Los
Príncipes de España, don Felipe y doña Letizia, visitaron Panamá la semana
pasada
con el principal fin de reforzar la presencia
española en este país, pero que hoy es el más floreciente de América Latina,
con un crecimiento del 10,6 por 100 anual y una tasa de desempleo de solo el 4
por ciento, es decir que tiene un paro técnico. La victoria de Chávez en las
elecciones venezolanas reforzará la presencia de las inversiones que venezolanos,
colombianos y ecuatorianos tienen ya en el país, a consecuencia de sus maltrechas economías e inestabilidad
política. Panamá ha sido refugio de los capitales huidos de estos países. Tanto
es así que en Panamá se decía que prefieren que gobierne Hugo Chávez para que
no se vayan las inversiones venezolanas, que son muchas.
En
el caso de España, la presencia en Panamá tiene lagunas que impiden una mayor
consolidación de las empresas españolas. Este es el caso de la falta de un acuerdo por el que españoles
cualificados pudieran trabajar en Panamá, lo que se ha resuelto con la visita de los Príncipes. En Panamá se ha creado
la figura del “residente permanente” para extranjeros procedentes de países con
“relaciones amistosas” (que podrán tener hasta un máximo del 10 por ciento de
su plantilla extranjera), que en estos momentos son 24, de los cuales 11
pertenecen a la Unión Europea. Aparte del mercado laboral, España necesita
mejorar su imagen ante la opinión pública panameña, y no dar esta sensación de
ex país colonial y de país económicamente problemático debido a la crisis económica.
La Casa Real, con las entrevistas del Rey con el presidente panameño, Ricardo
Martinelli, multimillonario empresario, y después de la visita de los
Príncipes, la situación ha mejorado bastante, pero las empresas españolas
también deben mejorar su imagen en el interior del país.
Estaba
este periodista en Panamá cuando la visita de los Príncipes, los cuales son
testigos vivos de la historia pluricentenaria, como la celebración del quinto
centenario del descubrimiento del Mar del Sur, o sea del Océano Pacífico, por
parte del conquistador Vasco Núñez de Balboa, en 1513. Pude hablar con personas
panameñas de distintas etnias (Panamá es un conglomerado de gentes procedentes
de todas las partes del mundo que se quedaron en Panamá tras la construcción
del Canal en 1914), y un panameño de origen chino dijo lo bueno que era ir “trazando
lazos históricos y buen entendimiento con España”.
La
visita tenía también un marcado carácter económico, en el que el Príncipe
Felipe abogó cerca de Martinelli, mejorar la presencia de empresas españolas en
Panamá. Actualmente hay 250 empresas, que han creado 15.000 empleos, con una
inversión de 3.000 millones de dólares y contratos previstos por otros 5.000
millones. Entre las empresas presentes destaca Sacyr Vallehermoso que lidera el
consorcio de empresas para la construcción de la ampliación del Canal de
Panamá, una obra mastodóntica, con una inversión de 5.250 millones de dólares,
y la inversión de 1.500 millones de Fomento de Construcciones y Contratas, que
construye los 14 kilómetros del primer tramo del metro de Panamá, obra
fundamental para descongestionar, en parte, el enorme atasco circulatorio de la
capital. El metro, una vez funcione, estará gestionado por un consorcio
liderado por la empresa del metro de Barcelona y los vagones estarán
construidos en Alshtom, también en Barcelona.
Entre
los aspectos que conviene mejorar, hemos dicho, es la imagen de las empresas.
Por ejemplo, Sacyr tuvo problemas laborales en la construcción del canal y Gas
Natural-Fenosa ha estado al centro de una polémica para suministrar
electricidad, a causa de los apagones, siendo castigada con una multa de
800.000 dólares por parte de la entidad estatal panameña. Ahora el Príncipe
Felipe ha abogado para que Panamá siga confiando en esta empresa energética
española, cuyo contrato de concesión termina el 2013. También el BBVA ha estado
al centro de una polémica, a causa del desvío de 300.000 dólares desde una
cuenta particular, al parecer por un error por un error informático, pero que
ha estado al centro de polémicas estas semanas en la prensa y la televisión panameñas.
El banco ha dicho que estudiará lo ocurrido e indemnizará al cliente afectado.
Un
aspecto del que no se informó al Príncipe es que en el vídeo que se presenta a
quienes visitan las obras de ampliación del Canal de Panamá, que permitirá
duplicar la actual capacidad de transporte naval, es que aparecen empresas
belgas, italianas y norteamericanas, pero ninguna española. ¿Por qué? Según pude averiguar es que la
empresa española Sacyr tiene “mala prensa” y además, recogiendo comentarios
entre los medios de comunicación, se lamentan los panameños que hay muchos
españoles trabajando en Panamá, cuando en la ampliación del Canal solo hay 80
españoles de los 7.500 trabajadores de todas las nacionalidades (5.000
panameños). Este tipo de críticas dañan la imagen y la diplomacia española debería
exigirse más en mejorar la imagen de las empresas españolas.
Panamá
es un país con enormes posibilidades de crecimiento, con obras imprescindibles
como el soterramientos de las redes eléctrica y telefónica, la construcción de kilómetros
de metro, la urbanización de las calles y eliminar los contrastes entre los
enormes rascacielos que conforman el “sky
line” de la ciudad de Panamá al lado de las chabolas que se pueden ver en
barrios relativamente céntricos. Por otro lado, hay una ciudad olvidada por el
gobierno panameño y de un enorme futuro: Colón, la segunda ciudad del país y
que es la boca del Canal por la parte del Atlántico, está dejada de la mano de
Dios y sumida en la miseria, aunque existe la Zona Libre donde muchos hacen
negocios libres de impuestos.
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