hijo de Jordi Pujol y secretario general de
Convergència Democràtica de Catalunya, y el líder de Unión Democràtica de
Catalunya, Josep Antoni Duran Lleida. El enfrentamiento viene ya desde las
elecciones del pasado 25 de noviembre en las que perdió 12 diputados y alguien
tenía que tener la culpa, dejando a salvo los artífices de la escalada soberanista
e independentista de CDC.
Claro que a esta escalada Duran se sumó al principio,
pero a mitad de campaña y vistas como iba el discurso de los dirigentes
convergentes, tuvo que afirmar que ni él ni su partido son independentistas,
sino más bien confederalistas. Tras la fuerte caída de CiU –caída que sigue
firme si atendemos la encuesta del CIS hecha pública el 6 de febrero de
2013—hubo que encontrar un culpable y tanto Francesc (Quico) Homs como Oriol
Pujol, encontraron que la declaración de Duran había sido perniciosa para la
coalición y responsable de la caída electoral.
Aprovechando un viaje a Santiago de Chile de Duran
Lleida, en su calidad de presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del
Congreso de los Diputados del Reino de España y miembro de la cumbre de 60
países de Europa-América Latina (CELAC), Oriol Pujol hizo que se convocara la
reunión de la Ejecutiva de Barcelona de CDC que bien conoce. Los horarios entre
España y Chile son opuestos por el vértice, igual que el clima. La Ejecutiva de
Barcelona de CDC declaró “por unanimidad” que Duran era responsable de estorbar
el proceso hacia el soberanismo independentista.
Esta decisión, que se tomó en presencia de Oriol
Pujol que estaba como “oyente” en su calidad de Secretario General del partido,
fue interpretada en Unió Democrática como una “puñalada trapera” aprovechando
que su líder estaba en Santiago de Chile en misión oficial. Artur Mas tuvo que
intervenir para calmar las aguas y el mismo Oriol Pujol se “prestó” para convencer
a los convergentes que Duran Lleida no es obstáculo alguno sino un gran activo
para CiU, y además es el secretario general de la Federación de los dos
partidos.
Ayer se volvió a la carga. Duran, que no es hombre de
pocos recursos, manifestó sin pelos en la lengua, que él dimitiría si fuera
imputado: “si un día soy imputado –dijo—que estoy convencido que no se me
imputará, dejaré mi acta de diputado y mi responsabilidad política”. Claro
dardo lanzado a Oriol Pujol cuya imputación solicitada por el Fiscal Jefe
depende ahora del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), en cuanto
que es aforado al ser diputado al Parlament. Y es que Oriol Pujol tiene muy
claro que no piensa dimitir, pues considera que todo son patrañas y ardides
consecuencia de sus ideas soberanistas. El tema de las ITV vinculado al “caso
Campeón” --que viene de Galicia-- se arrastra desde bastante atrás, en la
anterior legislatura española y no es flor de esta primavera. El Fiscal Jefe del
TSJC Martín Rodríguez Sol, fue tajante: la investigación
sobre las ITV ha sido minuciosa y muy profesional, y Oriol Pujol no se puede
escudar en ideas políticas soberanistas o como sean. En definitiva vino a decir
que esto no es Banca Catalana y que el momento histórico es distinto.
Reunión anticorrupción presidida por Mas
Mientras tanto, Artur Mas, el President de la
Generalitat, ha reunido a un grupo de notables o mandamases de las principales
instituciones catalanas para atajar la corrupción. No han faltado el presidente
del TSJC, el Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo), la presidenta del
Parlament (de Unió), el Fiscal Jefe, el Sindic Major de Comptes y finalmente el
director de la Oficina Antifraude. En
Catalunya estas reuniones en la “cumbre” son tan frecuentes como muchas veces
ineficaces. Pero si te llama el
President para tratar el tema de la corrupción, ¿cómo vas a decir que no?
Ahora la gente empieza a no ir al tun-tun en estas
reuniones, como ha ocurrido con la principal patronal catalana que ha visto
truncada su gran reunión del día 14 pidiendo más o menos apoyo a la política
soberanista del Govern, pero que varias organizaciones ya han dicho que no irán
porque consideran la reunión un acto más político que empresarial, y Foment, la
patronal, ha tenido que rebajar mucho el tono y contenido de la reunión, hasta
el punto que mejor sería no hacerla.
Sin embargo Artur Mas no ha dicho nada todavía ni sobre
Oriol Pujol, ni sobre otros miembros de su partido relacionados con casos de
corrupción como puede estar su conceller de Justicia, Germà Gordò, anterior
secretario general de la Associació Catalana de Municipis, controlada por CiU.
La gente quiere saber por dónde va a empezar la “limpieza” como se dijo,
teniendo en cuenta que CDC tiene su sede central embargada por el “caso Palau”
o caso Millet. De momento, las encuestas le van mal a Mas y nadie sabe cuál es
el final del laberinto soberanista en el que se ha metido. Veo a un Artur Mas
debilitado frente a los que le apoyan al perder liderazgo tras las elecciones
autonómicas de noviembre.
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