La indignación que ha
causado el descubrimiento de la corrupción en el Partido Popular, en la época
en que Luis Bárcenas fue tesorero, y lo fue durante 26 años, ha sido mayor
ahora en que vivimos en una época de crisis y muchos miles y miles de familias
no tienen lo suficiente para sobrevivir de una manera mínimamente digna.
Bárcenas, que entró en las
finanzas desde la antigua Alianza Popular de manos de su compañero de estudios y
sobrino de Fraga, Luis Fraga, en 1982 y
estuvo ligado a la tesorería de AP primero y del PP después. Creó el cuerpo de
gerentes del PP y conoce todos los secretos que cómo han sido financiadas todas
las campañas electorales de este partido, los sueldo y sobresueldos --en blanco
o en negro-- que han recibido sus dirigentes, y no pocos secretos que esconden
los números y cuentas de dirigentes del partido.
La corrupción en el
Partido Popular, como en los demás partidos, es como un cáncer dificilísimo de
extirpar porque hay mucha metástasis. Y como escribe el que fue diputado del PP
por Barcelona, Jorge Trías-Sagnier, abogado de profesión que ejerce en Madrid,
en el partido se conocían los sobresueldos desde hacía tiempo, lo mismo que
ocurren en otros partidos.
Felipe González acaba de
decir que conviene hacer una Ley de Transparencia que haga luz a la
financiación de los partidos, sin menoscabar que los casos descubiertos hasta
hoy paguen sus culpas por lo que han hecho. También lo ha dicho el Partido
Popular por boca de María Dolores de Cospedal, citando a Mariano Rajoy, tras la
reunión de la Ejecutiva Nacional del lunes, en la que además el PP anunció
presentar sus cuentas auditadas. ¿Y no está el Tribunal de cuentas? Sí, pero
audita a los partidos con seis o siete años de retraso y por lo tanto no sirve.
El problema es, como dice Trías-Sagnier, que cuando quisieron hacer una Ley de
Transparencia la comisión encargada encontró toda clase de obstáculos, y en
especial de CiU.
La opacidad permite vivir haciendo trampas, y las trampas
siempre van bien para los altos funcionarios de los partidos. Estos
funcionarios no están acostumbrados a la transparencia y se juegan sus puestos
de trabajo. Es el caso en el que los burócratas mandan al ver peligrar sus
prebendas o sus cuotas de poder. Ahora debería ser el PP el primer interesado
en redactar una ley de transparencia y pactarla entre los principales partidos.
Porque si no, ¿quién le podrá el cascabel al gato?
El alargado mapa
de la corrupción es muy alargado en España
El mapa de la corrupción
en España es muy alargado, y la justicia con su tremenda lentitud está creando inseguridad
para los inculpados o lo inmersos en alguna causa, da carnaza a la prensa y
medios de comunicación que viven de filtraciones casi siempre interesados, y que
contribuye a generar un malestar generalizado de que se vive en medio de un
país muy corrupto.
La metástasis del cáncer
de la corrupción se alarga por Galicia, con los casos de José Blanco ex ministro
y José Luis Baltar ex presidente de la diputación de Orense, además del alcalde
de Santiago. En Andalucía están el caso de los ERE,s donde se ventilaron
centenares de millones, y el caso Marbella con la Pantoja y Julián Muñoz entre
los más conocidos protagonismos, Francisco Correa en el caso Gürtel, Carlos
Fabra de Castellón y Rafael Blasco de Valencia, en Baleares están los casos de
Urdangarín, yerno del Rey, de Jaume Matas y María Antonia Munar de Unió
Mallorquina, en Catalunya tenemos los casos abiertos de Sabadell, con la
imputación del alcalde Manuel Bustos, el caso Palau con la imputación de Félix
Millet y Convergència Democràtica, el
caso ITV que implica a Oriol Pujol secretario general de CDC, se ha resuelto el
caso Pallerols, que afectaba a Unió Democràtica, y queda pendiente el caso
Pretoria de Santa Coloma de Gramenet. Hay otros muchos casos abiertos, cerca de
300, en distintas localidades y comunidades autónomas.
El índice de
corrupción en España
Sin embargo, a nivel
internacional la corrupción española no es vista de modo tan grave. A este propósito
de la corrupción ha caído en mis manos el informe independiente de Transparency International
correspondiente al 2012. Resulta que España ocupa el lugar número 31 en mundo
por su nivel de transparencia y corrupción, empatada con Botsuana, el país de
los elefantes, superando a Portugal, Puerto Rico y Eslovenia, y por encima de
España (o sea países menos corruptos) están Chipre, Qatar, Irlanda y Austria.
Transparency International es una organización de carácter civil e
independiente de los estados que tiene por objeto lugar contra la corrupción en
el mundo y establecer un ránking de países en los que más se cumple la
transparencia, de mayor a menos grado. Tiene su sede internacional en Berlín y
analiza a 176 países. Según su análisis, los países menos corruptos del mundo
son, por este orden, Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Suecia y Singapur,
seguidos de Suiza, Australia, Noruega, Canadá, Holanda, Islandia, Luxemburgo y
Alemania. Estados Unidos ocupan el lugar
19 parecido al de Francia. Otros países significativos son Italia, que ocupa el
lugar 72, China el 80, Grecia el 94, Argentina el 102 y Rusia el 133.
Los países con mayor
corrupción, que ocupan los lugares a partir de los 160 son: Turkmenistán,
Uzbequistán, Irak, Venezuela, Haití y Burundi, y en la cola de todos están
Sudán, Afganistán, Corea del Norte y Somalia.
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